¿Es normal perder un carrito de bebé en un aeropuerto?

Parece difícil perder un carrito de bebé en un aeropuerto, sobre todo si el padre o la madre del pequeño lleva al niño encima, con lo que pesan, durante una buena parte del trayecto. Antes o después, lo normal es que se dé cuenta de que no tiene el carrito. Puede extraviarse tras facturar y no encontrarlo en la cinta de maletas, aunque en ese caso lo lógico sería reclamarlo al momento. Sea como fuere, extraviar el carrito es más habitual de lo que se piensa. De hecho, en la oficina de objetos perdidos del aeropuerto de Málaga hay numerosos carritos olvidados por sus dueños, así como otros elementos más habituales como maletas, gafas, bolsos, relojes o cinturones.

Los descuidos están a la orden del día, hasta el punto que solo el año pasado se registraron 7.348 objetos extraviados en el aeropuerto de Málaga, según los datos facilitados ayer por Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena). Teniendo en cuenta que la instalación acoge en torno a 12 millones de viajeros anuales puede parecer un volumen pequeño, el 0,06%. Sin embargo, son 20 extravíos al día, un número considerable.

Hay leyendas urbanas de todo tipo sobre dónde terminan esos objetos. No obstante, el procedimiento a seguir está más que delimitado. El propietario del artículo perdido tiene hasta dos años de plazo para solicitarlo. Si no lo hace, aquella persona que encontró esa maleta o esas gafas y que las llevó a la oficina de objetos perdidos tiene tres meses para pedir que se lo den. En ocasiones lo hacen y en otras no. Depende de que se acuerden y del valor del producto hallado. El año pasado Aena devolvió a sus legítimos propietarios 1.305 artículos y 1.271 a las personas que los encontraron y, dos años después, los demandaron.

Aquellos productos que no son reclamados por nadie suelen ser donados a asociaciones benéficas. El aeropuerto ha entregado en los últimos años un total de 4.126 objetos perdidos al centro de acogida San Juan de Dios -especializado en atender a personas en alto riesgo de exclusión social y fomentar su integración-; a la organización no gubernamental Madre Coraje -especializada en la cooperación al desarrollo de comunidades empobrecidas de Perú-; a la asociación Piel de Mariposa Debra, una entidad sin ánimo de lucro formada por personas afectadas por epidermólisis bullosa, profesionales y colaboradores; y a la asociación de ayuda católica Cáritas.

Los olvidos y las pérdidas de objetos son una parte inherente de la condición humana. Rara es la persona que nunca ha perdido nada. No obstante, hay despistes y despistes. Y perder un carrito de bebé es uno muy grande. Afortunadamente estaban vacíos.