El pregón de todo un equipo radiofónico

El escenario contó con la presencia de familiares de aquel grupo que, en la década de los 80, marcó un punto de inflexión en la forma de hacer periodismo cofrade

Los hijos del pregonero encienden el hachón que iluminó ayer las tablas del Cervantes.
Los hijos del pregonero encienden el hachón que iluminó ayer las tablas del Cervantes.
David Azuaga / Málaga

09 de marzo 2008 - 01:00

Todos estuvieron presentes de alguna forma. Francisco García no falló a la hora de reconocer a todas aquellas personas que, junto a él, llevaron a cabo un cambio sustancial en el tratamiento informativo y radiofónico de la Semana Santa allá por la década de los 80.

El pregonero no estuvo solo en el escenario. 14 sillas completaban la escena. Una estaba libre, con una rosa blanca, en recuerdo de su padre, a quien estaba dedicado el pregón. En las otras estaba representado el equipo que hizo posible el punto de inflexión en la forma de hacer periodismo cofrade. Al término del acto, García depositó su texto sobre la silla y cogió la rosa, que besó en repetidas ocasiones. Estaba visiblemente emocionado.

Sobre las 20.20, el periodista pisó las tablas del escenario, cuando su antecesor, Pedro Merino, le cedió la palabra. Los espectadores interrumpieron la locución en 26 ocasiones. También se ovacionó el saludo inicial, la despedida y después de oír tres cortes radiofónicos. El pregonero dio voz, a través de algunos documentos sonoros de su archivo personal, a algunos cofrades que hoy no están. La ovación más intensa fue tras un sincero homenaje a la figura del obispo emérito de Málaga Ramón Buxarrais.

Los cortes radiofónicos sirvieron para homenajear, primero a su amigo el profesor Agustín Clavijo. Era una oración que su desaparecido compañero dijo al paso de Servitas en la Semana Santa de 1988. El otro corte era sobre el Sepulcro en la noche del Viernes Santo de 1988. En el teatro se escuchó "el verbo de Manolo Rodríguez y el quejío de Carlos Alba". El pregón, finalmente, fue más largo de lo previsto y rozó las dos horas.

El escenario no contó con el friso de flores de otros años, en su lugar, se dispuso un centro floral. La cruz del Señor de la Misericordia presidió el escenario, que incluía una pantalla donde se proyectaron algunas imágenes. Completaron el conjunto un hachón del Cristo del Perdón, atributos de la Sagrada Mortaja y un pupitre con un cuadro de María Auxiliadora y una silla con un maletín, que hacían referencia al colegio de San Juan Bosco, donde el periodista estudió.

El acto arrancó con un concierto de la Banda Municipal de Málaga. Interpretó el Poema Sinfónico de la Semana Santa de Málaga, de Perfecto Artola, que cumplía su cincuentenario. El Himno de Andalucía y de España precedieron la locución de Francisco García.

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