El óxido de los 'coloraos'
más de años en málaga Óxidos Rojos
Un grupo inversor británico abrió la fábrica en 1905 al calor industrial de Málaga y hoy en día la gestiona el nieto de uno de los fundadores · Exportan el 80% de su producción





La llaman la fábrica de loscoloraos y solo con entrar ya se sabe el porqué de ese nombre. El rojo predomina por toda la instalación, desde los tejados hasta los propios empleados, aunque éstos aseguran que ese material no es perjudicial para la salud. Por momentos, parece como si se estuviera en Marte, con numerosas rocas rojas esparcidas por varios sitios que, tras molturarlas, se convierten en un polvo que ha sido el sustento de esta compañía durante algo más de un siglo. Dicen incluso que la expresión malagueña "sabes más que los ratones coloraos" se debe precisamente a que los roedores y otros animales que buscaban alimento por los alrededores de la fábrica se manchaban de rojo.
Esta compañía centenaria se llama Óxidos Rojos, está en el polígono Guadalhorce, y produce y comercializa óxido de hierro por todo el mundo, hasta el punto que la exportación ya representa el 80% de las ventas. Su historia es peculiar y cuenta con uno de los CIF más antiguos de la provincia. Un grupo inversor británico llamado Golden Valley Colours, de Bristol, llegó a Málaga en 1905 atraído por el nuevo auge industrial de la ciudad a principios del siglo XX. Se acababa de crear la Sociedad Hidroeléctrica del Chorro, el sector alimentario se hizo fuerte con la venta de vino y pasas, y la metalurgia cobró protagonismo con empresas como Trigueros, Heaton, Vers o la Sociedad Minero-Metalúrgica Los Guindos. En el área química surgieron firmas destacadas como Unión Española de Explosivos, Cros o Vasco-Andaluza y, en este contexto, los británicos apostaron por la creación de Óxidos Rojos de Málaga, también conocida como La Victoria.
La empresa empezó a funcionar en 1905 aunque la sociedad no se constituyó como tal hasta el 24 de febrero de 1921. La fábrica original estaba en la calle Héroe de Sostoa y en 1971 se inició su traslado hasta el polígono Guadalhorce, desde donde está plenamente operativa desde 1976. La mecanización y los adelantos tecnológicos también cambiaron de forma notable la forma de trabajar ya que en sus inicios había 110 trabajadores y ahora apenas quedan ocho (cuatro en la fábrica, tres en administración y uno en el laboratorio). El gerente de la firma es Simon Kinnersley, nieto de uno de los fundadores. Es periodista deportivo y vive en Gran Bretaña, aunque baja dos o tres veces al mes a Málaga para hacer las gestiones de la empresa y ver los partidos del Málaga CF. Esta semana estaba en una feria comercial en Estados Unidos. ¿Para qué se usa el óxido de hierro? Esos pigmentos naturales se han empleado habitualmente en el revestimiento de los barcos, tejas, hormigones y hasta cosmética. Se utilizan principalmente como pinturas anticorrosivas, aunque ahora también se venden de forma habitual para colocarlo en redes de piscifactorías para evitar que se pegue algún microorganismo y pueda fluir el agua o para los carriles bici.
Ese óxido lo extraían, en un origen, de minas propias de Córdoba y Jaén. A lo largo de las décadas, sus propietarios decidieron cambiar la estrategia y comprar directamente el producto. Ahora han vuelto al inicio, es decir, tienen en propiedad los derechos de explotación de una mina en Córdoba que, en principio, les garantiza material para los próximos 30 años aunque, según un estudio, podría tener incluso más vida útil.
La construcción era un sector clave pero, tras el hundimiento del sector, han tenido que abrirse a nuevas ramas y mercados. Históricamente Óxidos Rojos ha tenido una clara vertiente exportadora aunque ahora han tenido que reforzarla, pasando de un 65 a un 80% de la producción. "Sobrevivimos gracias a la exportación porque en España se vende muy poco", apunta Mayte Peña, empleada de la empresa. Venden en casi toda Suramérica, Europa, Estados Unidos, Canadá, Australia, China, Filipinas, Singapur o Sudáfrica, donde los llaman Málaga red en las ferias. Peña subraya que están buscando nuevas posibilidades y este año han ido, por ejemplo, a encuentros profesionales en Dubai o Brasil. Producen, en total, unas 4.000 toneladas de óxido de hierro al año y facturan en torno a 1,5 millones de euros. Exportan a través de los puertos de Algeciras, Málaga o Valencia para seguir al pie del cañón más de un siglo después de su creación. Los coloraos siguen en la brecha, superando la crisis con más trabajo e intentando conseguir clientes de cualquier parte del mundo. Una buena fórmula para seguir vivos otro siglo más.
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