Una puerta al interior del Guadalhorce
CÁRTAMA
La comarca del Valle del Guadalhorce hace de puente entre el interior de la provincia y la Costa del Sol, una situación estratégica que ha sido aprovechada durante años por las comunidades para asentarse y formar ciudades. La puerta de entrada a la comarca es Cártama, una localidad de 22.000 habitantes que en los últimos años ha experimentado un espectacular crecimiento por su situación privilegiada dentro del valle del Guadalhorce y su cercanía a la capital. El principal atractivo de esta localidad, que se extiende por una superficie de unos 100 kilómetros cuadrados, es su patrimonio histórico y cultural, el legado que han dejado casi una decena de pueblos a lo largo de su historia. Desde la Cruz de Humilladero, un vestigio de la época romana colocado a la entrada del pueblo, hasta los restos del Castillo Árabe, todo son muestras de las diferentes culturas que habitaron la localidad.
En un paseo por su casco urbano se puede visitar el Puente Romano que formaba parte de la antigua calzada hacia Alhaurín El Grande o el Acueducto de la misma época que servía para la canalización del agua. De la época árabe destacan su castillo-fortaleza y el alminar de la antigua mezquita, hoy convertido en torre de la Iglesia de San Pedro Apóstol. El castillo se asienta sobre una cumbre desde la que se puede ver una vista panorámica de la vega del Guadalhorce y su posición estratégica hizo que se convirtiera en uno de los principales baluartes de la defensa de Málaga.
No obstante, el monumento más emblemático del municipio es la Ermita de Nuestra Señora de los Remedios, situada en el llamado Cerro de la Virgen. Fue construida en el siglo XVII sobre otra original del siglo XV, la misma época de la que data la imagen de la Virgen de los Remedios, patrona de la localidad. Esta imagen atrae a miles de visitantes cada 22 de abril, día en que se baja de su templo hasta la localidad, donde permanece hasta el primer domingo de junio.
Pero no solo su patrimonio es lo que hace de Cártama un destino atractivo. Su situación al pie de varias sierras ha convertido al municipio en un enclave idóneo para el turismo deportivo. La localidad ofrece hasta tres rutas senderistas por parajes de gran belleza natural, dos de ellas pueden hacerse además en bicicleta de montaña, lo que ha atraído en los últimos años a un gran número de aficionados a este deporte.
El Camino de las Tres Cruces y los senderos circulares de Torrealquería y la Sierra de los Espartales son los tres recorridos que cualquier amante de esta práctica puede hacer en Cártama.
En cuanto a la gastronomía cartameña, ésta se basa en las carnes, frutas y hortalizas típicas de la zona. Tienen gran tradición las sopas cachorreñas, hervías, de caldo poncima y de espárragos, aunque si por algo se conoce el municipio es por sus embutidos y chacinas, como la morcilla, el chorizo, el lomo en manteca, el morcón o la manteca colorá. En repostería destacan las fritillas, unas tortas elaboradas con masa de pan frita y aderezadas con miel, azúcar, canela o mermelada; y la torta cartameña, elaborada con almendras y aceite, una muestra del legado árabe en la cocina del municipio.
Entre las fiestas más destacadas de Cártama se encuentra la Noche de la Bella Jarifa, una feria árabe que se celebra en septiembre y que supone un viaje en el tiempo y una vuelta a la época andalusí en la localidad. El objetivo de esta actividad, que atrajo el año pasado a un gran número de visitantes, es escenificar cómo se vivía en la época de los romances fronterizos, como es el caso de la historia de Abindarráez y la Bella Jarifa, una novela morisca que tiene como escenario la localidad. Este año la Noche de la Bella Jarifa se celebrará entre finales de septiembre y principios de octubre y para su organización se impulsará la participación ciudadana para transformar el municipio por una noche y volver a tiempos pasados.
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