La estampa diaria de músicos tocando por las calles del centro histórico de la capital podría tener los días contados. A partir de ahora cualquier vocalista, grupo musical o instrumentalistas deberá contar con un permiso municipal para poder actuar en la vía pública. Las fiestas de los colegios y las verbenas en los barrios también se verán afectadas por la nueva ordenanza contra la contaminación acústica que está ultimando el Ayuntamiento de Málaga y que será aprobada antes de que acabe el año.

El área de Medio Ambiente deberá fijar la ubicación y el horario en el que estos músicos podrán en la vía pública para no perturbar el descanso de los vecinos ni de los transeúntes que pasean por la calle. La Policía Local podrá intervenir los instrumentos musicales si los responsables no cuentan con la pertinente autorización municipal.

La misma autorización será necesaria en el caso de las fiestas que se celebren en los centros escolares o cualquier actuación musical que se realice en el exterior como una verbena. El Ayuntamiento de Málaga pretende así reducir el exceso de ruido que tiene que soportar la población y regular las actividades de ocio y los espectáculos.

Lo que no se incluirá en la nueva ordenanza sobre contaminación acústica es la prohibición de realizar tareas de bricolaje por la noche y los domingos y días festivos, una medida que fue incluida en la anterior ordenanza aprobada por el Ayuntamiento hace tres años y que suscitó el rechazo de varios colectivos ciudadanos de la capital.

Tampoco será motivo de sanción por parte del área de Medio Ambiente cualquier actividad que afecte al descanso de los demás como arrastrar muebles o enseres y hacer juegos en el interior de las viviendas, así como utilizar lavadoras, lavavajillas o aspiradoras por la noche.

Los técnicos municipales encargados de la revisión de la ordenanza contra la contaminación acústica, que fue aprobada de forma provisional en 2005 pero que nunca llegó a aplicarse, han eliminado todos los artículos del anterior texto para hacerlo menos restrictivo y más práctico a la hora de aplicarlo.

Por este motivo, la nueva ordenanza no prohibirá tampoco a los personas que dejen a sus animales domésticos en patios, terrazas o balcones durante la noche para no perturbar a los vecinos.

Sí se mantendrá, en cambio, la obligatoriedad de colocar elementos que disminuyan el ruido de las mesas y sillas de las terrazas ubicadas en la vía pública al ser arrastradas y de las persianas de los establecimientos.

Los técnicos también han revisado las sanciones económicas que fijaba el texto de la anterior norma y que oscilaban entre los 600 y los 300.000 euros en el caso de las infracciones más graves, aunque aún no han concretado las cuantías que finalmente se establecerán.

Si todo marcha conforme a lo previsto la futura ordenanza para combatir el ruido entrará en vigor a finales de este año. Las previsiones de la concejal de Medio Ambiente, Araceli González, es que el texto de la nueva norma esté listo para que sea aprobado de forma inicial después del verano y pueda salir a información pública en octubre. Pero lejos de la polémica que la anterior ordenanza provocó entre algunos colectivos, la edil señaló que "no queremos que sea una norma conflictiva y cualquier vecino o colectivo podrá opinar, aunque siempre buscaremos el interés general".

Aunque la intención inicial del Ayuntamiento de Málaga era que el documento inicial estuviera listo antes de que empezara el verano, su adaptación al nuevo reglamento nacional sobre ruido que entró en vigor en octubre del año pasado ha retrasado nuevamente su aprobación.

Pero una vez que sea aprobada, la norma municipal aún podría sufrir nuevas modificaciones cuando la Junta de Andalucía le dé el visto nuevo al reglamento andaluz que aún se está redactando.