La estadística es clara. Los precios en Málaga han subido más que la media nacional, aunque en octubre esta tendencia se ha moderado algo. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el Índice de Precios de Consumo (IPC) se elevó en la provincia un 5,5% el mes pasado, una décima más que en España y el nivel más alto desde abril de 1995. Si el foco lo ponemos en lo que va de año, es decir, desde enero la distancia se amplía a tres décimas: 5,3% de subida en Málaga y 5% en todo el país.

En cualquier caso, la realidad es que estamos ante una escalada que no hace más que agudizarse. En septiembre, la tasa de incremento era del 4,3% y solo hace poco menos de un año, en diciembre de 2020, estaba en negativo, lo que quiere decir que había bajado con respecto al año anterior. La tónica general durante toda la pandemia, incluso en los peores momentos, ha sido la de que los precios bajen menos en Málaga o suban más que en el resto de España, tal como está sucediendo ahora.

En la estadística de precios hay que diferenciar el cómputo anual y el mensual. El anual indica cuánto han subido respecto a un año atrás y el mensual en relación al mes anterior. En la evolución interanual, observamos que prácticamente todos los grupos de productos suben, pero por debajo del 2%, la tasa que se considera signo de una economía saludable y que establece como objetivo en sus estatutos el Banco Central Europeo (BCE). Pero hay dos que repuntan de forma espectacular y que condicionan la fotografía final. Por un lado, los gastos de la vivienda -en los que la electricidad y el gas son componentes fundamentales- suben en Málaga un 21,8% (solo el combustible sube un 54%) y los del transporte un 13,3% (un 18,2% en el caso de uso de vehículos personales).  En ambos casos, los porcentajes son superiores a la media nacional. El tercer capítulo que más presiona el gasto familiar, la enseñanza, ya se sitúa muy lejos de los dos anteriores, con un alza del 1,8%. Eso sí, solo las telecomunicaciones están en negativo (-0,3%) con respecto al año anterior. El resto de grupos sube.

La evolución mensual (octubre respecto a septiembre) es menos fiable, por dos razones. Por un lado, permite ver menos la tendencia al concentrarse en un periodo más corto y, por otro, está muy condicionada por la coyuntura. Por ejemplo, tras un periodo de rebajas, es lógico que los precios suban en el mes siguiente considerablemente en la actividad comercial; o, en época turística, es normal que suban los hoteles. Dos sectores muy sensibles para el bolsillo de los consumidores, el de la alimentación y el textil, registran comportamientos intermensuales muy parecidos a los de años anteriores: los alimentos suben el 1,5% en octubre respecto a septiembre, y eso es incluso menos que en el mismo mes de 2020 y 2019; y en el textil se incrementan un 8,2%, algo llamativo pero nada excepcional tras la temporada de rebajas de julio y agosto.

En tasa anual, incluso la alimentación modera sus avances (pasa del 2% de septiembre al 1,5% de octubre), aunque en lo que va de año, desde el 1 de enero de 2021, el alza es del 3,9%, y eso ya son palabras mayores para familias con pocos recursos. En España, el incremento es menor en este 2021, del 3%. También suben las bebidas alcohólicas y el tabaco, un 1%, lo que puede parecer poco, pero en realidad es el nivel más alto desde mayo de 2018. Se disparan, dentro de este grupo, las bebidas no alcohólicas, un 6,6%. 

Si entramos en el detalle (el INE desglosa los grupos en subgrupos) los artículos que más se encarecen son, aparte de la electricidad y la gasolina para el coche, los textiles para el hogar (4,7%), los servicios de transporte (5,8% anual y 5,9% mensual), los paquetes turísticos (3,2%) y los servicios de alojamiento (10%), en estos dos últimos casos por el resurgir del turismo.