Infraestructuras

El puerto, un lienzo por completar

  • Dos décadas después de que se sentaran las bases de la gran transformación del espacio portuario, quedan aún muchas piezas por ensamblar. Actualmente, el desarrollo de los proyectos pendientes puede sumar una inversión cercana  a los 300 millones

El lienzo portuario sobre el que dos décadas atrás los urbanistas del momento empezaron a conformar la gran operación de apertura del puerto a la ciudad, con no pocas alteraciones y adecuaciones posteriores, sigue a medio completar. La consolidación de las transformaciones de los muelles 1 y 2 como un centro comercial de más de 23.000 metros de techo y un reconocido paseo público, respectivamente, se suma a otros elementos ya materializados, caso del dique de levante, la estación de cruceros, el muelle de contenedores...

Pero este ambicioso proceso tiene numerosas piezas aún por ensamblar, como demuestra la ausencia de avance alguno en piezas de la envergadura de Muelle Heredia; la plataforma de San Andrés, ligada a la construcción del Auditorio de Málaga y a la marina deportiva... Ausencias a las que se añaden con el transcurrir de los años nuevos atractivos en forma de noria de 70 metros de altura, con posibilidad de crecer hasta 100 metros en un emplazamiento definitivo, o de hotel de 150 metros en el dique de Levante. De acuerdo con los números manejados en los últimos meses por la Autoridad Portuaria, los proyectos pendientes de desarrollo en el recinto supondrían inversiones próximas a los 300 millones de euros.

Hotel de 150 metros: 116 millones

Desde que hace casi tres años un grupo de inversión catarí depositó oficialmente el aval para impulsar la construcción de un hotel de cinco estrellas en los terrenos del dique de Levante, la operación inmobiliaria es objeto del interés administrativo y ciudadano. La envergadura de la intervención queda constatada en la altura del inmueble propuesto, 150 metros, y la inversión manejada para su ejecución, unos 116 millones de euros. A ello se suma una tramitación extensa en el tiempo, que requerirá en última instancia el aval del Consejo de Ministros para poder habilitar el uso hotelero sobre el suelo portuario. Antes de alcanzar esa casilla, el procedimiento se mantiene anclado en la modificación del plan especial del puerto, necesario para asignar el mencionado uso hotelero a la pastilla elegida y una edificabilidad global de unos 43.000 metros cuadrados. Este parámetro multiplica por siete lo que dibuja el actual planeamiento, en forma de edificio satélite de 6.000 metros de techo. A la espera de que el Puerto complete cierta información exigida por la Gerencia de Urbanismo, la aprobación inicial de la modificación del plan especial se mantiene en suspenso, situación que, todo hace indicar, se prolongará aún algunas semanas si no meses.

Auditorio en San Andrés: 110 millones

Es la infraestructura cultural por excelencia; la que se echa en falta desde hace más de una década, cuando se sentaron sus bases teóricas, pero que acabó naufragando con la llegada de la crisis económica. Los más de 100 millones de euros en los que los arquitectos adjudicatarios del diseño cuantificaron el valor de la intervención pesaron al punto de hundirlo sin remisión. La suma, sin embargo, precisan los propios urbanistas, podría reducirse a unos 51 millones si al complejo se le restan la gran plaza pública prevista, o el aparcamiento de 400 plazas, o la maquinaria que permitiría convertir el espacio en teatro lírico. El movimiento de la sociedad civil y, principalmente, del alcalde, Francisco de la Torre, siembra de nuevo el terreno para tratar de rescatar el auditorio. Aunque los acontecimientos siguen sin permitir atisbar el renacer definitivo de la iniciativa, que necesitará de nuevo del aval de todos los entes público y, previsiblemente, de la colaboración privada. La parcela programada en el planeamiento, de unos 30.000 metros de superficie, se mantiene intacta y para este uso. El Puerto, propietario ya de la finca, tras su desafectación, no cierra la puerta a su cesión para el proyecto, pero insiste en la necesidad de ser compensado a cambio de la misma. La indefinición sigue marcando el futuro.

