Málaga

Una paciente amenaza a dos médicos después de haber agredido hace unos meses a otro en un centro de salud de Málaga distinto

Última protesta por las agresiones a sanitarios en el Hospital del Guadalhorce.

Última protesta por las agresiones a sanitarios en el Hospital del Guadalhorce.

Una paciente ha reincidido al amenazar a dos médicos de un centro de salud de Málaga capital después de que hace unos meses protagonizara una agresión a otro facultativo en otras dependencias sanitarias de la ciudad por la que un juez dictó sentencia con una orden de alejamiento.

Esta usuaria profirió las amenazas la semana pasada en el centro de salud de Cruz del Humilladero, el miércoles a un médico en la consulta y al día siguiente igualmente con otra médica con gestos e insultos, tras lo que tuvo una discusión con los administrativos de Admisión del centro a gritos y con nuevas amenazas.

Según ha informado el Sindicato Médico de Málaga (SMM) este martes, cuando llegó la Policía al lugar la mujer ya se había ido, pero recogieron los datos y se ha interpuesto una denuncia por parte de los dos facultativos.

La central sindical ha denunciado este nuevo caso de violencia contra los médicos en un comienzo de año en el que se han producido varias agresiones en centros de salud y hospitales de la provincia; un incremento de hechos de este tipo que -a su juicio- se está “normalizando” en la sociedad sin justificación alguna.

El SMM exige a la Administración andaluza la contratación de más vigilantes de seguridad, figura que en muchos centros de salud ya no existe, además de implementar campañas de concienciación ciudadana.

Málaga, a la cabeza en agresiones

Málaga sigue siendo la provincia andaluza donde, en términos absolutos, más agresiones totales se registran de Andalucía en el Servicio Andaluz de Salud (SAS). En el primer semestre de 2022 hubo una diaria. Del total de ataques en los centros sanitarios, tres de cada cuatro fueron verbales. El resto, físicos. De hecho, Málaga también fue en ese periodo la provincia andaluza con mayor número (en términos absolutos) de ataques físicos, un lamentable liderazgo en el que repite. Los agresores, en su mayoría, eran personas normales, que no tenían trastornos psiquiátricos o deterioro cognitivo. Esa es –en apretado resumen– la realidad cotidiana que enfrentaron los profesionales del SAS de enero a junio inclusive del año pasado.

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