"Una vez que te pones estos mocasines no te puedes poner otro calzado"

En la ciudad de la exclusividad, quien quiera unos zapatos hechos a mano debe ir a Mocasines Pepe. Ubicado justo en frente del hotel El Fuerte, el gaditano Manuel Vera lleva un cuarto de siglo haciendo calzado a medida con las mejores pliles para una clientela escogida y distinguida. Y sobre todo, caprichosa. En el taller, su socio, Pedro Martín, le ayuda y continúa en la faena incluso el sábado por la mañana. Trabaja afanosamente cosiendo un par de zapatos que se ha hecho: "Una vez que utilizas estos mocasines no te pones otro calzado. Es como una zapatilla".

El proceso siempre es el mismo, sólo cambia el modelo y los días que se emplean para verlo perfectamente terminado. Se escoge la talla y el resto es comenzar a empalmillar, coser enérgicamente y puntear a mano. "Un par puede hacerse en un día o por su complejidad, puede requerir un máximo de tres", si hablamos de una bota campera.

El establecimiento es humilde pero el escaparate no deja lugar a dudas: se trabaja sólo con las mejores materias primas en todos los colores para confeccionar no sólo los tradicionales botos, botines, mocasines o botas de caza también cinturones, bolsos, mochilas, carteras… Vera dice que achaca la crisis en su negocio como el resto de los tenderos pero con la boca más bien pequeña: "Se nota que ha bajado un poquito pero aquí la clientela es selecta. Nuestros clientes son mayoritariamente hombres. Aunque la mujer que nos suele visitar se lleva varios pares. También nos compran muchos extranjeros y españoles residentes". El negocio va viento en popa a pesar de los precios. El zapatero ofrece al cliente no sólo un buen muestrario de modelos a elegir sino el rosario de precios: "el par según la piel y el modelo puede costar entre los 150 euros y los 1000". Claro que hablamos de un surtido que incluye botas camperas altas y botos de muchos tipos que no bajan de los 300 euros". / BÁRBARA RODRÍGUEZ