"Mi objetivo es ser legal"

El argelino Sid Hamed Bouziane salió ayer en libertad después de permanecer internado en el CIE · El 15-M abandona el campamento de Capuchinos.

Esperanza Ruiz / Málaga

18 de agosto 2011 - 07:40

Emocionado y agradecido. Tras 28 días internado en el Centro de Internamiento para Extranjeros (CIE) de Capuchinos, el argelino Sid Hamed Bouziane salió ayer en libertad. Prácticamente no podía pronunciar palabra. En la puerta le esperaba una de sus amigas venida de Córdoba, quien junto al 15-M de Málaga comenzó hace algo más de dos semanas una lucha intensa para que el joven, de 28 años, fuese puesto en libertad. "Gracias al 15-M. Gracias a Córdoba y gracias a Cosín", fueron algunas de las palabras que pronunció en español el argelino instantes después de salir del CIE.

Poco antes de las 19:00, el abogado de Bouziane, José Cosín, entregaba al joven un documento del Gobierno en el que se le comunicaba la suspensión de la orden de expulsión a su país. "Estalló de júbilo. Han sido muchos días de lucha. 28 desde que lo encerraron y 16 instalados en la plaza de Capuchinos", señala una de las amigas. Una hora más tarde, sobre las 20:00 y con una mochila en la mano, Bouziane abandonó el CIE. En la entrada su inseparable amiga. Bajo las escaleras un centenar de integrantes del 15-M tarareaban el estribillo del famoso tema Libre interpretado por Nino Bravo. La emoción se transformó en abrazos incesantes con prácticamente cada uno de los allí presentes.

Carmela, su mujer desde hace escasos días, le esperaba al teléfono. La emoción era tal, que el joven prácticamente no pudo decirle nada. "Carmela estoy fuera. Estoy bien". Estas fueron las únicas palabras de Bouziane a su mujer, con la que se reunirá hoy para celebrar el matrimonio civil. Ayudado por un intérprete, el argelino aseguró que han sido unos días "muy difíciles y duros". Indicó que vio por la televisión cómo el 15-M se estaba movilizando para su puesta en libertad, algo que reconoció que un principio le sorprendió. "No me lo esperaba. Muchas gracias por todo", añadió.

Preguntado por su estancia en el CIE, Bouziane solo dijo una palabra: "cárcel". Después afirmó que los internos que se han quedado dentro están contentos de su salida y añadió que espera que tengan la misma suerte que él. Ahora, su objetivo es "ser legal". "Quiero cuidar a mi mujer, tener una vida normal, luchar como todo el mundo y ser legal", explicó el joven emocionado, quien añadió que quiere ponerse en contacto con su familia, en Argelia, con la que no ha contactado desde hace una semana.

En un escrito remitido a Cosín se establece la suspensión de la ejecución de la resolución de expulsión del joven "a fin de dar un plazo para que se ultimen las gestiones relativas al matrimonio" de la pareja, que ya se casó en el CIE de Capuchinos este pasado sábado por el rito musulmán y hoy lo hará por lo civil. Tras la celebración del matrimonio civil, Bouziane confía en poder obtener el permiso de residencia, después de que ya le fuera denegado definitivamente el asilo político. La deportación del joven argelino de 28 años hubiese supuesto, según los indignados, su "condena a muerte" porque sería encerrado por las autoridades del país o asesinado por radicales islamistas.

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