Economía

El 'negocio' del Covid-19 que bombardea a los empresarios de Málaga

  • Mamparas, mascarillas, cámaras de ozono, de calor, sellos... Un dolor de cabeza y económico para las compañías

El caos generado para intentar paliar los efectos del coronavirus en los establecimientos.

El caos generado para intentar paliar los efectos del coronavirus en los establecimientos. / Rosell

El coronavirus no solo ha provocado un agujero colosal en la cuenta de resultados de los hoteles o restaurantes, que ya dan el año prácticamente por perdido y solo abren para ingresar algo de dinero y mantener el mayor empleo posible, sino que también ha obligado a los gestores de las empresas a convertirse en expertos en higiene, en sellos de calidad, en medidas de distanciamiento... Un dolor de cabeza en todo regla que se les traslada, además, al bolsillo porque casi nada es gratis.

Al bombardeo económico se le ha sumado en estas últimas semanas el de comerciales vendiendo productos que, según ellos, son los mejores para sortear esta crisis sanitaria y garantizar a los clientes que su establecimiento es seguro. Mamparas para separar mesas, máquinas de ozono, de calentar el aire a 56 grados para desinfectar, fotocatalíticas, todo tipo de sellos de instituciones públicas y de empresas privadas -incluso alguno con el nombre Covidfree como si se pudiera evitar que el virus entrara en un local por tener un sello-, mascarillas, gel desinfectante, guantes de varios tipos... Una locura que los empresarios llevan como pueden para salvaguardar sus negocios y la salud de sus empleados y clientes.

“Tengo un dossier lleno de empresas que venden de todo y realmente lo que hace falta es sentido común, mascarillas y gel. Todo esto es realmente agotador”, explica Luis Callejón, presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol. Manuel Villafaina, presidente de la Asociación de Empresarios de Playas de Málaga y propietario de un chiringuito en Torremolinos, señala que tiene una máquina de ozono en la cocina y en la cámara desde hace años, “pero solo se puede usar entre 15 y 40 minutos y cuando no haya nadie porque puede ser peligroso”.

Dos trabajadores del restaurante Candamil en Málaga mueven una mampara. Dos trabajadores del restaurante Candamil en Málaga mueven una mampara.

Dos trabajadores del restaurante Candamil en Málaga mueven una mampara. / Javier Albiñana (Málaga)

Jesús Sánchez, propietario del restaurante Asako en Málaga capital, también tiene puesto el ozono desde hace años, cuando salió la ley antitabaco. Pero una cosa es que no huela a tabaco el restaurante y otra que se pueda matar al coronavirus. De hecho, aún no hay evidencia científica de que el ozono acabe con el Covid-19. La Junta de Andalucía, en una nota informativa publicada el 18 de mayo, destacaba que “el ozono generado in situ es un biocida y no ha sido todavía aprobado a nivel europeo, por lo que la administración sanitaria no puede proporcionar ningún documento, bajo la legislación de biocidas, que establezca su eficacia o la seguridad de su uso”. En ese documento la Junta dice claramente que el ozono “no puede utilizarse para la desinfección con la finalidad de higiene humana, es decir, no se puede aplicar sobre personas” y resalta también que están totalmente prohibidos los túneles de desinfección de personas por los posibles daños que puede generar en la salud y por dar una falsa sensación de seguridad.

Otro de los temas con que se ha bombardeado a hoteleros, hosteleros y comerciantes es el de los sellos. La Junta de Andalucía ha creado uno -que se puede descargar de forma gratuita- a través del cual ese establecimiento garantiza que cumple las medidas que se le exigen en la lucha contra el coronavirus. Los clientes, además, podrán comprobarlo a través de un código QR. Al margen del sello de la Junta han salido otros públicos y privados que han llegado a generar una sensación de confusión y desconcierto entre los empresarios.

Los hosteleros creen que la existencia de muchos sellos generan confusión

“No somos partidarios de un sello Covidfree porque es irreal, es fantasía, el mejor sello es la fidelidad del cliente que sabe que trabajamos bien”, apunta Callejón. Javier Frutos, presidente de la patronal hostelera Mahos, indica por su parte que “un sello puede dar tranquilidad a un cliente, pero no vemos bien que haya innumerables sellos que hagan perder la credibilidad”.

Jesús Sánchez define claramente la situación: “se ha creado un comercio increíble con el tema del coronavirus”. Poco a poco irán volviendo las aguas a su cauce, pero al calor del Covid han nacido incluso empresas especializadas en la venta de productos contra el virus -desde mascarillas hasta el ozono- que tendrán tirón mientras haya inquietud en la población.

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