Málaga

La predicción de las medusas

  • Expertos trabajan en el diseño de un modelo para anticiparse a la aparición de los pelágicos en las playas

Son los visitantes más molestos para los bañistas durante los veranos, pero poco se sabe sobre ellos a estas alturas. El por qué unos veranos las medusas ocupan playas y otros no ha sido siempre un misterio. El viento, la lluvia o la temperatura; todas estas variables podrían influir, y ahora lo que tratan el Aula del Mar, la Universidad de Málaga y el Centro Oceanográfico es de desarrollar un modelo predictivo capaz de determinar cómo será cada verano en relación a este pequeño pelágico según las condiciones ambientales.

Llevan meses trabajando en este sistema y esperan tenerlo listo a lo largo del verano, según contó a este periódico Jesús Bellido, biólogo del Aula del Mar y uno de los encargados de la gestión de la aplicación de móvil Infomedusas, para poder anticiparse a la posible llegada de masiva de medusas a la costa.

Para ello, los expertos están recopilando los datos que se han ido recopilando a lo largo de los últimos años, con los que Bellido aseguró que "estamos intentado ver si hay algún elemento que coincida con su aparición y que explique su presencia".

En el diseño del modelo predictivo se están teniendo en cuenta tanto las variables microclimáticas, es decir, las condiciones climáticas que se dieron cada día en los que aparecieron en veranos anteriores medusas en las playas malagueñas, pero también parámetros climáticos a mayor escala. "Debemos valorar si las medusas se desarrollan en el mismo mar de Alborán vienen arrastradas desde el Mediterráneo", apuntó el biólogo, que indicó que la teoría más factible es esta última y que es la barrera oceanográfica o frente salino que va desde Almería a Orán la que podría determinar su presencia.

Hay pocos estudios científicos hasta ahora que expliquen este curioso fenómeno y los que hay no arrojan demasiada luz. Pero poco a poco se va descifrando y empieza a encontrarse una relación entre la aparición de estos pequeños pelágicos y la lluvia y nieve que caen durante el invierno. La clave está, por ejemplo, en lo que ocurrió el verano pasado en el que no se detectó prácticamente ningún enjambre de importancia en el litoral malagueño y curiosamente coincidió con un verano al que le precedió uno de los meses más lluviosos de la historia. Y eso a pesar de que la temporada veraniega pasada batió récord de días de viento de levante, favorable a acercarlas a la costa.

Esa teoría coincide con las conclusiones de un estudio llevado a cabo por el Centro Oceanográfico de Málaga, en el que también participaron científicos del CSIC y las universidades de Málaga y Vigo. Según el cual, el agua del mar de Alborán está más caliente y más dulce los años que más llueve y nieva, ya que cuando se derrite esa nieve supone un aporte extra de agua dulce que hace que la barrera salina que separa el agua costera de la de alta mar quede más alejada de la costa. Eso implica que las medusas y su escasa capacidad de natación quedan limitadas a acercarse hasta la orilla dado que cuanta más agua dulce haya más lejos queda la barrera salina.

Al parecer, las variables de temperatura superficial del mar de Alborán y la oscilación del Atlántico Norte (NAO) y del Ártico (AO), juegan un papel esencial en las fluctuaciones de las condiciones climáticas del hemisferio norte. La razón es que cuando la oscilación del Ártico predomina provoca un ambiente más frío en las regiones polares, lo que favorece ocasionales olas de frío sobre la Península Ibérica que, si se combinan con precipitaciones provocadas por la oscilación del Atlántico Norte, puede dar lugar a la precipitación de nieve.

Si esta teoría se demuestra, el verano que está a punto de comenzar podría ser más favorable a la aparición de las medusas en la costa de la provincia de Málaga. Ha llovido de forma torrencial en varias ocasiones en la franja litoral a lo largo del pasado invierno, aunque en las cabeceras de los ríos y arroyos no se han dado precipitaciones tan importantes por lo que los aportes de agua dulce son relativas. Además, "la primavera está siendo seca y cálida y eso podría propiciar la llegada de los pequeños pelágicos", según el coordinador de actividades de Educación Ambiental del Aula del Mar, Juan Jesús Martín.

De momento, la situación está tranquila en las playas malagueñas y no ha habido ningún episodio reseñable de medusas. Pero a partir del próximo día 15, el Aula del Mar empezará a dar información diaria sobre las condiciones y la situación de las playas a través de la aplicación Infomedusas, que promueve la Diputación Provincial de Málaga.

El último verano que se vivió una presencia masiva de medusas fue el de 2015. La zona occidental, sobre todo, Marbella, Mijas y Torremolinos, fue la que más sufrió los enjambres en las playas y hubo días con casi un millar de picaduras. En todos estos municipios tuvieron que izar en algún momento la bandera amarilla para advertir a los bañistas de que tomaran precauciones e incluso prohibir el baño.

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