Manuel González Fustegueras es el ideólogo de dos de los documentos urbanísticos que más convulsión han generado en los últimos meses: el Plan de Ordenación Territorial de la Aglomeración Urbana de Málaga (Potaum) y el Plan General de Marbella. Desde el conocimiento privilegiado que le otorga esta posición analiza los detalles de ambas intervenciones y defiende las apuestas que hacen por un crecimiento sostenible.

-El Potaum por fin ve la luz. ¿Cómo se siente?

-Contento, como sé que se siente la gente de la Junta. Son muchos años y a la tercera ha ido la vencida.

-¿Cómo ha sido el trabajo con los 13 municipios afectados?

-No tengo ninguna queja. Con independencia de algún que otro conflicto, la relación es buena, porque además es un plan que tiene un marcado carácter municipalista, muy consensuado. Excepto Málaga y Torremolinos todos los municipios lo apoyan.

-¿Qué supone el Plan de Ordenación para esta zona de la provincia?

-Es uno de los territorios más dinámicos de Andalucía y nos tenemos que sentir satisfechos de establecer las bases para su desarrollo sostenible y su cohesión territorial y social. Los planes de ordenación territorial han adquirido en los últimos tiempos un marcado carácter proactivo, frente al carácter restrictivo que tenían hace años. Por ello, conllevan compromiso de inversión publica importante.

-En el documento se habla de unos los 6.000 millones.

-Pero es capaz de canalizar inversiones públicas y privadas por encima de los 18.000 millones.

-El documento incluye siete reservas para VPO, once productivas y seis para la construcción de hoteles. ¿Cuál cree más necesaria?

-Los temas residenciales. Es notorio y palmario la necesidad de vivienda protegida en el área metropolitana y es importante que intervenciones de esta naturaleza sean urgentes. En la memoria se insiste en que el espacio productivo de Málaga está en serio retroceso y sería necesario poner en marcha actuaciones de esta naturaleza. Para mí es muy importantes aprovechar las potencialidades del puerto y el aeropuerto. Las áreas productivas ligadas a estos dos equipamientos son de primera necesidad.

-Una de las acciones más polémica es el puerto seco de Campanillas. ¿Qué ocurre con él?

-Se pone de manifiesto la necesidad de que la aglomeración urbana cuente con un potente suelo logístico que apoye al puerto. Al final se ha impuesto la cordura.

-Se dibujan hasta ocho grandes parques.

-Si se materializan nos pondremos en un estándar europeo en áreas libres en la aglomeración urbana de Málaga. El plan establece los mecanismos de gestión para poder obtener esos espacios. No digo que sea mañana pero el plan, con una vida de medio y largo plazo, conseguirá estos espacios libres. No ha habido gran polémica en este tema. Conformar el eje del Guadalhorce como el eje fundamental el crecimiento y del espacio público es uno de los temas ideológicos.

-No ha habido polémica con estos parques excepto con uno, el de Arraijanal.

-Sí, pero esa polémica es en todo caso interesada. Nadie duda de que es el único espacio no construido en la aglomeración urbana de Málaga y que hay que rescatar para el uso público. Es el único contacto de la aglomeración urbana con el mar. Con una estrategia adecuada no tiene por qué suponer un esfuerzo excesivo ni para el Ayuntamiento ni para la comunidad autónoma.

-¿Qué área metropolitana nos encontraremos en una década?

-Si se hiciese una traslación del plan nos encontraríamos una zona con espacios productivos modernos, con una infraestructura que se apoya en el transporte público, donde los nodos ferroviarios tienen una potencia importante, con espacios públicos que responden a los estándares europeos y con la recuperación de eso que hemos llamado el corredor litoral, que es lo que le da personalidad a la aglomeración. Esa T que forma el Guadalhorce y el litoral difícilmente es reproducible en otro territorio. Es el tapiz genético de la aglomeración .

-Usted es redactor del PGOU de Marbella. ¿Le sorprende que el equipo de gobierno abogue por regularizar los grandes símbolos del gilismo?

-No me ha sorprendido. Nosotros que hemos estado bastante tiempo en contacto con el equipo de gobierno de Marbella sabíamos que era su intención. Pero también le hemos dicho por activa y por pasiva que eso supone una ruptura con las bases conceptuales del plan e incluso que supone poner en riesgo la regularización del resto de viviendas ilegales. Un plan cuyo único objetivo sea regularizar lo ilegal es un plan ilegal.

-¿Cree que ese ha sido el objetivo?

-Todo parece indicar eso. No soy quien para juzgarlo, pero todo indica eso.