ana maría romero. presidenta de la plaza de toros de la malagueta

"Desde que soy presidenta no disfruto de mi Feria de Málaga"

  • Comenta que lo que más le ha dolido es que involucren a sus hermanos en el caso

  • Continuará ejerciendo igual que hasta ahora

Ana María Romero, ayer en La Malagueta.

Ana María Romero, ayer en La Malagueta. / Marilú Báez

El devenir de la feria taurina de Málaga 2018 ha estado marcado por el intento de recusación de la presidenta de la plaza a manos de la Unión de Toreros (Juan Diego) y asociaciones de banderilleros, mozos de espada y empresarios. Alegan una falta de sensibilidad a la hora de entregar trofeos, admitir toros en el reconocimiento y su relación con los medios de comunicación y sus hermanos, reconocidos periodistas taurinos. Desde la cercanía, pero también discreción que ofrece el Café París, responde a las acusaciones vertidas contra ella.

-¿Tienen validez jurídica o administrativa estos argumentos presentados?

-El mayor error que han cometido es que no hay ningún artículo del Reglamento Taurino Andaluz que sustente lo que se ha presentado. Por tanto, como se sabe, la Junta ha desestimado la petición porque nada lo ampara.

-La petición se entregó en el Registro de Instituciones Penitenciarias, competencia de Interior, cuando los toros pertenecen al de Cultura.

-Creo que un escrito que vaya a ser presentado a una institución pública puede presentarse en cualquier registro público, sin concretar en ninguno. Esto se tendría que haber presentado en el registro de la Delegación del Gobierno de Andalucía en Málaga, que es quién nombra a los presidentes. Supongo que lo habrán presentado en el que más cerca tenían. Sin embargo se lleva mucho tiempo luchando porque los toros dependan de Cultura y ahora que lo hemos conseguido van y lo entregan a Interior. Más concretamente a Instituciones Penitenciarias. No sé si tiene algún significado.

-Se lleva tiempo pidiendo unidad dentro del mundo de toro. En este caso se han puesto de acuerdo cuatro sectores muy fuertes pero para pedir la recusación de una presidenta.

La fiesta vive momentos muy complicados que podrían derivar en la desaparición de los toros en algunos lugares y no hay nadie que coja e intente aglutinar a todos para ver qué se puede hacer para evitar que desaparezca. Es sorprendente cuanto menos que cuatro asociaciones potentísimas dentro del mundo del toro se hayan unido para echar a la presidenta de Málaga, que no es alguien tan importante para el entramado general. Yo no lo entiendo. Estos señores deberían hacer más por la fiesta, pensando en el bien colectivo y no tanto en sus intereses propios.

-¿Es una pataleta?

-Puede serlo, pero también creo que esto nace porque ellos no reconocen, ni quieren reconocer, que Málaga sea una plaza de primera. Cuando era de segunda se cortaban muchas orejas, pero había menos exigencia. Al subir de categoría, suben también los requisitos. Y eso no lo digo yo, lo dice el reglamento y cumplo con lo que pone. Igualmente, no quiero pensar, insisto, no quiero pensar, que tenga que ver con que yo sea mujer...

-¿Con carácter sexista?

-No quiero pensarlo pero... Hay muchos presidentes a nivel nacional con una exigencia mayor que la mía y sin embargo no se ha presentado ningún escrito. Espero que no sea eso.

-¿Ha merecido la pena que Málaga sea, desde 2006, plaza de primera?

-En líneas generales, sí. Que luego puedan existir algunas connotaciones a tener en cuenta como el aforo limitado y el encarecimiento de todos los costes... ¿Qué habría que valorar? Si la plaza es capaz de sustentar todo esto. Lo que es indiscutible es que Málaga es la segunda ciudad de Andalucía, en la que hay mucha afición, y que cuenta con la categoría necesaria.

-¿Y el público lo tiene en cuenta?

-Hay que diferenciar entre público y aficionado. Este sí merece tener una plaza de primera. Y lo he visto en los cientos de mensajes recibidos de aficionados apoyándome desde que se hizo pública la petición de recusación y eso te hace ver la calidad que tiene Málaga. Estoy infinitamente agradecida. -¿Qué piensa el empresario de la plaza de toros de La Malagueta, José Carlos Escribano, al respecto?

-Le habían preguntado sobre las devoluciones de toros en la pasada feria. Según cuenta, no hubo ningún problema exagerado más allá de las inadmisiones al no cumplir con los requisitos. Él no había visto nada más a destacar. Entiendo su posición porque Escribano está entre dos aguas: tiene que sacar la feria adelante siendo yo la presidenta (a pesar de algunos) pero también forma parte de Anoet [asociación de empresarios taurinos].

-¿Por qué abre la feria una corrida de toros y no una novillada?

-Se lo tienes que preguntar a él. -¿Pero es casualidad?

-No puedo refrendar esto pero salió una noticia de un compañero en la que se decía que ciertos toreros solo torearían en Málaga si no los presido yo. Es lo único que sé. ¿Es sorprende? Sí. ¿Es lo habitual? No. El año que viene lo haremos por sorteo. Ildefonso del Olmo y yo seguimos un criterio parecido aunque en ocasiones tenemos opiniones distintas.

-¿Merece la pena todo esto?

-Es muy difícil estar en un puesto de tanta responsabilidad. Yo no disfruto de mi feria de Málaga desde que soy presidenta. No es que me merezca la pena, es que a mi me ponen en un compromiso y aquí estoy. Si pongo la balanza, los malos ratos ganan a los buenos. Por eso a mí no me pueden acusar de ir contra nadie, ni contra las figuras. Lo que más me ha dolido de todo esto no es el tema de las orejas, es que involucren a mis hermanos, porque en ningún lado del reglamento dice la profesión que ha de tener el presidente ni sus familiares. Solo dice que puede presidir un aficionado de reconocido prestigio. Nada más. ¿Por qué tienen que involucrar? ¿Para hacer daño? Y más cuando la línea de ellos es muy favorable a los toreros y haciendo un bien para la fiesta mucho mayor que el de otros.

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