Málaga

El puerto del Morlaco, a la espera de su momento

  • Condicionan su tramitación al plan director en el que se marquen las previsiones futuras de estas marinas

Casi trece meses hace desde que el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, presentaba formalmente su apuesta por impulsar la construcción de un puerto deportivo en la zona de El Morlaco. La vieja aspiración municipal, contemplada incluso en el planeamiento urbanístico que vio la luz en 1997, se retomaba a pesar incluso de las adversidades económicas y de la borrasca que ya en ese momento azotaba todo lo relacionado con atraques deportivos. A pesar de ello y de ser interpelado en varias ocasiones por el fiasco de otras iniciativas semejantes, caso de la ampliación de La Bajadilla, en Marbella; del puerto de Fuengirola, o de la construcción de una marina en San Andrés, en la propia ciudad, el regidor del PP sostuvo su apuesta por avanzar en la tramitación de un proyecto con el que dotar a la capital de la Costa del Sol de otros 485 atraques en la zona este, con una inversión próxima a los 28 millones de euros.

Sin embargo, el plan liderado por De la Torre sigue sin encontrar la senda para su desarrollo. Fuentes próximas a la Agencia Pública de Puertos de Andalucía (Appa), dependiente de la Junta de Andalucía, a la que compete la autorización de este tipo de equipamientos, confirmaron la ausencia de movimiento alguno por parte del Consistorio, algo que negaron desde la Casona del Parque.

Desde el equipo de gobierno del PP se enumeraron varias acciones para tramitar la intervención. Al respecto, informaron de que en agosto del año pasado, la agencia andaluza propuso la creación de una comisión técnica para poner en marcha el desarrollo del procedimiento, planteamiento aceptado por Promálaga.

Como consecuencia de ello, con independencia de otros contactos, a finales de febrero de 2014 tuvo lugar la reunión de la citada comisión técnica. En la misma, precisaron, se puso de manifiesto la necesidad de mantener abierto el diálogo sobre la definición técnica y funcional del diseño y que era condición indispensable para avanzar en el procedimiento que se aprobara el Plan Director de Puertos de Andalucía 2014-2020, cuya formulación aprobó el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía 25 de Junio de 2013. Este documento debe localizar aquellas marinas deportivas que desde el punto de vista estratégico son más necesarias en la comunidad.

De la Torre llegó a agarrarse a dos elementos para eludir cualquier escollo vinculado con la crisis. De un lado, el tiempo que requiere la tramitación administrativa de la iniciativa, estimada en unos 18 meses, a los que añadió otro año y medio o dos años de la fase de construcción; y la existencia de un estudio elaborado por la Agencia Pública de Puertos de Andalucía (Appa) que fija una demanda de 2.300 amarres en el entorno de la capital. Esos datos, reconocieron en ese momento desde el propio organismo autonómico, fueron calculados en una etapa previa "a la crisis más profunda", por lo que estaban "desactualizados".

La insistencia del alcalde con esta iniciativa era tal que, aunque abogaba por encontrar en el sector privado una empresa o empresas que asumiesen su construcción y explotación, no descarta la posibilidad de que el Ayuntamiento interviniese de forma directa en caso de necesidad. ¿Cómo? Aludió a la posibilidad de, "con imaginación", buscar fórmulas que permitan que el Ayuntamiento y Promálaga "no se tengan que endeudar". Una de las que puso sobre la mesa pasaría por que la Administración local actuase como gestor, teniendo que enajenar los atraques para financiar los trabajos.

El estudio de viabilidad concluía que la inversión inicial, de 28 millones (incluido el IVA), sería recuperada "con creces" con la cesión a 40 años del 75% de los atraques proyectados (360). Esta acción supondría unos ingresos de 34,3 millones de euros (1.300 euros el metro cuadrado de superficie de atraques), a los que sumar 7,6 millones por la cesión de superficies de equipamiento y comercial-restauración (8.351 metros cuadrados de techo). Asimismo, se sostenía que los resultados de la explotación quedaban garantizados con el alquiler del 25% de los amarres restantes y la prestación de servicios (mantenimiento de atraques, varadero, aparcamiento, alquiler de locales), que se traducirían en 1,4 millones. El proyecto también incluía un aparcamiento en superficie para 230 plazas, así como una remodelación general del paseo marítimo Pablo Ruiz Picasso.

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