Los embalses de Málaga alcanzan su mayor acumulado desde 2021

Las escorrentías, aún vivas, aportan casi cinco hectómetros cúbicos más a las reservas en la última semana

Puesta a punto de la presa de Casasola en Almogía: retiran sedimentos y será inspeccionada por robots con cámaras

Windsurf en la presa de Casasola, hace una semanas.
Windsurf en la presa de Casasola, hace unas semanas. / JAVIER FLORES

El mayúsculo balón de oxígeno otorgado por las lluvias a los embalses malagueños hace ya posible, tras varias semanas de subidas sin interrupción, realizar comparaciones muy positivas. Tanto es así que el nivel actual de las reservas, que se encuentran por encima del 60% de su capacidad con 368 hectómetros cúbicos, es el más alto desde comienzos del mes de abril de 2021.

Así, acorde a los datos de la red Hidrosur, las escorrentías que aún persisten en el paisaje de la provincia les han aportado 4,88 hm3 más en los últimos siete días. Si estos caudales seguirán aumentando su dimensión en las próximas jornadas es todavía una incógnita, en la medida en que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ve un escenario marcado por la "incertidumbre" esta primera mitad de la Semana Santa, con probabilidad de tormentas dispersas en el interior de manera esporádica y algunos chubascos en la capital.

Lleguen a darse o no, lo cierto es que los embalses del sistema Guadalhorce (Limonero, Casasola, Conde, Guadalteba y Guadalhorce), que abastecen a la ciudad, superan, por mucho, los 140 hm3 fijados por la comisión de sequía como necesarios para desescalar las restricciones, por lo que el diagnóstico desde el Ayuntamiento es que la Junta las suavizará en la próxima reunión de técnicos. Que no se haya dado ya este paso es cuestión de letra pequeña, toda vez que además de superar el umbral deben transcurrir dos meses con las reservas por encima de él, un plazo que aún no se ha cumplido.

En lo que respecta al nivel de los pantanos es preciso reseñar que aunque estos se encuentran ahora, en sentido general, en niveles calcados a los de hace cuatro años sus acumulados individuales sí que han variado sustancialmente. El que más lo ha hecho, para bien, ha sido La Viñuela: en concreto, el embalse axárquico ha ganado cerca de 29 hectómetros cúbicos, haciendo escalar su total por encima de los 80 y su porcentaje al 48,82%, hasta tal extremo que a día de hoy vuelve a ser el que más almacena de los siete que componen la red. En aquel entonces albergaba 53,4, una cifra que, pese a no ser negativa habida cuenta de las estrecheces por las que ha pasado en los últimos años, sí la situaban en aquel periodo muy lejos de ser la que tenía un estado más óptimo.

El nivel del pantano de Conde de Guadalhorce se ha incrementado hasta los 64,44 hm3 al tiempo que antes almacenaba 47,57, lo que significa que ha ganado casi 17. Este crecimiento incluso ha tenido de por medio un desembalse en las últimas semanas, puesto que las lluvias lo llenaron casi en su totalidad; en estos instantes se encuentra al 96,92%. La presa de Casasola, que igualmente se llenó y se vio obligada a verter agua al exterior por los aliviaderos dado que su desagüe de fondo se taponó de sedimentos, ha ganado casi 7,5 hm3, por lo que roza ahora los 20, y se encuentra al 91,57%. Esta infraestructura cuenta, además, desde hace unos días con una tubería alternativa que le permite desaguar, tras una actuación de urgencia de la Junta de Andalucía, para resolver este problema, así como con robots con cámaras trabajando para localizar el taponamiento. El Limonero, por su lado, ha ganado algo más de 2 hm3, de manera que ahora tiene 14,62 y se sitúa al 65,44%.

A partir de aquí llegan las bajadas. En los dos primeros casos de poca magnitud. El embalse del Guadalhorce ha perdido en estos cuatro años, comparativamente, 1,33 hm3 cúbicos, hasta los 56,70, siendo su porcentaje de 45,10%. Le sigue en bajada el embalse de La Concepción, con 2,31 menos, aunque cabe recordar que este también tuvo que abrir sus compuertas semanas atrás, después de que los aportes de las fuertes precipitaciones lo situasen al borde de su nivel de seguridad. Sometido a grandes fluctuaciones por sus características propias, la Junta licitó recientemente por valor de 1,1 millones de euros la instalación de unas bombas para que sea posible extraer recursos cuando su nivel sea menor a 17 hm3, es decir, cuando se encuentre en situación de embalse muerto (con lámina de agua pero sin posibilidad de extraerla por falta de tecnología). La reserva restante, que es en la que se producen mayores variaciones, es la de Gualdalteba, que almacena ahora casi 45 hm3 menos de los que acumulaba en abril de 2020, cuando superó los 121. Su porcentaje es del 50%.

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