El pez que llegó como solución y se ha convertido en un problema

Cuando el pez mosquito fue introducido en España en 1921 procedente de los Estados Unidos para combatir la epidemia de malaria que en esa época asolaba al país nadie podía imaginar las graves consecuencias que tendría casi un siglo después. Su nombre científico es Gambusia holbrooki y no mide más de seis centímetros, pero a pesar de su tamaño se ha convertido en una seria amenaza para la fauna acuática de los ríos y humedales hasta el punto de está considerada como una de las cien especies invasoras más peligrosas de todo el mundo.

La provincia de Málaga no se ha librado de la voracidad y capacidad de expansión de este pequeño pero peligroso pez. En plena Sierra de Mijas, entre los arroyos del Becerril y del Laurel, fue localizada hace no mucho tiempo una población de esta especie que tiene la capacidad de producir múltiples camadas a lo largo de toda la época reproductora.

No había tiempo que perder y hace sólo una semana los técnicos de la Delegación Provincial de Medio Ambiente pusieron en marcha un plan para tratar de erradicarla antes de que continuara su expansión por los arroyos cercanos.

Más de mil ejemplares fueron eliminados de la alberca donde aparecieron. El único tratamiento eficaz para combatirlos fue la electronarcosis o, lo que es lo mismo, la pesca eléctrica. Con las descargas de entre 400 y 800 voltios durante unos 30 segundos, los peces quedaban aturdidos en la superficie o el fondo de la alberca que tuvo que ser vaciada con sumo cuidado para evitar que alguno de ellos pudiera escapar por el tubo que desembocaba en un arroyo.

La operación fue todo un éxito, aunque por precaución los técnicos inspeccionaron un tramo del arroyo cercano donde podrían haberse dispersado las gambusias en una distancia de 50 metros aguas abajo y otros 25 aguas arriba de la alberca. Aunque no se encontró ni rastro del pez.

Pero no se descarta que vuelva a aparecer. Desde que esta especie, originaria del sur y de la costa este de Estados Unidos, fue introducida en España ha invadido ampliamente la parte baja de los ríos, humedales y lagunas costeras del país.

Se alimenta de todo lo que encuentra a su paso. Zooplancton, insectos acuáticos y superficiales, caracoles, algas, huevos, larvas, y alevines de anfibios y otras especies de peces. Fue precisamente su elevada voracidad lo que motivó su introducción como agente biológico para el control de la malaria transmitida por mosquitos. Ahora amenaza con hacer desaparecer a toda la fauna autóctona.