Miles de niños de la provincia de Málaga no son atendidos por un pediatra en su centro de salud. Son asistidos por un médico, pero de familia que –ante la falta de esos especialistas– cubre su asistencia. El déficit afecta especialmente a los pueblos de las comarcas de Antequera y la Axarquía. No es un problema ni local ni nuevo:se produce en toda España y desde hace casi dos décadas.

La razón es que faltan pediatras. Y como en la Atención Primaria hay más sobrecarga de trabajo y menores retribuciones, los que acaban el MIR “se van a la sanidad privada, a los hospitales o al extranjero”, explica la delegada del Sindicato Médico de Málaga (SMM)Paloma Chinarro. De los 12 pediatras que acabaron la especialidad el pasado mes de mayo en el Materno, apenas tres optaron por trabajar en un centro de salud; dos en la capital y uno en Torremolinos.

“Se está desmantelando la Pediatría de Atención Primaria”, advierte Leonor Quesada, la secretaria de AndaPap, organización que aglutina a pediatras de los centros de salud de Andalucía.En los últimos años, el Ministerio de Sanidad ha ampliado la plazas MIR de Pediatría para tratar de paliar el déficit. Pero el problema continúa porque muy pocos de los que acaban la especialidad eligen trabajar en un centro de salud cuando terminan la residencia.

Andalucía, la única comunidad de España sin enfermera pediátrica en Primaria.

¿Por qué? Porque las condiciones laborales y retributivas son peores en Atención Primaria. Trabajan más y cobran menos. La diferencia puede ser de hasta 1.500 euros mensuales menos respecto a sus compañeros de hospitales. Además, las posibilidades de formación y proyección profesional en Atención Primaria son escasas. “Hay poca proyección profesional, ganamos menos que en un hospital y las consultas están masificadas; te tiene que gustar mucho la Primaria para elegir un centro de salud”, resume Chinarro. La secretaria de la Asociación Andaluza de Pediatría de Atención Primaria (AndaPap) lamenta la falta de formación en este nivel:“En los hospitales hay sesiones clínicas. Nosotros desde que llegamos es asistencia, asistencia, asistencia”.

El Sindicato Médico de Málaga estima que el déficit de estos especialistas provoca que en la provincia cerca del 40% de los niños no sean atendidos por pediatras sino por médicos de familia. La Delegación de Salud rebaja esa cifra al 21,4%.

La secretaria de AndaPap detalla que desde Málaga capital hasta Fuengirola todas las plazas de Pediatría están cubiertas por estos especialistas. En Marbella, alrededor del 33% lo ocupan médicos de familia porque no hay pediatras. En Estepona, la relación es del 50%. En el Guadalhorce, aproximadamente el 25% de los facultativos que atienden a niños no son pediatras y en Antequera, más del 50%. En la Axarquía, antes de la pandemia, de las 21 plazas de Pediatría, 19 la ocupaban médicos con la especialidad y dos, facultativos de familia. Ahora, hay 10 pediatras y 11 médicos de familia.

Es decir que en zonas más alejadas de los núcleos urbanos incluso, como dice Quesada, “se está dando la vuelta” porque hay más facultativos de familia ocupando una plaza de Pediatría que pediatras. Además, la sangría de estos especialistas en Atención Primaria se ha acelerado en los últimos años.

La Delegación de Salud precisa que la provincia de Málaga cuenta con 206 plazas de Pediatría para Atención Primaria. “Estas plazas están a cargo de especialistas y su cobertura en el caso de suplencias está supeditada a la existencia de pediatras en la bolsa única de empleo del SAS, siendo cubiertas por médicos de familia en funciones de Pediatría cuando no hay pediatras disponibles en la bolsa, por lo que la atención a los menores está asegurada”, señala la Administración sanitaria. Y concreta que este es el caso de 44 plazas de la provincia, “ninguna de ellas en Málaga capital; es decir el 21,4% del total, que están cubiertas por médicos de familia en funciones de Pediatría porque actualmente no hay pediatras disponibles en la bolsa”.

El Colegio de Médicos de Málaga también lleva años alertando de la falta de estos y otros especialistas. Para su vicepresidente de Cultura y pediatra, Pedro Navarro, la solución pasa, entre otras medidas, porque el Ministerio de Sanidad adapte el número de plazas MIR de la especialidad a las necesidades y la Administración autonómica reduzca el número de pacientes diarios: “La atención primaria está muy saturada. Es una carga ver a unos 30 niños por día. Es más atractivo para el residente que acaba, dedicarse al hospital. Por eso cuesta que den el paso de elegir un centro de salud”.