La población empadronada se ha incrementado un 16% en la provincia de Málaga en apenas una década, pero la mayoría de ese nuevo flujo no ha ido a parar a la capital sino a los municipios medianos. Según se puede observar en la revisión del Padrón que publicó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el año 2004 vivían, al menos de forma oficial, 276.169 personas en las cinco localidades de la provincia de entre 50.000 y 100.000 habitantes: Estepona, Fuengirola, Mijas, Torremolinos y Vélez Málaga. En enero de 2014, diez años después, también ha entrado en ese grupo Benalmádena y, en esos seis municipios, ha pasado a haber 432.043 personas empadronadas, un 60% más.

Especialmente llamativo ha sido el crecimiento de Benalmádena, un 57% en diez años, mientras que en Mijas el aumento de población ha sido del 47%; en Estepona del 31%; en Fuengirola y Torremolinos del 28%; y en Vélez Málaga del 26%. En ese mismo periodo también se ha visto incrementada de forma considerable la población en los municipios de entre 20.000 y 50.000 habitantes. En 2004 había cinco localidades en esa horquilla (Alhaurín de la Torre, Antequera, Benalmádena, Rincón de la Victoria y Ronda) con 176.696 habitantes en total. En estos momentos se han incorporado a esa particular lista otros cuatro municipios (Alhaurín el Grande, Cártama, Coín y Nerja) y eso ha propiciado que, en su conjunto, se hayan alcanzado los 249.366 habitantes. Es un 41% de aumento en una década y hay que tener en cuenta que, en ese periodo, Benalmádena subió un peldaño y pasó al siguiente escalón.

La provincia cuenta con un único municipio con más de medio millón de habitantes (Málaga capital, cuyo incremento poblacional en una década ha sido del 3,5%), y uno con entre 100.000 y 500.000 (Marbella, con un aumento del 18%).

Las grandes localidades son las que se llevan el gato al agua en lo que se refiere a población. La concentración de servicios atrae como un imán a los habitantes, siendo éste un fenómeno mundial hasta el punto que diversos estudios aseguran que entre el 60 y el 70% de la población del planeta vivirá en grandes urbes en apenas tres décadas. No obstante, las zonas rurales de la provincia están consiguiendo mantener a buena parte de su población e incluso aumentarla. En Málaga hay 74 municipios con menos de 5.000 habitantes y, si bien tienen menos población ahora que hace diez años en su conjunto, la diferencia no es demasiado significativa.

A grandes rasgos, el municipio malagueño en el que más ha crecido el Padrón en una década es Manilva, con un incremento del 75%. Le siguen la mencionada Benalmádena, Cártama (56%) y Casares (49%). En el polo opuesto, las localidades que más han visto reducido su número de empadronados, porcentualmente hablando, son Atajate (-22,6), Igualeja y Genalguacil (-19%).

Si se realiza un análisis interanual del Padrón se aprecia que la población ha disminuido un 1,8% en la provincia entre 2013 y 2014, siendo la caída generalizada en la mayoría de localidades. Este dato es distinto al que el mismo INE publicó el pasado 10 de diciembre, que aseguraba que Málaga había ganado 12.215 habitantes respecto al año pasado. Fuentes del INE explicaron ayer a este diario que la diferencia estriba en que el informe publicado el día 10, llamado Cifras de Población, es una encuesta como, por ejemplo, la EPA y, por tanto, sus resultados son estimaciones menos precisas. El Padrón, sin embargo, es oficial, sus datos están ratificados a través del Real Decreto 1007/2014 de 5 de diciembre, y son los que se toman como referencia para las elecciones o para la obtención de subvenciones.