Antoni Gutiérrez-Rubí. Asesor de comunicación política

“Nunca hemos tenido tanto poder en las manos como ahora con las redes sociales”

  • Augura el ocaso de la ciudadanía política tradicional y la desaparición de las organizaciones que no se adapten al ecosistema digital y que las empresas y los partidos que no se amolden acabarán por desaparecer

Antoni Gutiérrez-Rubí presentó en Málaga Filopolítica: filosofía para la política, un libro que se puede descargar gratuitamente desde internet -pinche aquí-. Durante su conferencia, a la que fue invitado por Mariví Romero (concejal del PP) y Meli Galarza (secretaria de Igualdad del PSOE), activas tuiteras y blogueras malagueñas, este asesor de comunicación reflexionó sobre otra forma de hacer política. Hoy participará en la clausura del seminario Emprende XXI. Durante la entrevista, aborda el poder de las redes sociales.

–¿Qué es la filopolítica?

–Es la utilización de las aptitudes de la cultura y de las ideas filosóficas para la política.

–Si de algo se está vaciando la política es de valores filosóficos.

–Por eso digo que son aptitudes. En la filosofía es importante dudar, razonar, meditar... Son valores imprescindibles para la reflexión política. En la filosofía son importantes las preguntas, no solo las respuestas. Quizás estemos en una política muy orientada hacia las respuestas, muy rápidas por el contexto mediático y político. Los ciudadanos están esperando respuestas del tipo adónde vamos o cómo lo vamos a hacer. Por eso la filosofía es imprescindible para la política moderna, en especial en un momento de crisis porque te ayuda a hacerte preguntas y te orienta hacia respuestas más ponderadas.

–¿Se ha quedado la política sin referentes?

–En la política hay muchos gestores y lo que necesitamos son idealistas, personas que sean capaces de movernos como sociedad en base a las ideas. Ésa es la heroicidad de la política moderna, conseguir que los ciudadanos acepten cambios y sacrificios con la única recompensa de que eso es lo mejor para todos, no para uno solo. Convencerte y convencernos de que no hay futuro individual si no hay futuro colectivo. Ésa es la heroicidad de la política, convencernos de que juntos llegaremos más lejos.

–¿Qué valoración le merece el uso que los políticos hacen de internet y de las redes sociales?

–Hago una valoración positiva porque están viendo su importancia y relevancia, pero las redes sociales no son un quinto medio. La cultura digital cambia la forma de organizarnos, de comunicarnos y de crear valor. Es una tecnología de naturaleza social orientada hacia la transformación porque te cambia esas tres cosas. Algunos lo entienden y otros desconfían. La mayoría es consciente de que uno no puede darle la espalda. Las redes sociales te permiten la oportunidad de hacer una nueva política, una nueva comunicación, una nueva organización y una nueva manera de crear talento.

–¿Tanto está cambiando la forma de hacer política?

–La política ha perdido el privilegio porque la prensa ha perdido el privilegio de la información. Los ciudadanos ahora hacen política y comunicación y compiten con los que presumiblemente eran los titulares. Eso es bueno porque es una energía cívica que se suma al caudal de información existente. Al perder ese privilegio, tienen que competir, tienen que ser tan rápidos y tan dinámicos como ellos. La segunda cosa es que tanto los medios como los políticos deben escuchar a los ciudadanos aún más porque ahora son portadores de información.

–¿Qué influencia tendrán las redes sociales en las próximas elecciones del 22-M?

–Justo ahora hace un año que una organización que se llama Pevv internet, de Estados Unidos, aseguró en uno de sus estudios que a mayor presencia en las redes sociales, mayor retorno electoral. Las razones son tres: te hace próximo, te otorga más confianza y en tercer lugar te da la capacidad de hacer cosas juntos. Es decir, proximidad, confianza y acción.

–¿Hasta qué punto puede ser negativo su uso?

–Solo si el mundo digital se cree diferente al mundo real. Es cierto que transforma la realidad social, pero es parte de la realidad.

–¿Qué será de las formaciones políticas y de las empresas que ignoren estos procesos de transformación?

–Primero perderán y luego desaparecerán.

–¡Qué contundencia!

–Sí, porque cuando uno no entiende a la sociedad que se está construyendo a tu lado es difícil poderla servir, ser su representante.

–La realidad ha superado la ficción.

–Eso es estupendo. Es una oportunidad democrática porque al perderse los privilegios en internet gana el que tiene más ideas, no el que tiene más fuerza. Hay un cambio en la forma de atribuir valor a las personas. Una persona pequeña, si es rápida y creativa, puede ganar a una gran institución si es lenta, caduca e inerme. Los buscadores no encuentran personas, sino ideas.

–En las revueltas del mundo árabe las redes sociales han demostrado toda su fortaleza.

–Han demostrado que son decisivas. En Egipto, por ejemplo, el 60% de la población tiene menos de 25 años. En esas culturas las redes se mueven con mucha naturalidad. Independientemente del grado de penetración de internet, en esas revueltas el móvil ha sido el reflejo de la libertad. En las anteriores movilizaciones se levantaba una pancarta o un puño, ahora se levanta el móvil y se hacen fotografías.

–La revolución digital.

–Es la nueva bandera, el nuevo símbolo. Nunca hemos tenido tanto poder en las manos, nunca en la historia de la humanidad. Los que duden serán irrelevantes.

–Al haber tanta información, ¿corre el mensaje el riesgo de perder calidad?

–No tiene por qué. Al haber tanta información, los buenos mensajes brillarán aún más.

–¿Qué es más importante, un tweet o un gesto?

–Es que los tweets también pueden ser gestos. ¿O es que no es un gesto que la casa real inglesa anunciara por Facebook y por Twitter que el príncipe Guillermo se iba a casar?

–¿Tiene el Gobierno un problema de comunicación? Lo digo por la contradicción de la que han hecho algunos de sus ministros.

–Sería un espacio de mejoras. Han tenido diversos secretarios de estado de comunicación y existe la percepción de que es un espacio de mejora donde no siempre han conseguido los objetivos.

–¿Y la oposición?

–Ha dedicado su estrategia de comunicación a señalar las carencias y debilidades del Gobierno, sus errores... Pero ha olvidado que en los tiempos modernos se gobierna desde el gobierno y desde una oposición que colabora. La gobernabilidad reclama la presencia de todos los actores sociales.

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