El presidente de Sando apela a la responsabilidad para salir de la crisis

José Luis Sánchez Domínguez propone normalizar las vías financieras, el consenso social, la vuelta a los valores éticos, mayor profesionalización y sistemas públicos de apoyo para superar el mal momento económico

Antonio Pascual, presidente de la Academia, abre el camino a José Luis Sánchez Domínguez, junto al presidente de la CEA, Santiago Herrero, hacia el estrado.
Encarna Maldonado / Málaga

26 de mayo 2009 - 01:00

El empresario malagueño José Luis Sánchez Domínguez ingresó ayer en la Academia de Ciencias Sociales y del Medio Ambiente de Andalucía con un discurso en el que conjugó los sentimientos y la emotividad personal con la reivindicación de la responsabilidad social de la empresa.

Sánchez Domínguez se remontó durante el acto oficial a sus emociones infantiles cuando deseaba ser uno de aquellos capataces de obras que veía camino del colegio de la mano de su madre y rememoró cómo "otrora" el empresario era "vilipendiado" y la empresa "mal vista" para reconocer, a renglón seguido, que nunca antes "las empresas y los empresarios de este país habían recibido tantos medios y tantos apoyos de las distintas administraciones".

El presidente del grupo Sando, primera empresa de Málaga por facturación y señalada como una de las compañías más importantes de Andalucía, admitió que "los avances experimentados por el liberalismo económico y la globalización" han hecho a la empresa "ganar peso frente a los gobiernos" y consolidarse como motor de creación de riqueza, progreso y desarrollo". Por eso, la empresa del siglo XXI tiene mayor poder que nunca y, precisamente, por esa razón también debe ostentar mayores cuotas de responsabilidad porque "porque no puede existir una empresa exitosa en una sociedad fracasada".

Dijo que rehuye de los tópicos que dibujan al empresario como un millonario y de la caricatura que lo representa como un individuo "gordo y barrigón con un enorme puro en la boca". Aludió a lo delicado de una profesión en la que "manejas dineros que no son tuyos" y de la que dependen puestos de trabajo y profesiones, por lo que demandó de las administraciones que se arbitren "controles lógicos" para que no todo el mundo pueda montar una empresa "sin más y aprovecharse de los mecanismos que existen en la sociedad".

José Luis Sánchez Domínguez aprovechó su ingreso en la Academia de Ciencias Sociales y del Medio Ambiente para recordar que "hemos estado a punto de morir de éxito", en alusión a la etapa de excepcional crecimiento económico "posiblemente irrepetible", de una "especie de mentira", tras la que ha devenido la crisis y el desempleo. En este contexto el empresario adquiere "matices mucho más responsables y comprometidos". Aunque reconoció públicamente el esfuerzo de "las distintas administraciones" para ayudar a pasar el momento, asumió "el riesgo" y "el atrevimiento" de proponer cinco puntos por los que debe pasar la recuperación: normalización de las vías financieras, esfuerzo de los agentes sociales, con especial colaboración entre sindicatos y empresarios, vuelta a los valores éticos y morales "perdidos" ante la "ceguera que produce el resplandor del poder y del dinero", mayor profesionalización y mantener los sistemas de apoyo al empresario.

El presidente de Sando concluyó su discurso recordando la necesidad de inculcar en la sociedad "ideas" que favorezcan una salida "consensuada a la crisis". En este sentido recordó que el 70% de los españoles no piensan ni por asomo en crear una empresa, frente al 59% de los europeos. "La cultura emprendedora española -dijo- no puede seguir estando en los puestos de cola de la Unión Europea", porque de este momento difícil se sale liderados por "los empresarios con mayúscula" y los "emprendedores de alma inquieta y ganas de trabajar".

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