La noria del puerto deja de girar
Municipal
La atracción, convertida en icono de la capital, para su actividad al vencer la licencia, situación que podría prolongarse varias semanas.
La noria de 70 metros levantada en el puerto de Málaga echa el cierre. ¿Temporalmente? ¿De manera definitiva? Los interrogantes sobre el futuro de esta atracción, convertida según sus defensores en nuevo icono visual de la capital de la Costa del Sol, crecen después del vencimiento de la autorización concedida por la Autoridad Portuaria y la licencia de utilización, ambas vigentes hasta ayer.
El giro se detiene después de que ninguno de estos permisos, necesarios para garantizar la continuidad demandada por la promotora de la estructura haya sido renovado. Y ello a pesar de los deseos de la empresa responsable de la misma, Mederyt, que reclama prolongar su actividad al menos seis meses más con el fin de sentar las bases de su apuesta para levantar una noria de 100 metros y permanente en otra localización del espacio portuario.
El escollo con el que se enfrenta la mercantil es que los vecinos que residen justo al otro extremo de Muelle Heredia, que viene denunciando las molestias que genera la noria en su día a día, mantienen intacto su rechazo a la posible ampliación de la actividad de la atracción. Incluso tras haber mantenido un primer encuentro con los responsables de la mercantil la pasada semana, con la mediación del Ayuntamiento, los residentes insisten en oponerse a que se vuelva a autorizar la instalación.
Sergio López, uno de estos vecinos, insistía a finales de la pasada semana en reclamar que se cumpla el compromiso municipal y que no se autorice un nuevo plazo. Sobre el particular, sostuvo que los residentes han hecho gala de su paciencia al aceptar un primer periodo de ocho meses, prorrogado otros cuatro meses, para esta estructura. A las molestias generadas por el ruido y por el exceso de luz, añaden desde hace meses la irrupción que supone para su intimidad tener las cabidas de la noria a escasos metros.
Esta circunstancia, como admite abiertamente el alcalde, Francisco de la Torre, dificulta la posibilidad de que el Consistorio acceda a otorgar una nueva licencia a Mederyt. El discurso oficial que se transmite desde la Casona del Parque parece más ambiguo que hace varios meses, cuando De la Torre era mucho más explícito al posicionarse en favor de los vecinos. Ahora, tras conocer la apuesta de la empresa privada de implantar una noria definitiva de 100 metros, que iría acompañada de una plaza en suelo portuario (todo valorado en unos 35 millones), el regidor rebaja el tono y apunta a la necesidad de que las dos partes afectadas puedan encontrar un punto de consenso. De no producirse, el Ayuntamiento tendrá que tomar partido.
Desde la Gerencia de Urbanismo se precisa que el pronunciamiento final estará condicionado a que, con carácter previo, el Puerto otorgue la correspondiente autorización. Sin embargo, el presidente del organismo portuario, Paulino Plata, confirma que en ningún caso avanzará en este camino sin la garantía de que el Ayuntamiento secundará tal acción con la aportación del permiso municipal. Sea como fuere, Plata incide en que debe ser el Consejo de Administración del Puerto el que se pronuncie sobre una nueva autorización. Un problema añadido es que la próxima reunión del consejo está prevista para mediados de septiembre.
¿Qué ocurrirá hasta ese momento con la noria? Todo apunta que quedarse en pie y parada. Ni el Ayuntamiento ni el Puerto están en la idea de exigir al propietario de la misma su desmontaje, admitiendo la existencia de un escenario en el que es posible aún un acuerdo que dé luz verde a ampliar la actividad de la misma. Solo si se constata la imposibilidad de ir adelante con este asunto, será cuando se exija a Mederyt la marcha de la noria del suelo de Muelle Heredia.
Entre tanto, la mercantil sigue confiando en recibir el aval final de las administraciones implicadas. Y aunque no vincula de forma taxativa la continuidad de la noria provisional con el proyecto permanente, sí admite que mantener la estructura en su ubicación actual durante algunos meses más allanaría el potencial interés de inversores en actual en el plan definitivo.
Según los datos manejados por la propia empresa, son del orden de 800 los usuarios que a diario se han estado subiendo en la noria desde que arrancó su actividad, en pruebas, el 25 de agosto del año pasado. Ello ha supuesto unos ingresos en favor del Puerto que han llegado a alcanzar los 100.000 euros mensuales, incluyendo la tasa de ocupación y de actividad.
"Málaga se debe ver a pie, no desde el cielo"
En la jornada de ayer la noria seguía recibiendo visitantes en una cantidad "como todos los días" y no había ningún cartel informativo sobre su cierre. Bread quería descubrir todos los rincones de Málaga y le recomendaron subir a la noria . Al bajar, admitía que tiene varias deficiencias, que le falta altura y es cara para lo que ofrece. "Las vistas son bonitas, pero la estructura urbana de Málaga la convierte en una ciudad que se debe ver a pie, no desde el cielo". Rogar, otro turista alemán, tenía una opinión diferente, le gustó mucho. "Está bien para quien visita la ciudad, pero para la gente de aquí no". Un francés, Lo, fotógrafo y subió a tomar imágenes de la ciudad. "Es un atractivo importante, pero si tuviera más altura sería mucho mejor". "Recuerdo haberme montado en otras ciudades y que la cola fuese enorme, me ha sorprendido que hubiese tan poca gente aquí", aseguraba Ricardo, un visitante Zamorano. "Es un algo cara para lo que es, esta ciudad es muy bonita pero no es Londres, por eso es normal que no se monte la gente", añadía. Francisco, de Madrid, opinaba que "los puntos clave de Málaga se recorren en una tarde y se ven mucho mejor y más bonitos. Esto no es más que un reclamo para guiris". Margarita creía que era de las pocas personas que ha subido más de una vez en la noria ; esta vez para traer a unos familiares. "Me gustan las vistas, me parece caro pero me parece un punto súper fuerte y atractivo para la ciudad. Yo, sin duda, lo veo un acierto". "Hemos escuchado que la quitaban y hemos traído a los niños que tenían ganas de subir", contaba María, de Málaga. "Nunca habíamos subido porque es cara. Se ve bonito desde arriba, pero tampoco es nada espectacular, si quieren que funcione bien deberían darle más altura o ponerla en otro sitio, aquí prácticamente se ve solo el mar", decía Con respecto a la permanencia de la noria opinaba que "mientras no lo tenga que pagar yo, no me importa. Eso sí, que tengan en consideración si molesta a los vecinos".
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