atascos en la tecnópolis

La odisea de llegar al PTA

  • El tráfico se ha convertido en el eterno problema del Parque Tecnológico de Andalucía, con colapsos diarios y trabajadores que llegan a tardar casi una hora en recorrer 14 kilómetros

Casi una hora tarda David Perles en recorrer todas las mañanas los 14 kilómetros que separan su casa, en la calle Pierrot, de su oficina, en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), una distancia que según Google se tarda en hacer unos 20 minutos. "Esa es mi vida, gastar tiempo y gasolina", lamenta. Los atascos vienen siendo, desde hace tiempo, el eterno problema del Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) y, aunque el bloqueo sufrido en septiembre se ha aliviado esta semana después de que el área de Movilidad del Ayuntamiento diera marcha atrás en su decisión de dejar en un solo sentido la calle Cristobalina Fernández, en el distrito de Campanillas, los trabajadores que acuden a la tecnópolis cada mañana -y el resto de conductores que se desplazan desde la capital hasta las localidades del Valle del Guadalhorce- siguen teniendo que sortear largas colas de vehículos para llegar a tiempo a sus puestos.

"Hay caminos alternativos, como pasar por el Centro de Transportes o el Parque Cementerio, el problema es que el número de trabajadores aumenta cada ejercicio y los accesos son insuficientes para la marea de coches que pasa todos los días entre las 7:20 y las 9:30, y de 17:00 a 19:00", señala. Además, precisa que los veranos crean "una falsa tranquilidad que te hacen olvidar los atascos". "Ha sido llegar mediados de septiembre y volver a la locura de siempre", agrega.

Actualmente, el PTA reúne a casi 18.000 trabajadores. Quien más y quien menos, todos tienen sus atajos para intentar sortear los -casi seguros- atascos, aunque con tanta gente buscando soluciones al caos, la mayoría reconoce que los planes no siempre salen bien. La técnica más empleada consiste, básicamente, en vigilar el reloj y apurar los minutos para adelantar o atrasar la hora de entrada y salida de la oficina. De hecho, son muchos los que celebran que en sus empresas les dejen margen para llegar o salir.

Es lo que dice María del Mar Luque, que reconoce tener "la suerte" de disfrutar de flexibilidad en el horario. Aún así, explica que en los cuatro años que lleva trabajando en el PTA ha desarrollado sus "trucos para no pillar atascos". "Intento entrar a las 09:15 que es cuando ya no hay tráfico Y, a la vuelta, si salgo a mediodía, salgo a la 13:30, que es el momento en el que no hay tráfico en la salida", explica, porque "como salgas a las 13:45, ya te encuentras atasco en la avenida principal". La opción de tirar por Campanillas la considera "una odisea", porque "entre los semáforos, los autobuses y que es un solo carril…" "No te merece la pena", concluye.

En caso de que le toque trabajar por la tarde, asegura que prefiere retrasar la vuelta hasta las 18:30 o 18:45, incluso dejarlo para después de las 19:00. "Si algún día salgo a las 14:00, puedo tardar perfectamente media hora en recorrer la distancia que hay desde la intersección del PTA hasta la salida de la rotonda. Y si es a las 15.00 o a las 18:00, más o menos igual", afirma.

"Es un infierno llegar y salir de allí", manifiesta Carlos Reyes, cuya empresa también les permite desde hace poco adelantar el horario de entrada y de salida, cosa que "agradezco bastante". Según cuenta, al entrar 30 minutos antes consigue librarse de unos 20 minutos de atasco cada mañana, y al salir ocurre igual. "Vivo en Fuengirola y antes salía a las 07:00 para entrar a las 8:00, ahora salgo a las 6:50 para entrar a las 7:30 y llego bien de tiempo, y a la vuelta acabo llegando una hora antes a casa, con la media hora que salgo antes y otra media de tráfico que me quito", explica. Con todo, matiza que los días de lluvia "es casi imposible llegar a tiempo al trabajo", debido a que a la entrada del Parque se acumula "una cantidad de coches muy grande".

Según Adolfina Rueda, otra de las trabajadoras afectadas, aunque se cojan atajos "al final todos vamos a parar al mismo sitio" y "tardas la vida en llegar". A esto añade que "lo peor" es aparcar, desde que asfaltaron y pusieron de SARE la gran explanada en la que dejaban los coches. "Ahora, además de por los atascos, la gente se levanta mucho antes todavía para ver si puede aparcar por la calle, pero eso es difícil", subraya. En su caso, el problema lo tiene los viernes de vuelta a casa: "Salgo a las 15:00 y ya hay atasco hasta la misma puerta de mi edificio, en la calle Marie Curie". Y, en caso de tener que hacer horas extra, más tarde, "de 18:00 a 19:00 sabemos que no podemos salir". "Vamos mirando el reloj y nos asomamos por la ventana, y preferimos quedarnos más rato echando horas que meternos en el coche", asegura.

Desde luego, Perles afirma que la complicación para acceder al PTA "es la peor condición del trabajo" allí y lamenta que "ahora parece que hay empresas que buscan mudarse fuera, por razones lógicas". "Las empresas suelen buscar un sitio grande, barato y con buen acceso, y Málaga así no puede ofrecer las tres cosas", opina.

"Arreglarlo no creo que sea fácil ni barato", reflexiona Reyes. "Está claro que la entrada principal al Parque debe tener doble carril, y doble sentido", sostiene. "O mejor, hacer que llegue el metro allí", agrega Luque, que señala que "las líneas de autobuses han mejorado, pero aún así, son eternas y en horas punta es horrible". También Rueda coincide en que lo ideal sería llevar el suburbano al PTA, aunque teme que no llegue nunca.

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