"Boquerones fritos hoy no tenemos, del día no hay nada". Ayer se cayeron de las cartas de la inmensa mayoría de bares y restaurantes de la capital los primeros productos desde el inicio del paro de las cofradías de pescadores malagueñas. Al suspenderse las capturas de bajura, pescado fresco del día ya no queda.

El sector de la hostelería pudo mantener el tipo durante el pasado fin de semana merced al almacenamiento en cámaras frigoríficas, pero el género ayer estaba agotado. Conocedores de la realidad que se avecinaba, muchos confiesan que el pasado viernes llenaron sus neveras más de lo habitual. Ayer, la estampa de los puestos de pescadería de los distintos mercados de la capital, así como de las pescaderías de barrio, era igualmente desoladora. Muchos ni abrieron. Los que lo hicieron sólo pudieron ofrecer artículos congelados.

Los ciudadanos que ayer intentaron comer pescado en algún restaurante de la capital malagueña se encontraron con una carta muy limitada. "Mi padre apenas ha podido conseguir algunas piezas grandes y algo de sardinas, pero no tenemos nada del día para freír", explica Elisa Manzano, hija del propietario del chiringuito María, situado en el Paseo Marítimo de Poniente. En el restaurante Pascual, en la misma zona, tampoco tenían ayer pescado del día. "El martes encontramos sardinas en un hipermercado pero hoy [por ayer] no había nada en ningún sitio. No tenemos pescado frito en la carta", asegura Toñi Pascual, una de las responsables del negocio.

El marisco también empieza a resentirse. En Santa Paula, por ejemplo, su encargado Juan Méndez confesaba ayer que no le quedaban ni conchas finas ni algunos tipos de gambas. No obstante, en sus vitrinas se podía ver gran variedad de pescado y marisco. "Nuestras cámaras son grandes y las llenamos el viernes a conciencia, pero ya queda poco", explica. Aunque boquerones no había ni en Santa Paula. En la Marisquería Odisea la situación era peor, llevan dos días -hoy es el tercero- sin pescado. Entre los hosteleros, igualmente, existe el temor de que en los próximos días empiecen a faltarles las bebidas. Según dicen, ahora viven principalmente de sus propias reservas.