Málaga

De la perrera a la Benemérita

  • La unidad canina de la Guardia Civil dispone de más de una decena de animales en Málaga en la modalidad de drogas y explosivos

La mayor parte de los canes están adiestrados para la detección de drogas y la búsqueda de explosivos. Adam y Quantom, un pastor belga y un labrador, son dos de estos perros especializados que pertenecen a la unidad canina de la Guardia Civil en Málaga, y que cuenta con poco más de una decena de animales. Cada semana, con la llegada del Melillero, su tarea consiste en inspeccionar bateas, vehículos y pasajes del barco. Y aunque para ellos esta actividad no es más que un juego en el que poner en marcha su instinto de caza, el porcentaje de aciertos se eleva al 96% de los casos. "El perro es fundamental en estas modalidades porque su olfato llega donde no llegamos nosotros", expresó Luis, jefe de la unidad de explosivos del servicio cinológico en Málaga.

El marcaje pasivo de los perros en ambas modalidades inhibe la agresividad del animal, lo que hace que en lugar de morder o arañar en el sitio en el que ha detectado algún tipo de sustancia para la que ha sido adiestrado, se siente junto al lugar o la persona, a la que se queda mirando fijamente a la espera de su recompensa. "Siempre tiene que encontrar algo para mantener su rutina de trabajo, si no el perro se deprime. Lo recomendable es hacerle su práctica una vez acabe el trabajo para que no pierda el interés, y tras cada hallazgo darle un premio", explicó.

Los pastores alemanes o los labradores son algunas de las razas predeterminadas que cumplen el perfil para estas actuaciones. El adiestramiento, como si de un juego se tratase, se realiza mediante un trozo de felpa, una pelota o cualquier juguete que se esconde para que el perro acuda a su encuentro a través de una serie de prácticas cada vez más complejas. "En lugar de agudizarle la vista le agudizamos el olfato. Edificios, vehículos, papeleras, interiores o exteriores de viviendas o cualquier lugar es susceptible para trabajar", apuntó. El periodo de enseñanza, que realizan los propios agentes que se encargan de su tutela, puede rondar los dos meses y, por norma general, son jubilados a los ochos años, aunque hay veces que dentro de esas edad continúan funcionando bien hasta los diez, cuando llega la hora de darlo de baja y adquirir otro perro. Su tiempo de trabajo se reduce a una media hora, tras lo que deben tomar un descanso antes de volver a su tarea.

Los dobles fondos en vehículos es una de las tareas a la que la Guardia Civil ha puesto fin gracias al olfato de estos animales. Aseguran que estas técnicas están cada vez más perfeccionadas, "pero por muchas trabas que nos pone la delincuencia el perro al final acaba detectándolo". Introducir algún tipo de sustancia envuelta en plástico al vacío en el depósito del gasoil, intentar distraer al animal con otros olores como el café y otras sustancias químicas, dobles fondos en la ropa o incluso ocultar drogas en el ano o la vagina son solo algunas de estas técnicas. "Pero incluso si lo guardan dentro de los genitales el perro también lo detecta. La capacidad que tienen de detección es increíble y cada día nos sorprende más. El perro está preparado para detectar cualquier tipo de sustancia. ", señaló. Una vez localizado algún tipo de estupefaciente el vehículo queda inmovilizado y se procede a la detención del dueño por un delito contra la salud pública. El hachís es la sustancia que más se detecta en nuestra provincia, en su mayoría procedentes de plantaciones de Melilla. Asimismo, añade que la sola presencia del perro a la hora de la inspección ya provoca una sintomatología en la persona, como nerviosismo e intranquilidad, "que hace que a nosotros nos demuestre algún indicio de que puede ocultar algo".

Además del Melillero, el aeropuerto y la prisión, donde se realizan controles en los extrarradios, son otras de las zonas calientes en las que el instinto de estos animales juega un papel importante. También colaboran con otras agrupaciones, sobre todo en la modalidad de explosivos. "La mayoría de las amenazas por explosivos suelen ser falsas, pero nunca podemos bajar la guardia, siempre vas como si fuera real", comentó. En estos casos, mientras el perro especializado en droga trabaja con correa, el de explosivos lo hace a una distancia de 50 o 60 metros por delante del agente para que, en caso de bombas trampa, esta no llegue al efectivo. En el puerto, trabajan los exteriores, sobre todo en aquellos vehículos sospechosos de crear alguna alarma social. "Cuando nos llaman por una amenaza lo normal es que tengamos dos o tres perros preparados, porque estos son como las personas y pueden tener un mal día, y en el caso de que nos indique que hay algo hay que confirmarlo con otro perro", explicó.

Aunque en Málaga el servicio cinológico solo cuenta con estas dos modalidades, a nivel nacional existen otras especialidades, como la búsqueda de personas, incluso debajo del agua, de dinero negro o hasta de CDs piratas. Asimismo, la Guardia Civil, pionera en el trabajo con perros desde 1951, trabaja en una nueva modalidad todavía en fase experimental, como la de detectar algún tipo de enfermedad, como la narcolepsia, la enfermedad del sueño.

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