Una 'pelona' contra el cáncer
Un grupo de mujeres que han sufrido la enfermedad tratan de superarla fabricando muñecas en forma de broche con diseños personalizados de gran éxito
Cuando a Mariló Rodríguez le dijeron en febrero del año pasado que tenía un cáncer de mama creyó que el mundo se le venía encima. Una oleada de pánico le invadió y pensó que la vida se le iba. Pero no fue así. Poco a poco logró plantarle cara a la enfermedad y hoy en día, aunque sigue bajo tratamiento, puede decir que le ha ganado la batalla. Incluso le ha dado la vuelta a la tortilla y ha conseguido que hacer de sus pelonas un nuevo estilo de vida.
Es el nombre cariñoso y cargado de simbolismo que esta mujer de 41 años le ha dado a las muñecas en forma de broche que ella misma diseña y hace a mano con la ayuda de otras mujeres que han pasado o están pasando por su misma situación. El nombre lo dice todo. "Es lo que más te traumatiza cuando empiezas con la quimioterapia", aseguró Mariló ayer a este periódico, porque "te hace perder tus rasgos y es un choque difícil de asumir aunque lleves peluca".
Pero ella ha querido buscarle el lado positivo a los efectos del cáncer y encontrar en pelonas.com una nueva ilusión por seguir adelante. Empezó como un hobby y al final ha resultado ser todo un éxito. Desde diciembre ya ha vendido más de 400 de estas particulares muñecas, la mayoría por internet donde han tenido una grana aceptación.
Quizás sea por sus originales diseños y porque incluso se pueden hacer de forma personalizada. "Me han pedido de todo", contó Mariló ayer a este periódico. Pelonas peluqueras, juezas, deportistas, ejecutivas, bailarinas, vestidas de mantilla o de flamencas. Todas son hechas a mano por ella y un grupo de siete mujeres que también han pasado por la dura experiencia del cáncer.
Muchas de ellas se embarcaron en esta iniciativa después de participar en los talleres que Mariló imparte como terapia desde hace unos meses en la Asociación Española contra el Cáncer. Y el resultado no ha podido ser más positivo para Natalia Díaz. Hace dos años y medio que le diagnosticaron el cáncer de mama y "ahora estoy divinamente", señaló. El reunirse cada día con sus compañeras para hacer las muñecas y compartir experiencias le ha hecho cambiar el chip, y darse cuenta de que la vida sigue después de la enfermedad a pesar de que es consciente de que no podrá regresar a la ferretería donde trabajaba antes.
Un ejemplo de superación es Carmen García. Tiene 81 años y hace 22 años que superó el cáncer. Ahora también hace las muñecas y es un fiel reflejo de vitalidad y ganas de vivir. Dice que las pelonas son su "vicio" y más cuando "sabes que estás contribuyendo a ayudar a mucha otra gente".
De los alrededor de diez euros que cuestan los broches, un euro va directamente destinado a la lucha contra el cáncer, además del beneficio que se obtiene por la venta de las muñecas fabricadas en los talleres.
Mariló quiere seguir apostando por esta experiencia porque atrás quedó esa etapa de su vida en la que vendía seguros de vida antes de la enfermedad. Quiere contribuir con su granito de arena a que otras mujeres consigan pasar ese trance por el que ella misma ha pasado por culpa de una enfermedad que se cura.
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