La 'pasajera misteriosa' del 'Titanic'
Mañana se presenta en la Fnac un libro que recuerda a los 10 españoles que embarcaron en el malogrado buque, entre ellos la malagueña Encarnación Reynaldo
Durante muchos años fue tan solo la pasajera misteriosa. Apenas se tenía constancia de su vida después del naufragio y los escasos datos que se encontraban de ella eran muy confusos. Pocos sabían entonces que Encarnación Reynaldo era natural de Marbella y que con los 30 dólares que pudo ahorrar logró cumplir uno de sus sueños: viajar de Londres a Nueva York para visitar a su hermana. La historia ha querido que esta humilde empleada del servicio doméstico pase a ser uno de los diez españoles que embarcó en el Titanic y sobrevivió a su hundimiento. Ahora una publicación rescata las vidas de cada uno de estos supervivientes anónimos. Mañana se presenta en la Fnac Málaga Los diez del Titanic, escrito por Javier Reyero, Cristina Mosquera y Nacho Montero.
Un año antes del viaje inaugural del barco, Encarnación se encontraba en Londres donde trabajaba para una familia gibraltareña, la del empresario Henry Vázquez, "que se dedicaba a la importación de látex desde La India, decide trasladarse a Londres y se lleva a tres de las personas que trabajaban para él, entre ellas esta malagueña", relata Nacho Montero. Pero los negocios del empresario empezaron a ir mal y éste prescinde de sus servicios. Encarnación decide entonces viajar a Nueva York para ver a su hermana y embarca en el Titanic como pasajera de segunda clase. "Tuvo mayor facilidad para salvarse porque dominaba el inglés. Y las instrucciones de la tripulación se dieron en ese idioma", comenta el coautor del libro.
Encarnación se salvó del naufragio en el bote 9 junto a dos catalanes que nunca llegaron a saber que su acompañante era también española. "Pensaban que ellos eran los únicos españoles porque Encarnación no habló en ningún momento", evoca Montero. Tampoco lo hizo durante la travesía en El Carpathia, el barco que rescató a los supervivientes y los llevó hasta el puerto de Nueva York. "Se dio la casualidad de que fue ese mismo barco el que años antes había transportado a su hermana a Nueva York", añade Montero. Durante el trabajo de investigación que realizaron los autores localizaron el censo de Londres en 1911 donde figuraba que Encarnación trabajaba con la familia gibraltareña "que era viuda, que había tenido tres hijos en España, y que uno de ellos había fallecido", apunta el periodista.
Un siglo después, poco más se sabe del recorrido vital de esta marbellí, a la que tan sólo le sobrevive -que los autores hayan podido constatar- una sobrina-nieta en Nueva York. "A Encarnación se le pierde la pista. Allí no saben prácticamente nada de ella. Tenía algo en común con el resto de españoles. No hablar del viaje", resume el autor. Nacho Montero espera que con la salida al mercado de este libro "algún familiar aporte algo más. Porque seguro que en Málaga tiene más familia", sospecha.
Junto a la historia de Encarnación Reynaldo, Los diez del Titanic recoge otro descubrimiento del que sus autores se sienten especialmente orgullosos: "El pasajero español número 10", detalla Montero. El libro reconstruye la historia, hasta ahora inédita, del único miembro español de la tripulación: el barcelonés Juan Monros. Con 20 años y por azar fue contratado como ayudante de camarero del lujoso Restaurante a la Carta del Titanic. La noche del naufragio, Monros y todo el personal del restaurante -unos 70- fueron retenidos en un largo corredor de tercera clase por otros miembros de la tripulación, que les impidieron acceder a la cubierta de los botes. "Él accede en el último momento pero no sobrevive", apunta Montero. Una semana después, su cadáver fue rescatado del Atlántico Norte.
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