El París de Pedregalejo
Una pareja francesa deja su bistró tras 10 años y abren un restaurante frente al mar
Destacan su menú itinerante con productos del día y sin fritura
Málaga/En uno de los epicentros más destacados para el pescaíto frito, el paseo marítimo de Pedregalejo, han decidido dejar atrás sus 10 años de historia como dueños de un bistró parisino para embarcarse en una nueva aventura bajo el Sol y frente al mar.
El París Plage –traducido del francés como playa de París– es el nuevo proyecto gastronómico desde el pasado mes de agosto de Isabelle y Cristian Pischis. Ubicado en el número 46 del paseo marítimo El Pedregal, su aspecto no desentona con otros bares y restaurantes típicamente malagueños, pero su propuesta gastronómica es totalmente diferente a la de sus vecinos.
Sin perder su influencia parisina, combinan platos típicos galos como el Bœuf bourguignon, que es un estofado de buey cocinado con vino de Borgoña –la especialidad de la casa, en palabras de la chef– o postres caseros como la Far bretón, una tarta con la textura de un flan hecha con ciruelas y ron. Todo ello contando con con productos frescos españoles. De hecho, esta cesta de la compra particular hace que su menú sea itinerante, dependiendo de los productos adquiridos en el día.
Este giro radical a sus vidas , según explican, se debe “al sol, al mar, a la vida más tranquila... Es una experiencia diferente para la cabeza tras 40 años en parís, teníamos que cambiar”. El requisito era estar en Málaga, una ciudad que visitan siempre que pueden “desde hace tres o cuatro años”. “Pedregalejo, ¿por qué no? Hemos encontrado aquí un sitio fantástico”.
El antiguo negocio, Le P’tit Canon, estaba situado en la rue Legendre, a un paseo de media hora del Arco del Triunfo. Lo definen como un restaurante “de cocina muy tradicional de todas las partes de Francia, del norte y del sur. Un bistró con un pintor y con toda la gente mezclada y con mucho vino”.
Una de las peculiaridades del nuevo negocio y que le diferencia de los locales del paseo marítimo es que no cocinan nada de fritura “salvo patatas fritas y de vez en cuando croquetas”, y que prefieren cocinar con carne –gallega, en particular– en lugar de pescado. “La carne de aquí y las verduras están muy buenas”, asegura Isabelle.
Esta alternativa gastronómica, según apuntan, puede ser un problema ahora porque “somos muy diferentes de los otros [negocios]”, pero confían en que la calidad del producto y la paciencia para llegar a la temporada alta de verano logrará un buen resultado cocinado a fuego lento. En invierno y entre semana, como todos los locales de Pedregalejo, es un sitio “tranquilo y un poco difícil”, especialmente en días en los que sopla un levante frío del Mediterráneo.
Cristian es un experto en vinos franceses, por lo que aún está “aprendiendo un poquito” de los caldos españoles y de qué le gustan a los comensales. “El vino español es muy bueno, fuerte, con mucho sol y muy diferente de todos los vinos de Francia”, apunta. Otro de los detalles que más aplauden sus clientes, según las valoraciones en internet, es que Cristian recomienda muy buenos maridajes. “Esto no lo hemos visto en muchos camareros de aquí, y sabemos vender el producto”.
Aunque destacan que pueden encontrar en España prácticamente todos los productos para su menú particular, como caracoles, ostras y vinos de importación; sí que echan de menos el queso francés. “Es un producto muy preciso y tradicional. Pienso que puedo encontrarlo si busco bien, pero no tenemos mucho tiempo para ello”, comenta Isabelle.
En cuanto al rango de precios, el establecimiento ofrece un menú diario a 15 euros con dos platos, postre y bebida. Fuera de esto, el rango de precios oscila entre los 20 y los 40 euros por persona.El mensaje que transmiten a sus clientes es como su cocina: conciso y efectivo. “Que vengan a probar, es un menú que se cambia cada dos días con una cocina simple y de calidad, con buenos productos”. “Sin fritura”, concluyen.
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