La potencia de un tambor y una corneta
La banda de La Esperanza participa en un estudio para analizar la huella sonora que genera cuando realiza sus ensayos.
La Cuaresma está a la vuelta de la esquina y las bandas de cornetas y tambores siguen sin encontrar una solución a su problema. No pueden ensayar en la calle y necesitan hacerlo para tocar en Semana Santa. Según ha podido saber este periódico, este año el Ayuntamiento concederá permisos tras realizar mediciones en los distintos lugares de ensayos. Sólo la banda que no moleste a los vecinos, podrá tocar en la calle. En paralelo, las bandas están realizando estudios para poder dibujar la huella sonora real que genera cada banda de cornetas. Mientras avanzan las gestiones municipales, que marchan lentas, los músicos cofrades buscan soluciones para poder seguir desarrollando su actividad dentro de la legalidad.
La banda de cornetas de La Esperanza, la más numerosa de la capital con más de un centenar de músicos, se desplazó en su totalidad recientemente al Estadio de Atletismo para participar en el citado estudio. Su objetivo es medir la potencia acústica de este tipo de formaciones musicales, así como su huella sonora en el medio ambiente exterior cuando éstas realizan sus ensayos musicales. Los técnicos han realizado mediciones de cada instrumento por separado y de la banda en su conjunto. Con los resultados obtenidos, podrán caracterizar a las bandas con un programa informático de última generación de simulación acústica. De este modo podrán valorar los mejores enclaves para que estas bandas puedan desarrollar sus ensayos, en función de su radio de acción sonora y la ubicación de las viviendas más cercanas.
El estudio se ha realizado siguiendo las normas internacionales para este tipo de mediciones de ruido en el exterior. Cuando se sepa la potencia de cada banda, se podrá señalar su huella sonora y así buscar un sitio donde no molesten a los vecinos con sus ensayos en la vía pública.
Una banda puede generar más de 100 decibelios de presión sonora medidos a un metro, cuando los máximos permitidos en las fachadas de edificios residenciales es de 60 decibelios. Pero este año se realizarán mediciones en las posibles viviendas afectadas por los ensayos para determinar si el sonido de las bandas llegan en los umbrales permitidos. El Ayuntamiento ya ha encargado el trabajo a una empresa especializada. Nuevos pasos para encontrar la solución definitiva.
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