Málaga

Cuando el móvil es el enemigo

  • Proyecto Hombre detecta un incremento de jóvenes con graves problemas de comportamiento por el abuso de las nuevas tecnologías

Desde que en 2002 Proyecto Hombre atendiera el primer caso de abuso de los dispositivos inteligentes protagonizado por una chica de 17 años que aseguraba estar enganchada a los mensajes de teléfono móvil, el colectivo ha reorientado sus terapias y talleres preventivos en centros educativos para atender este nuevo fenómeno, que tiene como protagonistas a los más jóvenes. Los tratamientos dirigidos a estas dependencias han experimentado un aumento, según explicó ayer el presidente de la asociación, Luis Bononato, que evitó hablar de "adicción" dado que "no está probado todavía científicamente".

El uso "problemático" de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), consideradas, precisó, la "punta del iceberg", supone el acceso a sustancias, el contacto con adultos que engañan al usuario o bien derivar en el juego patológico. Destacó, en este sentido, que los hijos permanecen en su habitación y los padres están tranquilos al pensar que "no están haciendo nada", pero tienen "una puerta abierta al mundo, un mundo de riesgos", en el que hay "gente interesada" en que determinados usuarios "caigan en estas situaciones".

Proyecto Hombre ya trata la adicción al móvil ante las conductas agresivas que ha provocados en algunos casos. La delegada del colectivo en Málaga, Dolores Aguilar, mostró su preocupación por la "banalización del consumo". Y es que han comprobado cómo ha aumentado el número de jóvenes atendidos "con graves comportamientos por el uso abusivo de las nuevas tecnologías". "Trabajamos con padres de hijos de 12 años. Existe un nivel de frustración altísimo en el menor. No hay normas o límites", apuntó. Y de ahí que los profesionales hayan comenzado a llevar a cabo tareas de prevención en los dos últimos cursos de Primaria, a diferencia del año pasado, cuando se hacía a partir de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO). En total, participan 56 centros y durante 2015 fueron atendidos 2.290 alumnos.

En Málaga, la asociación trabaja con dos grupos de 53 menores de entre 15 y 18 años, uno de ellos conproblemas de conducta destructiva por consumo de alcohol y cannabis, mientras que el otro se refiere a otras razones.

El tratamiento para los usuarios afectados pasa por la retirada del teléfono móvil, videojuego u ordenador para, posteriormente, potenciar la motivación de manera que sea capaz de reconocer el problema. El paso siguiente no es otro que controlar su uso, ya que, matizó el presidente de Proyecto Hombre, el teléfono móvil e internet se han convertido en herramientas fundamentales.

Asimismo, recalcó que la asociación no sólo ofrece "rehabilitación para toxicómanos" sino un amplio "programa de crecimiento personal" en casos de adicción al juego y alcohol, siendo la principal sustancia que genera demanda de tratamiento en la asociación, con un 40,1 % del total, seguida de la cocaína (30,5 %), y en tercer lugar por el cannabis.

A nivel nacional, subrayó el consumo de esta sustancia entre la población adolescente, que ha motivado un aumento de la demanda de tratamiento en los centros de Proyecto Hombre, desde el 7% en 2012 al 9,28 % en 2014 y el 11 % en 2015. De ahí que considere necesario lanzar "un mensaje claro" a la población sobre qué es el cannabis y qué consecuencias tiene su consumo porque "se están dando mensajes interesados económicamente".

El colectivo también ha detectado un repunte de los casos de patología dual, donde coinciden el consumo de droga y la patología psiquiátrica. Otro de los datos significativos se refiere al número de mujeres atendidas, que ahora llegan a un 15%, mientras que en la franja de Proyecto Joven se dispara hasta el 25%.

En cualquier caso, destacó, el perfil de Proyecto Hombre "se sigue identificando" con el tratamiento a toxicómanos, pero, aseveró, "la realidad ha cambiado desde 1985", puesto que ya se atienden otro tipo de adicciones. La asociación, que cuenta con 27 centros, 210 dispositivos, 1.053 profesionales y 2.688 voluntarios, atiende a más de 16.000 personas con problemas de adicción. Hay un total de 4.447 personas tratadas en programas ambulatorios de alcohol, cocaína y ludopatías y 1.942 adolescentes y jóvenes que participan en programas específicos.

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