Solidaridad Se repartirán 150.000 cheques menú de Unicaja en toda Andalucía

Un papel que garantiza el alimento

  • Entre otros puntos de Málaga, la Fundación Virgen de Valvanuz entregó ayer sus primeros vales de comida

En el local de la Fundación benéfica Virgen de Valvanuz, en la calle Huerto de los Claveles, ayer lunes era día de ropero. Un grupo de mujeres hacía cola para llevarse algunas prendas con las que vestir a la familia. Pero entre ellas, también esperaban algunos para recoger el cheque menú de Unicaja, los vales que la obra social de la entidad bancaria junto a Bancosol han puesto en marcha para que los más necesitados puedan canjearlos en restaurantes y bares de la zona por una comida.

Uno de los beneficiarios de esta ayuda es padre de dos hijos, finlandés aunque lleva en Málaga unos 15 años, divorciado y con una serie de problemas de salud que le impiden trabajar. Aun así asegura que no tiene "ni prestación de ningún tipo, ni médico, no cotizo desde hace dos años y he presentado la incapacidad ya dos veces y me la han denegado". Fue florista y trabajó en un restaurante, pero dos hernias discales, un quiste en la cabeza y otras dolencias le hacían "ir dos semanas y estar la tercera de baja". Vive de la generosidad de un amigo que ahora se ha quedado también en paro y la situación se le complica aún más. Por eso, es uno de los 18 beneficiarios de los cheques que ha otorgado esta fundación benéfica, que ya contaba con una decena de solicitantes en lista de espera horas después de que comenzaran el reparto de los cheques.

Cristina Moragues es voluntaria y actúa como trabajadora social. Ella es la encargada de entregar estos vales semanalmente con los que podrán almorzar en dos restaurantes del centro que están conveniados o llevarse un primer plato, segundo y postre para comerlo en casa. En principio, y según el convenio firmado por los responsables de la iniciativa, durante seis meses se les dará esta ayuda a los que tengan menos recursos. "Tiene que justificar unos ingresos mínimos dependiendo del número de personas de la unidad familiar, aportar un certificado de empadronamiento, una relación de gastos y un certificado de que no tienen ingresos, en caso de que sea así", explica Moragues. Los beneficiarios han de comprometerse a usar este cheque y a "notificar si cambian sus circunstancias personales, si consiguen empleo, si se trasladan o están enfermos y no pueden usarlos para que se les pueda adjudicar a otra persona", dice la voluntaria.

Además, desde la fundación benéfica y del resto de ONG que colaboran en este proyecto se hará "un seguimiento de los establecimientos y si hay alguna incidencia con algún usuario se le comunicará a Bancosol", dice Cristina Moragues, que subraya que en la fundación hay mucha gente en situación de pobreza crónica, "personas mayores con hijos drogadictos, gente que no tiene absolutamente nada, ni para pagar una vivienda ni para comer". Ahora, en el humilde local del Huerto de los Claveles, las monjas y voluntarias se encuentran con una herramienta más para socorrer al necesitado.

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