Málaga

La provincia de Málaga necesita el doble de neurólogos en la sanidad pública

Profesionales de la Unidad de Ictus del Clínico atienden a una paciente.

Profesionales de la Unidad de Ictus del Clínico atienden a una paciente. / M. H.

Parkinson, ictus, alzheimer, demencias vasculares, esclerosis lateral amiotrófica, cefaleas, migrañas, epilepsias, enfermedades neurodegenerativas... La lista de patologías neurológicas es muy amplia. Incluso, en muchas aumenta la prevalencia por el envejecimiento de la población, como es el caso del alzheimer y otras demencias. Y frente a esta realidad, hay otra que complica la situación: el déficit de neurólogos.

La Sociedad Andaluza de Neurología (SAN) estima que en Málaga habría que duplicar el número de estos especialistas en la sanidad pública. En la provincia hay 39 profesionales con esta formación y según la ratio aconsejada por la Federación Europea de Sociedades de Neurología (EFNS) debería haber 85. Aparte, hay una quincena de neurólogos en la privada. De modo que incluso sumando estos, el total está muy por debajo de la recomendación de la EFNS. No sólo hay pocos en la sanidad pública. También están mal repartidos geográficamente ya que 38 se concentran en la capital y sólo uno trabaja en Ronda, según la SAN.

Los profesionales llevan dos décadas denunciando tanto el déficit como la desequilibrada distribución sobre el territorio. El presidente de la SAN, Jesús Romero, advierte no sólo que esto genera una inequidad en función del código postal en el que vivan los pacientes, sino que obliga a personas a las que precisamente la enfermedad suele convertir en dependientes a desplazarse a la capital. “Hay pacientes del interior con ictus, ELA o parkinson para los que venir a Málaga es un problema justamente por su discapacidad”, remarca Romero.

En la provincia, no hay neurólogos en los hospitales comarcales. De hecho, Andalucía es la única comunidad autónoma en la que estos especialistas no existen en los centros hospitalarios de las comarcas. Y en Ronda no hay un servicio, sino un profesional. “Crear una unidad de Neurología en Marbella es crucial”, insiste Romero. De hecho, toda la Costa occidental, donde se concentra el grueso de la población de la provincia, carece de estos especialistas en el Hospital Costa del Sol.

Además, la ratio de neurólogos de Málaga es de las peores del país. España cuenta con tres por cada 100.000 habitantes en la sanidad pública, Andalucía con 2,5 y esta provincia con 2,3. Precisamente a estos datos atribuyen algunos profesionales consultados el hecho de que la sanidad privada tenga proporcionalmente tantos neurólogos.

Este martes, representantes de la SAN mantuvieron un encuentro con responsables del Servicio Andaluz de Salud (SAS) para insistirle en la necesidad de mejoras en este área asistencial. “Durante los 40 años de gestión socialista fue un ‘no es no’. Ahora, la Administración autonómica se encoge de hombros y dice que no hay neurólogos”, afirmó el presidente de la SAN.

Romero explica que la organización que preside “es una sociedad científica, no un sindicato; queremos el bien para los pacientes y somos aliados de la Administración”. Por eso, la SAN propone varias medidas para aportar soluciones. La primera, poner en marcha la especialidad en los hospitales comarcales. Esto permitiría acercar la asistencia a la población y que esas unidades formen a médicos internos residentes (MIR) en Neurología. Cierto es que en los últimos años se ha incrementado el número de MIR que se forman. Por ejemplo, en el Hospital Regional se ha pasado de dos a cinco residentes.

“Pero el problema es que muchos de los que se forman luego se van a otras comunidades autónomas. Hay que hacer que todos los neurólogos que se formen en Andalucía se queden aquí”, indicó el presidente de la SAN. Es decir, no sólo apostar por formar más neurólogos, sino también por retenerlos.

Otra medida que sugiere la SAN es reforzar los servicios de la capital con profesionales que de forma periódica pasen consulta en los comarcales. Según Romero, esta opción es buena para los pacientes –que no tendrían que desplazarse a la ciudad de Málaga– y para los especialistas –que no estarían “solos” en un hospital comarcal, sino que disfrutarían del atractivo asistencial e investigador de pertenecer a un servicio potente–.

Pero insiste en que esta medida debe basarse en un plan diseñado como si se tratara de unidades intercentros. Romero insiste en que la sanidad pública debe igualar a las personas al margen del lugar de la provincia en la que vivan. Y advierte que en los próximos años se vivirá una “revolución” en el campo del alzheimer con avances hacia una mayor detección precoz y mejores tratamientos. Así que, sólo poniendo como ejemplo esta patología, apunta que “hay que estar preparados”. Y para ello resalta que hacen falta más neurólogos.

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