"Han pasado nueve años pero aún sueño con el día en que Amy vuelva para abrazarla"
El caso de Amy Fitzpatrick, que cuando se le perdió la pista en 2008 tenía 15 años, es uno de los más desconcertantes. Ni la década que casi ha transcurrido desde entonces ni la ausencia de pistas concluyentes para localizarla han arrebatado la esperanza a Audrey, su madre, que mantiene activa la página en Facebook Missing Amy Fitzpatrick para recordar a la pequeña. "Aún sueño con el día en que vuelva para poder abrazarla otra vez. No está siendo fácil después de tanto tiempo. Siento que todos los días son como el primero", expresó a este periódico.
La menor, según la versión de su progenitora, salió de casa de sus amigos en Mijas la noche del 1 de enero de aquel 2008. Lo hizo, en palabras de la progenitora, sin dinero para regresar a o llamar. "Pienso que puede estar muerta, pero quiero creer que volverá un día a casa. Esa es mi esperanza", manifestó Audrey, que asegura haber "recurrido a todas las fuentes" para encontrar a su hija y pide a los ciudadanos "que recen para guiarla hasta casa". "Dejamos España rotos y lo echamos de menos. Cuando vuelvo, siempre aviso a la Policía por si hubiera noticias mientras estamos allí", explicó.
Otra de las desapariciones que más repercusión mediática ha generado fue la de Agnese Klavina, la joven letona de 30 años a la que se le perdió la pista en septiembre de 2014 en Marbella. Fue vista por última vez en la discoteca Aqwa Mist de Puerto Banús, una de las más exclusivas de la zona. Dos hombres fueron procesadas por su presunta relación con la desaparición y están en libertad, con el pasaporte retirado. El informe policial, en palabras de Fernando Scornik, su abogado, es "tajante". "Fue metida en un coche en contra de su voluntad y desapareció. Si no se da noticia de su paradero, la pena es casi la misma que por asesinato. No tiene que haber un cadáver. Es un secuestro", señaló el letrado.
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