El precio de los cítricos del Guadalhorce se recupera tras siete años de pérdidas
El sector ha cerrado la campaña con 168.000 toneladas de frutos y una facturación que roza los 50 millones de euros
Siete años han necesitado los cítricos del Valle del Guadalhorce para alcanzar un precio aceptable en el mercado. La sequía y la alta competitividad que representan otros países habían tirado por tierra la producción local en los últimos años hasta hacer que los agricultores optaran por dejar el fruto sin recoger. Pero este año la situación se ha invertido y, a pesar de que la cantidad ha sido inferior a lo esperado por culpa de las intensas lluvias del invierno, la actual campaña ha cerrado con un aumento del precio en origen del 30%, algo que no ocurría desde 2003.
Los datos facilitados por la patronal agraria Asaja invitan al optimismo, ya que el limón fino se está vendiendo a 26 céntimos el kilo y a 34 céntimos en el caso del limón de la variedad conocida como verna cuando hace sólo dos años a duras penas el kilo se situaba en los 1,8 céntimos. Las naranjas también ha recuperado su peso en el mercado y su precio está oscilando en estos momentos entre los 21 y los 32 céntimos.
La explicación, según el técnico de Frutas y Hortalizas de la asociación agraria, Benjamín Faulí, es el vaivén de los mercados extranjeros. De hecho, la recolección del limón fino mejoró en abril debido a "un importante tirón del mercado ruso que alivió la salida de ejemplares con calibre más gordos que no se suelen vender con facilidad en el mercado nacional".
Pero también el hecho de que la producción argentina enviada este año a Europa haya sido la más baja de los últimos cinco años ha influido en el mayor precio que ha adquirido el limón y la naranja del Guadalhorce en el mercado, al igual que el mal comienzo que ha tenido la campaña del limón sudafricano. El problema es que el auge de los precios de los cítricos no ha ido acompañado de una buena producción. El desbordamiento del río Guadalhorce el pasado mes de febrero hizo que más de 2.000 hectáreas quedaran completamente anegadas y que algunas plantaciones tuvieran que ser arrancadas completamente.
Según Faulí, la continuas lluvias del invierno también provocaron "retrasos en la recolección del fruto y diversos problemas de piel y madurez que dificultaron la venta del limón fino". En el caso de la mandarina no ha sido tan catastrófico porque la mayor parte de la producción se recogió antes de las fuertes precipitaciones, lo que ha ido unido además al hecho de que el precio en origen haya aumentado un 30% este año. Pero en general, Asaja valora la campaña de cítricos de esta año que ha cerrado con una producción de 168.000 toneladas de frutos y que han supuesto una facturación de 49,4 millones de euros. Casi la mitad se ha dirigido al mercado comunitario y sólo un 21% al mercado nacional.
No hay comentarios