Hay millones de personas que no han visto ni tocado un Ferrari en su vida. Es un vehículo de gran lujo que solo está al alcance de bolsillos privilegiados. Sin embargo, los malagueños pudieron comprobar ayer cómo brillaban y rugían los motores de una treintena de estos coches en el Museo del Automóvil de Málaga. Enrique Ramallo, miembro del Club Ferrari España, comentó que la mitad de los vehículos eran propiedad de residentes en la Costa del Sol y los demás procedían de distintos puntos de España.

El evento se inició el viernes en Puerto Banús con un paseo y una cena y ayer por la mañana hubo una ruta en caravana de todos los coches desde Marbella hasta Málaga. Fueron al Museo del Automóvil, lo visitaron y dejaron sus coches a la entrada para disfrute de todos los que se quisieran acercar.

Ramallo lleva 15 años trabajando en Ferrari, pero no posee ninguno. "Para mí es un sueño y una ilusión y solo poder conducir uno es una experiencia que gusta mucho", recalcó. Además de representantes del Club Ferrari, participaron miembros de la asociación Goldwing España ya que también se expusieron otra treintena de estas míticas motocicletas.

Ricardo Serven, director técnico del Museo, explicó que "han venido coches emblemáticos para Ferrari como el Módena, el F40 o el Spider" y subrayó que la actividad había tenido "muy buena acogida". De hecho, durante toda la mañana se acercaron muchos curiosos para hacer fotografías o escuchar los motores de estas máquinas con centenares de caballos de vapor.

Tanto los vehículos como las motocicletas solo estuvieron expuestos unas horas, pues la jornada era de un día. "Solo se hace una vez al año, pero somos un museo muy dinámico y siempre estamos haciendo actividades como las concentraciones de Alfa Romeo, entre otras", añadió el directivo del museo.