Las mujeres dominan nueve de las diez carreras universitarias más demandadas

La competitividad femenina en los estudios empuja en las profesiones más cualificadas

Mujeres profesionales de la medicina se preparan para entrar en un quirófano.
Encarna Maldonado Málaga

04 de septiembre 2016 - 01:00

El ejemplo principal del efecto transformador que tiene la competitividad femenina en los estudios es la Medicina. Esta profesión era fundamentalmente masculina hasta la década de los 80. Las mujeres apenas representaban el 20% de los facultativos. Sin embargo, la llegada de alumnas a las facultades ha crecido exponencialmente desde los 90 alcanzando un predominio que se ha acentuado a medida que las notas de corte han subido porque las estadísticas también demuestran que las mujeres consiguen mejores calificaciones prácticamente en todas las etapas de la trayectoria académica.

Esta evolución ha provocado que en la actualidad el 45% de los profesionales de la medicina sean mujeres. Este cambio social no solo no ha alcanzado techo, sino que va a más. Los datos de matriculación de la Universidad de Málaga (UMA) de los últimos años revelan que 67% del alumnado que llega a la Facultad de Medicina es femenino. Es decir, a medio plazo prácticamente el 70% de los profesionales de este sector serán mujeres.

Este fenómeno que empieza por la feminización de los estudios como espoleta para la feminización de las profesiones no se circunscribe solo a la medicina, sino a 25 carreras de la Universidad de Málaga, entre las que figuran nueve de las más demandas y que, por tanto, exigen mayores nota de ingreso: Bioquímica, los grados dobles en Administración y Dirección de Empresas con Economía y Derecho, Traducción e Interpretación en Inglés, Enfermería, Criminología y Educación Primaria. Las titulaciones vinculadas al ejercicio de la enfermería y la educación han presentado históricamente una significativa presencia de mujeres que ahora alcanza tasas de entre el 72% y 63%. Sin embargo, otras carreras como Traducción e Interpretación (84% de alumnas de nuevo ingreso), Bioquímica (60%), las dobles de ADE con Derecho y Económicas (57%) o Criminología (51%) también arrojan tasas de feminización muy significativas, según los datos oficiales correspondientes al curso 2014/2015, que apuntan a una mayoritaria presencia de las mujeres en las profesiones de este ámbito.

Los datos relativos a los egresados del curso 2013/2014 y publicados en la última memoria de responsabilidad social corporativa de la Universidad de Málaga confirman que en 12 de las 18 facultades y escuelas de la Universidad de Málaga, la cifra de mujeres tituladas es superior a la de hombres. La distancia que separa a unas de otros es muy significativa. Por ejemplo, las egresadas de Psicología representan el 78%, seguidas de las graduadas en las diferentes carreras que se imparten en Ciencias de la Educación ( 75%), Ciencias de la Salud (75%), Estudios Sociales y del Trabajo (68%) y Turismo (67%). En la actualidad el predominio masculino en la universidad queda constreñido a las ingenierías, que todavía siguen sin incitar las vocaciones femeninas.

Isabel Jiménez Lucena, profesora de Historia de la Ciencia en la Facultad de Medicina y delegada de Igualdad de la Universidad de Málaga, recuerda que hasta entrado el siglo XX los estudios superiores estaban vedados a las mujeres, de ahí que ahora veamos como un fenómeno extraordinario la feminización de las aulas. Reconoce y se congratula por los éxitos académicos de las mujeres pero recuerda que todavía siguen en pie las barreras informales y las trabas culturales para que esa mayoría de tituladas se refleje con justicia en el mercado laboral. Expone como ejemplo el caso de la medicina donde las mujeres representan la mitad de los profesionales. "¿Cuántas jefas de servicio hay en los hospitales?, se pregunta. "¿Y cuántas catedráticas en la Facultad de Medicina?", agrega. La vicerrectora subraya la necesidad de hacer un "análisis profundo" y advierte que hay que estar muy atentos a la evolución. "No veo que ese cambio que se ha dado en las aulas se traslade de forma automática al mercado laboral". "Hace poco me han hablado de discriminaciones en la contratación de médicas jóvenes embarazadas".

Los obstáculos que ralentizan la feminización de las profesiones tradicionalmente masculinas son culturales y en general sutiles, pero no inapreciables. Isabel Jiménez Lucena recuerda un artículo publicado en 2008 por la revista especializada British Medical Journal bajo el título ¿Hay demasiadas mujeres médico?, en el que Brian Mackinstry de la Universidad de Edimburgo defendía que sí, mientras que Jane Dacre, de la Universidad de Londres, apostaba por el no. Para la vicerrectora que todavía se planteen estos debates refleja que la sociedad todavía no acaba de normalizar el papel de las mujeres en muchas profesiones, de ahí que exija estar alerta y analizar en profundidad los lastres.

La falta de interés de las chicas jóvenes por las ingenierías también lo interpreta como un efecto de las barreras informales y culturales. "Hay muchas iniciativas para divulgar estos estudios entre las alumnas de secundaria y bachillerato, pero aquí hay causas con un arraigo profundo". Afirma que las alumnas que se deciden por estos estudios no sufren discriminación consciente, pero sí "cultural e informal" originada por ese trasfondo cultural, a pesar de las voces que se alzan para promover la feminización de las carreras del ámbito de las telecomunicaciones y la informática para proporcionar profesionales a un mercado que se espera que presente una gran demanda.

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