Las operaciones sin ingreso se han duplicado en apenas cinco años

Tres de cada cuatro cirugías programadas se hacen ya sin que el paciente tenga que ser hospitalizado, lo que ahorra camas

Una operación de Urología por cirugía mayor ambulatoria en el Hospital Clínico.
Una operación de Urología por cirugía mayor ambulatoria en el Hospital Clínico.
Leonor García Málaga

01 de septiembre 2013 - 01:00

Operarse sin tener que dormir en el hospital es cada días mas frecuente. Tres de cada cuadro cirugías programadas se hacen ya con este sistema que evita infecciones nosocomiales al enfermo, ahorra desplazamientos a los familiares y permite a los centros sanitarios reservar las camas para las patologías más graves. El avance ha sido posible gracias sobre todo a las mejoras en la anestesia. Según explica la responsable de Cirugía General y Digestiva del Clínico, Resi de Luna Díaz, ahora hay fármacos para dormir o sedar a los pacientes que permiten una más pronta y mejor recuperación tras la intervención.

"La calidad es la misma que la de una cirugía programada normal y se hace con mucha seguridad quirúrgica", aclara. Los excelentes resultados han impulsado estas operaciones sin ingresos, la llamada cirugía mayor ambulatoria y de corta estancia (CMA). De hecho, en apenas cinco años se han duplicado. En el Clínico, en 2008 se operaban por CMA el 30,02% de las patologías susceptibles de ser intervenidas con estas técnicas. En 2012, esta cirugía ya suponía el 76,99%. En el mismo periodo, en el Clínico la CMA pasó del utilizarse en el 35,3% de los casos susceptibles de hacerse sin ingreso al 64,1%.

El año pasado, entre ambos hospitales se llevaron a cabo 30.922 operaciones de cirugía mayor ambulatoria; 19.121 en el Carlos Haya y 11.801 en el Clínico. Respecto a la cirugía programada total -en la que se incluyen también las operaciones que requieren hospitalización-, la CMA representa las tres cuartas partes. Un 76,82% en el Carlos Haya y un 77,04% en el Clínico. El listado de patologías que se intervienen sin necesidad de ingreso es largo. Pero entre las más frecuentes están las cataratas, los juanetes, las amígdalas, las ligaduras de trompas, los legrados, las hernias, la extracción de muelas del juicio y ciertas lesiones y tumores de la piel.

"Prácticamente no hay reingresos porque se hace una cirugía con mucha seguridad quirúrgica", aclara la cirujana. Cada vez, se asumen casos más complejos, enfermos con más riesgos y más procedimientos. En caso de que al final los médicos estimen que no es conveniente el alta, el paciente se queda una noche en el hospital. Para ello, el centro siempre tiene camas reservadas para CMA. "Los pacientes ya conocen este tipo de cirugía y ellos piden irse el mismo día a sus casas", explica la responsable de la unidad de gestión clínica.

La edad media de los enfermos operados por CMA es de 48 años en el Carlos Haya y de 58 en el Clínico. La razón de esta diferencia es que las estadísticas del primer hospital incluyen intervenciones pediátricas -amígdalas, circuncisión o hernias- que bajan la edad media global.

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