El nuevo obispo de Málaga pide "parar la guerra cruel" en Gaza

Monseñor Satué reclama un "talante misionero" con las personas pobres y no creyentes

Málaga ya tiene nuevo obispo: José Antonio Satué, la renovada mano derecha de La Manquita

Satué, este lunes, atendiendo a los medios. / JAVIER ALBIÑANA

El nuevo obispo de Málaga, José Antonio Satué, ha acudido este lunes a su primer encuentro de agenda tras tomar posesión de su cargo el pasado sábado en la Catedral de Málaga. En este acto iniciático que ha tenido lugar en el Obispado monseñor Satué se ha mostrado un hombre cercano. "Mis amigos y familia están fascinados con este patio", compartía el oscense, de 57 años, mientras admiraba el entorno minutos antes de dar declaraciones a los medios. Una primera toma de contacto que ha empleado para dar unas pinceladas de su futura gestión, aunque con plena conciencia de que está aún aterrizando en tierras malagueñas y de que le queda un largo trecho por conocer la realidad local. De este modo, se ha marcado como objetivo que su diócesis tenga un "talante misionero" también con las personas pobres y los no creyentes que "no han recibido la buena noticia" de Dios y ha valorado el compromiso social que realizan las cofradías, las hermandades y Cáritas en el seno de la Iglesia. Eso no ha quitado que a preguntas de los medios haya querido compartir también un mensaje internacional contundente, que no ha sido otro que la necesidad de "parar esta guerra cruel" que está teniendo lugar en Gaza.

"Tengo relación directa con la parroquia de Gaza y me van enviando información de vez en cuando. La situación, ciertamente, es dramática. No puedo hacer un análisis político: no es mi cometido ni tengo tanta información. Pero sí que está claro que matar a personas con hambre que se acercan a recoger comida no puede aportar nada a los contendientes. Lógicamente, a las personas que están allí mucho menos", ha reflexionado. En otro orden de cosas, Satué ha aludido a sus profundos lazos con Huesca, donde ha desarrollado su labor principalmente en la diócesis, en la que ejerció como vicario parroquial y párroco en varias comunidades, además de desempeñar responsabilidades de capellán, consiliario de Acción Católica, arcipreste, director de centros de formación teológica, vicario general y vicario judicial.

Toda una serie de ocupaciones que han marcado su vida y que este lunes no ha querido olvidar, comparando su pasado con el que ya es su presente. De este modo, al ser preguntado sobre la Semana Santa malagueña, monseñor Satué ha recordado que fue prior de la archicofradía de la Veracruz, la encargada de "coordinar" esta liturgia en la provincia oscense. "Ahora te vas acercando [a las cofradías de Málaga] y ves el trabajo, la seriedad con la que se comprometen. Confío mucho en los malagueños y malagueñas", ha explicado Satué, que se ha abierto a empaparse de la fe de los locales, como ya hiciera en su anterior destino. "Viendo cómo miraban a San Lorenzo me transmitían su religiosidad. Espero que me pase igual, que viendo vuestros tronos, cofradías y cómo la vivís, poco a poco, se me vaya pegando".

Cuestionado sobre la posibilidad de que en Málaga salgan procesiones durante el Sábado Santo, el obispo ha dicho desconocerlo y que eso "hay que pensarlo bien". A este respecto, ha precisado que "si Málaga no ha tenido nunca, por lo que yo he oído, procesiones en Sábado Santo, supongo que será por alguna razón que en este momento desconozco". Aunque, ha puntualizado que "todo se puede poner encima de la mesa".

En paralelo, Satué ha afirmado que "una de las principales tareas del obispo no es hacer, sino valorar lo que otros hacen, y en ese sentido yo intentaré conocer, valorar y apoyar todo lo que se está trabajando tanto en este aspecto como aquellos que estén trabajando más en la evangelización más explícita de Jesucristo". Así, ha incidido en que las "dos patas de la misión" de la Iglesia son "una más social y otra más explícita que se refiere a la fe", y ha apuntado en ese sentido que su interés es "procurar que nuestras parroquias, diócesis y cofradías no sean autorreferenciales, sino que sepan extrovertirse, hacia y desde Dios, a la sociedad".

"Estamos acostumbrados a estructuras que son seculares y que tienen importancia, porque si han durado tantos siglos, no es por casualidad", ha explicado el obispo, al tiempo que ha precisado que "tuvimos que hacer un esfuerzo para que poco a poco tengamos ese talante misionero más fuerte. Con los pobres y con aquellos que no han recibido la buena noticia o lo han recibido y por tantas razones se han alejado de la vida cristiana". Además, ha valorado "todo lo que hizo el Papa Francisco con respecto a poder dialogar, no solamente con personas de la Iglesia, sino con otras personas que no están en el ámbito de esta" y ha considerado que eso no se tiene que dejar de lado.

De igual modo, ha informado de que su primera decisión al frente del Obispado "ha sido confirmar todas las responsabilidades dentro de la diócesis" y ha explicado que, aunque hay algunos cargos que son fijos, como los párrocos, otros dependen de que, como ha hecho, el obispo les confirme, como son los vicarios o los delegados de las diferentes áreas pastorales, que "todos quedan confirmados hasta el nuevo aviso".

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