Profesionales de Electromedicina: los ‘médicos’ del Hospital Regional de Málaga que velan por la salud de casi 14.000 aparatos

Electromedicina trabaja para el correcto funcionamiento de los equipos, entre los que hay unos 200 tipos; desde ecógrafos, tensiómetros, TAC, resonancias a aceleradores

El Materno de Málaga sumará este año cuatro nuevas enfermedades raras a la prueba del talón

Un sanitario revisa los aparatos de un quirófano del hospital.
Un sanitario revisa los aparatos de un quirófano del hospital. / M. H.

Aceleradores lineales, TAC, resonancias magnéticas, el robot Da Vinci, ecógrafos, rayos X, monitores de UCI, máquinas de circulación extracorpórea, tensiómetros, desfibriladores, densitómetros, tensiómetros, termómetros digitales y un largo, largo etcétera. En el Hospital Regional hay más de 200 tipos de equipos. Suman cerca de 14.000 aparatos. Sin ellos no sería posible diagnosticar, ni curar.

Por su buen funcionamiento velan media docena de profesionales del hospital, una decena de técnicos de una empresa de mantenimiento en Electromedicina y unos 200 especialistas de los fabricantes de cada equipo. Son los médicos de los aparatos, dedicados a prevenir para que funcionen correctamente y, cuando hay averías, a curar.

“Sin todos estos aparatos, el hospital no existe”, dice rotundo el subdirector de Innovación Tecnológica del Regional, Alberto Pérez Rozos. Destaca que cada vez hay más interconexión entre el área asistencial, la de Electromedicina y la de Informática. Una situación que lleva a un trabajo coordinado entre todos esos servicios. Una labor técnica que redunda en la salud de los aparatos y de los pacientes. En relación a la interconexión de estas tres áreas, recuerda que ya no hay equipos que no manejen datos. “Igual que los coches, han dejado de ser solamente mecánicos para tener un componente informático altísimo”, advierte.

Sobre el trabajo de informáticos, ingenieros y técnicos especialistas en Electromedicina tanto del hospital como externos, Pérez Rozos recalca: “Cuando su trabajo está bien hecho, nadie se entera de que existen”. Pueden ser de Málaga, de cualquier parte de España o venir de EEUU, Australia o Japón. “Son de cualquier sitio del mundo. Muchos vienen de Estados Unidos porque allí están los grandes suministradores” del aparataje electromédico, explica.

El papel de estos profesionales no sólo es prevenir averías o solventarlas. También tienen que dar soporte para que ciertas actuaciones asistenciales vayan sobre ruedas. Por ejemplo, cuando un equipo se utiliza por primera vez, cuando se abre un quirófano nuevo o cuando participan muchos facultativos en una operación compleja. Entonces, junto a cirujanos, anestesistas y enfermeros están también los técnicos en Electromedicina. Para garantizar que ningún fallo pueda comprometer la seguridad del paciente. Pérez Rozos destaca el trabajo de este servicio, dirigido por Jerónimo López Sanz que "es mi mano derecha en los temas tecnológicos y ejerce un gran liderazgo con su equipo".

Hay aparatos más sencillos, como pueden ser un tensiómetro o un ecógrafo, que tienen un retén de sustitutos. Pero hay otros que por su coste y complejidad no pueden tener un reemplazo. Es el caso de los aceleradores lineales, los TAC o las resonancias magnéticas. En ellos se extrema el mantenimiento preventivo. “Se hace al estilo de la aviación, para que no fallen”, apunta Pérez Rozos.

Un profesional de Electromedicina chequea el funcionamiento de las palas para paradas cardiacas.
Un profesional de Electromedicina chequea el funcionamiento de las palas para paradas cardiacas. / M. H.

Porque hay tecnologías críticas, como una bomba de circulación extracorpórea, que sustituye el trabajo cardiaco en las operaciones a corazón parado. Un fallo tendría consecuencias fatales para el paciente. Velar porque eso nunca ocurra es trabajo de estos profesionales; desconocidos para los pacientes, pero muy valorados en el ámbito sanitario porque son claves e imprescindibles. “Invisibles no somos. Los profesionales [sanitarios] del hospital conocen el trabajo de estos técnicos y lo valoran; aunque para los pacientes sean desconocidos”, acota.

El subdirector de Innovación Tecnológica explica que hay equipos que a veces se paran por sí mismos precisamente para avisar de que se han salido de algún parámetro. De modo que en sentido estricto no vendría a ser un fallo del aparato, sino una advertencia para que, por seguridad del paciente, se revise.

Un técnico revisando los equipos de otro quirófano.
Un técnico revisando los equipos de otro quirófano. / M. H.

El trabajo de los técnicos de Electromedicina es constante. Porque tienen que inventariar, instalar, calibrar, mantener y reparar los equipos. Una labor que, según la complejidad del aparataje, puede requerir la intervención de profesionales llegados de España o el extranjero. Un trabajo silencioso, permanente y estratégico. La coordinación entre las diferentes áreas del hospital es esencial. Porque, en esta era de las nuevas tecnologías, casi todos los aparatos transmiten datos. Y estos son importantes para asistencia, investigación y también para la detección temprana de averías de los equipos.

De ahí también la importante participación de Informática. El objetivo es que todos los aparatos estén perfectos y disponibles, si hace falta, las 24 horas. Hay que tener en cuenta que aquellos más caros tienen una altísima utilización porque hay que rentabilizarlos al máximo.

Electromedicina depende de del área de Innovación Tecnológica. No muchos hospitales tienen una subdirección de este tipo en España. Pérez Rozos destaca que es “una apuesta del actual gerente [José Antonio Ortega] por la innovación y la tecnología”. Porque sin ambas, ya no es posible la asistencia. Y pone en valor el trabajo de todos los profesionales del hospital porque recuerda que “el componente humano es el más importante”. Por eso concluye que no sólo importa que el hospital tenga una tecnología de punta, sino también ponerla en las manos adecuadas; sean los técnicos que trabajan por el correcto funcionamiento de los equipos o los sanitarios que velan por la salud de los pacientes...

Diez millones anuales del presupuesto del hospital para que todo funcione

El presupuesto del Hospital Regional es de unos 600 millones anuales. De estos, unos 10 millones se destinan al mantenimiento de todo el aparataje sin el que sería imposible la Medicina moderna. “No es un gasto, es una inversión”, insiste el subdirector de Innovación Tecnológica del centro sanitario, Alberto Pérez Rozos. Recalca que el coste del mantenimiento por paciente “es muy barato”. Además, destaca que “tan importante como comprar equipos es mantenerlos de forma adecuada”. Ingenieros y técnicos especialistas en Electromedicina son los encargados de esa tarea. Comenta que cuando hace unos 25 años comenzó a trabajar en el mundo sanitario, no había ni red informática y la información debía trasladarse en disquete o papel. “Y los aceleradores eran muy rudimentarios”, recuerda. Hoy, el salto en tecnología permite tratamientos punteros. Pero para ello, no sólo hacen falta sanitarios, sino también técnicos que velen por la salud de los aparatos necesarios para diagnosticar y tratar a los pacientes.

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