"La música toca el corazón de todos"

Monseñor Marco Frisina, director del coro de la Diócesis de Roma, participa en un encuentro que culminará mañana viernes con un concierto en la Catedral Destaca de su visita la "amabilidad y belleza de la gente"

Monseñor Marco Frisina visita, junto a Miguel Ángel Gamero, la exposición 'Misericordia' en el Palacio Episcopal.
Monseñor Marco Frisina visita, junto a Miguel Ángel Gamero, la exposición 'Misericordia' en el Palacio Episcopal.
José Luis Pérez Málaga

07 de julio 2016 - 01:00

"La música es capaz de hacer que el hombre vuelva a ser hombre, puede volver a hacerle feliz". Contundente, cercano y con una vida escrita entre pentagramas, Marco Frisina se erige como referente de las composiciones sacras. Eminencia humilde y compositor desde lo sencillo, visita por primera vez la ciudad para unirse a un encuentro coral formativo donde mostrará su experiencia en el arte de conmover a través de los sones.

Durante un encuentro mantenido en la mañana de ayer con las instituciones que han hecho posible el encuentro Málaga canta con Frisina, el sacerdote y director del coro de la Diócesis de Roma habló de lo que mejor conoce: la música como vehículo para llegar a Dios. Llegaba a la ciudad, como él mismo dijo, precedido por su propia música, que le sirve para entrar en consonancia con personas que ya le conocían a través de sus sones.

"La música no es un ornamento de la liturgia, sino que forma parte integrante de ella. Es como una oración: habla a Dios y habla de Dios. Debe tener la belleza de la música y la vitalidad del rezo", expresaba en el encuentro, hablando en italiano. Durante su estancia en Málaga volverá a poner en práctica sus propias palabras a través de diferentes encuentros. El primero de ellos será hoy en el Real Conservatorio María Cristina a las 10:00, donde realizará la conferencia Cantare la fede oggi [Cantar la fe hoy]. Mañana a las 11:00 presidirá una eucaristía en el interior de la basílica de Santa María de la Victoria.

Sus pasos le llevarán posteriormente a la Catedral, donde a las 20:30 celebrará un concierto participativo de coros que él mismo dirigirá. En total, 12 composiciones propias que llenarán el primer templo en un acto de entrada libre hasta completar aforo.

Será un acto de unión entre oración y música: "La música abre el corazón, esa es su capacidad. La palabra tiene potencia, pero con sones es más. La oración con la música, por tanto, se eleva al cuadrado", explicó Frisina en el encuentro celebrado ayer. Para el sacerdote italiano "la música no es mi fin, tampoco mi principio, sino el medio para expresar muchas cosas que quiero decir y comunicar".

Frisina tuvo, en su alocución, tiempo para reflexionar acerca de los compositores y los medios de comunicación como actores de difusión de la música. Sobre los primeros expresó que son "los sembradores de la alegría. Su labor es como la de quien crea llaves, que sólo pueden abrir una cerradura concreta. Las composiciones deben abrir el mayor número de corazones".

Con respecto a los periodistas y profesionales de la comunicación, aunque aplicable a cualquier persona, deseó que "cuenten la humanidad y transmitan su belleza. En todos los conciertos aparece el mal en forma de desafine, pero al final siempre queda el canto, es lo que hay que relatar".

Durante la presentación de los actos, el presidente de la Fundación Diocesana Santa María de la Victoria, José Antonio Sánchez Herrera, destacó la relevancia del representante del Vaticano, que ha realizado conciertos y encuentros formativos por todo el mundo.

Marco Frisina aprovechó la ocasión para visitar la exposición 'Misericordia' que se celebra actualmente en el museo Ars Málaga y destacar el valor de las piezas que en su interior alberga actualmente.

Como conclusión, monseñor Frisina destacó que la música es siempre un acto de cariño: "Siempre buscamos una canción que nos hable de amor. Lo suscita. Eleva, hace sonreír o llorar de emoción, se descubre en el corazón. La música es, en sí misma, un acto de amor". Sus palabras quedarán inscritas, a partir de mañana, en la historia de la Catedral de la Encarnación como himno litúrgico de quien es maestro de la música sacra en el mundo.

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