Marina deportiva San Andrés: 17 millones

La apuesta portuaria por contar dentro de su recinto con una marina deportiva, con capacidad para más de 600 amarres, vuelve a formar parte de la hoja de ruta de la institución. Fracasada la primera intentona, debido a la incapacidad económica de los socios privados a los que se adjudicó la construcción y explotación de la infraestructura náutica, el Puerto tiene señalados los últimos meses del año o los primeros de 2019 para sacar nuevamente a concurso la iniciativa. El interés existente entre grupos inversores invita a avanzar en este camino. La pretensión pasa por mantener los parámetros edificables del proyecto original, que fue adjudicado en 2010 y rescatado cuatro años más tarde. Con ello se busca no tener que someter el plan especial a una nueva modificación. No obstante, según reconocen desde el Puerto, se quiere buscar el modo de abaratar la inversión necesaria en la actuación, de manera que el esfuerzo para los privados sea menor. De este modo se cree posible situar en unos 17 millones el valor de ejecución de las instalaciones. Este concurso vendrá a sumarse al que, previsiblemente en septiembre, sacará el Puerto para la construcción de atraques destinados a megayates en el muelle 1, con una capacidad pensada para unos 40 barcos. Las inversión oscilará entre un mínimo de 2,5 millones y un máximo de 9,5 millones.

Muelle Heredia: comercios u oficinas

La conversión de los terrenos del muelle 4, más conocido como Muelle Heredia por discurrir en paralelo a la avenida Manuel Agustín Heredia, será uno de los grandes retos al que tendrán que dar respuesta de manera coordinada el Ayuntamiento de la ciudad y la Autoridad Portuaria. Por el momento, el modelo por el que apuesta cada institución difiere. Mientras el Puerto, necesitado de maximizar la exploración de sus terrenos, opta por el uso comercial (para lo que incluso cuenta con una propuesta formal de un inversor privado dispuesto a desembolsar del orden de 35 millones de euros), el Consistorio aboga por la construcción de oficinas, tratando con ello de satisfacer parcialmente la demanda creciente de estos edificios por parte de empresas interesadas, sobre todo, en asentarse en el Centro de la urbe. La posición municipal en este asunto es clave cara al desbloqueo del proyecto definitivo, pues corresponde a la Gerencia de Urbanismo determinar el uso definitivo del espacio. Sea como fuere, no parece que ninguna de las dos opciones vaya a poder impulsarse de manera inmediata en el corto plazo. Antes, el Puerto debe alcanzar los acuerdos precisos con la Guardia Civil y la Agencia Tributaria para que abandonen las instalaciones que actualmente tienen en Muelle Heredia y que habrían de ser demolidas para la transformación de la parcela. Pasos que siguen pendientes de quedar resueltos.

Noria: de la provisional a la definitiva

La discrepancia que el Puerto y el Ayuntamiento de Málaga ya exhiben en lo tocante al futuro de Muelle Heredia se extiende a otra de las operaciones a futuro: la noria permanente de 100 metros de altura. La posición del equipo de gobierno del PP es claramente favorable al proyecto abanderado por la empresa Mederyt y que implicaría una inversión próxima a los 40 millones de euros. La defensa que se hace de esta propuesta se sustancia en que la misma, de llevarse a cabo, traería consigo no sólo la potenciación de la atracción, sino la creación de una gran plaza de acceso al espacio portuario, así como un aparcamiento con capacidad para 250 plazas. “Quiero la plaza; como ciudad me parece bien la noria, pero como Urbanismo queremos la plaza”, dijo meses atrás el concejal de Ordenación del Territorio, Francisco Pomares. Las dudas, por el contrario, son amplias en la parte del Puerto. De un lado, porque la ejecución material del proyecto implicaría ocupar espacio ahora reservado al aparcamiento de los trabajadores portuarios; de otro, por los problemas de movilidad que, presumiblemente, podría generar, dado que se trata de un punto por el que transitan los autobuses turísticos. Desde el momento en que Mederyt puso sobre la mesa su propuesta pasan ya más de dos años sin que el horizonte esté despejado. De hecho, lo que hoy tiene la empresa es una nueva autorización para que siga girando durante algunos meses más la noria de 70 metros instalada en Muelle Heredia

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