Los peligros del láser

El láser depila por contraste. Cuanto más blanca está la piel y más oscuro es el vello, mejor lo detecta y lo destruye. Pero si se confunde, puede provocar quemaduras. Por eso, los profesionales deben tener en cuenta muchas variables a la hora de calibrar el aparato: el tipo de piel, el color del pelo, el bronceado y la medicación que está tomando la persona, entre otras cosas. Es una técnica ya muy común para depilación, pero entraña sus riesgos. Ayer trascendía una sentencia en la que la Audiencia de Málaga condena a una clínica -perteneciente a una franquicia- a indemnizar a una mujer con 31.262 euros por las quemaduras causadas. Según informó el Defensor del Paciente, se ratifica así el fallo de un juzgado que entendió que "se calculó mal y ello fue la causa de la aparición de quemaduras".

Especialistas consultados apuntaron que en general los centros que lo utilizan son serios, pero también reconocieron que habían asistido a pacientes con quemaduras por depilación láser. "Hay que ponerse siempre en manos de expertos", recomienda el responsable de Dermatología del Hospital Regional, Leandro Martínez. El facultativo advierte que como intervienen diferentes variables a la hora de calibrar el equipo, la dosis que se da a una misma persona puede variar de una sesión a otra. Si la usuaria ha tomado sol, por ejemplo, cambia.

El jefe de Dermatología del Hospital Quirón, Silvestre Martínez, aconseja que antes de someterse a un tratamiento completo, la persona se haga una prueba en un pequeño trozo de piel y espere unas 48 horas para comprobar la reacción de la piel. También recomienda no utilizar cremas anestésicas porque el dolor puede ser un síntoma de que hay que parar con la depilación. El especialista sostiene que con frecuencia, los técnicos que manejan estas máquinas suelen usar dosis más flojas "a costa de más sesiones, pero con menor riesgo".

La fotodepilación láser lleva más de una década utilizándose. Al principio era más cara y solo la hacían los dermatólogos. Progresivamente se ha abaratado y ya es aplicada por técnicos. Aunque mayoritariamente es demandada por mujeres, también los hombres han comenzado a utilizarla. Y casi no queda parte del cuerpo en la que no se emplee. A fin de evitar disgustos, los especialistas dan dos consejos básicos: que la piel esté lo más blanca posible y que se acuda a un experto porque "a mayor cualificación, mayor seguridad".