El primer ministro británico elige Marbella para sus vacaciones en medio de la crisis energética del país

El primer ministro británico, Boris Johnson, viajó el viernes en avión a la Costa del Sol con su mujer, Carrie, y su hijo de 17 meses, Wilf, para, según afirman varios medios británicos, descansar en una lujosa villa de Marbella.

El primer mandatario británico elige la costa malagueña después de que durante gran parte de la pandemia pusiera a España en la lista de países con retricciones para viajar e incluso desaconsejara explícitamente viajar a la Costa del Sol. Todavía hoy incluso los vacunados deben realizarse una PCR para viajar, aunque ya no es necesaria para el regreso al país.

La elección de Marbella para pasar sus vacaciones -se especula, incluso, con una visita a Ronda, dada su afición por la historia- supone un espaldarazo para la Costa del Sol como lugar seguro, ya que despejará dudas a los británicos que tenían planeado viajar al sur de España.

Sin embargo, en algunos medios -los sensacionalistas, sobre todo- el viaje ha sido visto como una dejación de responsabilidades en un momento en el que Reino Unido vive una crisis energética y de abastecimiento sin precedentes. El viaje se produce justo después de una conferencia del Partido Conservador en la que, al parecer, Johnson, dio muestras de agotamiento. "Está exhausto", dieron a medios británicos fuentes de Downing Street, la sede de su gabinete.

Otras fuentes justificaron el viaje en el año durísimo que ha pasado el primer ministro. Johnson enfermó de Covid y llegó a estar en cuidados intensivos, y hace tres semanas falleció su madre. El primer ministro espera un hijo para finales de año con su tercera esposa, Carrie, con la que se casó en mayo.

El de Marbella es el primer viaje que hace Johnson desde que en diciembre de 2019 visitara la isla caribeña de Mustique.