Un parking podría demandar al Consistorio por instalar pilonas

Después de 40 años abierto en el mismo lugar, el parking Granados, ubicado junto a la Plaza Uncibay de la capital, puede estar ahora a punto de desaparecer. Eso teme, al menos, la familia que lo regenta desde entonces y los siete trabajadores que han dedicado su vida a estacionar los 300 coches que aparcan a diario en este edificio, con capacidad para 60 plazas.

Los responsables de estas instalaciones temen que su actividad se agote cuando el Ayuntamiento materialice el proyecto de colocación de pilonas a la entrada de la calle Méndez Núñez. El objetivo municipal es el de restringir el tráfico en el casco histórico, para mejorar la calidad de vida de esta zona. Aunque ha garantizado que seguirá permitiendo el paso a los usuarios del aparcamiento, los responsables del mismo están convencidos de que las pilonas actuarán como elemento disuasorio.

"Cuando la gente vea las pilonas pensarán directamente que por ahí no se puede pasar. No se van a imaginar que si llaman a un interfono y dicen que van al aparcamiento podrán hacerlo", explica uno de los responsables del negocio, inquieto también porque ha leído en la página web del Ayuntamiento que su aparcamiento sólo estará reservado para los residentes.

La actividad de uno de los estacionamientos con más solera del casco histórico es mantenida en un 30% por los abonados, personas que cuentan con una plaza fija durante las 24 horas del día y que pagan un importe fijo cada mes. Sin embargo, los ingresos del aparcamiento se sustentan, en un 70%, en las personas que dejan ahí su coche por horas. "Cuando la gente no entre, tendrán que cerrar y nosotros iremos a la calle", exponen los trabajadores, todos con más de 50 años de edad y que ven la iniciativa municipal como un "atropello" a sus derechos.

El aparcamiento estudia ahora medidas legales contra el Ayuntamiento por competencia desleal, tras conocer que las pilonas no afectarán al parking municipal de Tejón y Rodríguez, ubicado a escasos metros del suyo. "Estamos estudiando medidas legales por considerar que el Consistorio actúa en contra de los principios de la libertad de empresa y de libre concurrencia en el mercado favoreciendo al aparcamiento situado en Tejón y Rodríguez, en detrimento de los otros parking y actuando así de forma desleal y lesionando el derecho a la libre competencia", dicen.

Los usuarios del aparcamiento consultados tampoco están de acuerdo con el proyecto planteado por el equipo de gobierno. "En todos los aparcamientos municipales hay unas listas de espera enormes para hacerse con un abono; están todos colapsados, dónde vamos a dejar los coches ahora", expone una mujer con un abono mensual en Granados desde hace cuatro años.

Aparte de las personas que cuentan con un plaza fija, aparcar en el centro de Málaga es todo un reto para los conductores. Los aparcamientos municipales suelen estar completos en horas punta y las plazas al aire libre están copadas en su mayoría para las destinadas al SARE (zona azul) y los residentes (zona verde).

El aparcamiento Granados, con el apoyo de la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico, ha propuesto al Ayuntamiento una alternativa con la que consideran que podrán mantener, no sólo su actividad, sino la de otros aparcamientos públicos y privados que existen en el centro. La propuesta consiste en trazar una línea imaginaria desde el principio de calle Tejón y Rodríguez (arranca en el final de Carretería), pasando por Méndez Núñez, Plaza Uncibay, Granada, Plaza del Siglo, Duque de la Victoria y Císter. Nueve aparcamientos subsisten entre Tejón y Rodríguez y Císter, por lo que los comerciantes han propuesto crear un carril en el que sólo se le permita la entrada a las personas que quieran utilizar cualquiera de estos aparcamientos, con alguna señal que lo identifique. Los aparcamientos afectados son los de Tejón y Rodríguez, Comedias, Plaza del Teatro, calle Casa Palma, los dos del Pasaje Granados, calle Echegaray, el sanatorio Gálvez y Císter.

Además de las posibles acciones legales, los trabajadores y propietarios del parking prevén emprender otro tipo de medidas de presión para sacar adelante sus puestos de trabajo. El parking Granados abrió al público en agosto de 1968, después de que el Ayuntamiento propusiera al hombre que compró ese solar que hiciera un aparcamiento público, ya que era necesario en la ciudad. El propietario así lo hizo, abriendo uno de los primeros parking de la capital.