Málaga

La noche de Halloween en Málaga: terrorífica y peculiar

Un grupo de amigos disfrazados este Halloween en el centro de Málaga.

Un grupo de amigos disfrazados este Halloween en el centro de Málaga. / Pepe Gómez (Málaga)

La noche de Halloween se ha convertido en los últimos años en una de las festividades más esperadas por los malagueños. Desde hace semanas ya se podía ver cómo los escaparates de los comercios de la ciudad comenzaban a decorarse con telarañas, calabazas y calderos en espera de la noche más terrorífica del año.

Lejos de lo terrorífico, en Málaga se podían admirar disfraces de toda índole, porque sí, había brujas y diablos, pero también ángeles, animadoras o superhéroes. Una cosa está clara: la originalidad no faltó entre los que decidieron vestirse.

A pesar de ser una costumbre estadounidense, la acogida que ha recibido Halloween en todas partes del mundo demuestra el afán que existe por el disfraz. Si algo sorprendía al caminar la noche del treinta y uno, era observar que ya no se trata de una fiesta "para jóvenes", sino que personas de todas las edades decidieron unirse a ella.

Disfraces en calle Larios. Disfraces en calle Larios.

Disfraces en calle Larios. / Pepe Gómez

"Para mantener el espíritu joven", reconocía un matrimonio en el Soho tras recoger el premio a mejor disfraz de grupo. Añadían, además, que los disfraces no tenían gran complicación: alguna ropa vieja que no importe romper y manchar de rojo, y las paletas de sombras de siempre para un maquillaje especial.

El maquillaje fue sin duda uno de los estelares de la noche. Los vídeos tutoriales e ideas para los conjuntos de Halloween han arrasado estas últimas semanas las redes sociales, cuyo público acogía con entusiasmo este contenido. Muchos de los que ayer pasearon por calle Larios con sus disfraces reconocían haberlos recreado de YouTube o de Tiktok, así como haberse inspirado a través de Pinterest e influencers.

Cómo lograr un look impactante

Así pues, los malagueños demostraron su faceta más creativa. Uno de los entrevistados explicaba el procedimiento para conseguir ese look impactante: "Tan fácil como rollo de cocina y cola para crear el efecto de una piel falsa desgarrada a la que luego se le añade maquillaje y sangre falsa. La ropa la compré en una tienda de segunda mano, así no me importa romperla y mancharla de rojo".

Otros no requirieron de tanta elaboración a la hora de construcción su disfraz: una diadema en la cabeza, una máscara o un conjunto negro al completo fueron suficientes. De alguna forma u otra, lo necesario para encajar en la estética que caracteriza a la última noche del mes de octubre.

Calaveras mexicanas. Calaveras mexicanas.

Calaveras mexicanas. / Pepe Gómez

Halloween es una fiesta que atrae año tras año a más público. Una familia disfrazada de calaveras mexicanas afirmaba que este era su primer año disfrazándose, aunque el pequeño, convertido en calabaza siniestra, ya llevaba vistiéndose desde años anteriores. Sus máscaras fueron pintadas delicadamente por ellas mismas, así como sus caras y cuellos para conformar una estampa que imponía, ante todo, respeto.

La diferencia generacional ha desaparecido. Algunos jóvenes aseguraban que para sus padres esta tradición es ya algo normal y de la que ellos también disfrutan. El "truco o trato", eso sí, queda tan solo para los más pequeños, aunque escoltados por los mayores.

Málaga continúa cambiando y aceptando tradiciones que hace unos años parecían ajenas a la realidad y personalidad de los que viven en la ciudad. Ahora, el 31 de octubre es Halloween, la noche más terrorífica del año, aunque en la plaza de la Marina se encuentre ya el árbol de Navidad y de la Alameda Principal cuelguen decoraciones para el 25 de diciembre.

La noche más terrorífica del año deja en Málaga las escenas de grupos de familias y amigos disfrutando en compañía, parando a otros disfrazados para hacerse fotos. Quizá es cierto y aceptar nuevas tradiciones no se nos da del todo bien. Cualquiera diría que el humo y el olor de los fogones de los castañeros que llenaba la Alameda era un recurso más para dar un ambiente terrorífico, pero no. Al final era la unión de las tradiciones de siempre con las que se instauran poco a poco, y a nuestra manera.

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