FELIPE ROMERA | Director del PTA

“No queremos competir con Madrid y Barcelona, sino colaborar con ellos”

  • Explica que Málaga se ha convertido en una ciudad de acogida para los teletrabajadores

  • Considera que la ciudad es un “lugar interesante” para que las empresas se instalen

Felipe Romera, presidente del Parque Tecnológico

Felipe Romera, presidente del Parque Tecnológico / Javier Albiñana

Málaga se ha convertido en el punto de encuentro de empresas internacionales, como Google o Vodafone, que han visto en la capital andaluza un lugar de asentamiento. Este auge en el panorama empresarial tecnológico se encuentra fortalecido por la presencia de más de 650 compañías instaladas en el PTA. El pasado miércoles, el diario catalán ARA, defendía que, pese al desarrollo que ha vivido la provincia en los últimos años, todavía no puede hacerle sombra a Barcelona. Felipe Romera, director del Parque Tecnológico de Andalucía, explica cuál es la situación en la que se encuentra Málaga y cómo han de ser las relaciones con estos núcleos de innovación.

–¿Qué papel está jugando Málaga dentro del paradigma empresarial europeo?

–Lo primero que tenemos que saber es cuál es nuestro punto de partida. El ecosistema de innovación de Málaga es de tipo pequeño-mediano en comparación con otros de Europa. En este contexto, hay que decir que nos encontramos muy bien posicionados. Tanto la ciudad, como las empresas locales y del PTA han logrado darle mucha visibilidad a Málaga y se ha convertido en un entorno de moda. ¿Y eso qué significa? Que nos mira mucha gente y que parte de esos espectadores quieren venir o ya han venido. Somos un lugar interesante, desde el punto de vista europeo, para que las compañías se instalen. Hay que tener en cuenta a las grandes empresas, que también tienen la oportunidad de extender sus sedes y ubicarse aquí. Es un aspecto en el que estamos jugando bien.

–¿Hacia donde se dirige?

–Este ecosistema está en una fase de crecimiento muy importante. Las expectativas que tenemos para los próximos años son muy altas en cuanto a la atracción de nuevas empresas, aunque tenemos que trabajar de forma más intensa un plan referido a las start-up, ya que, en comparación con otros lugares, tienen menos presencia.

–¿Cuáles han sido los ingredientes que han puesto a Málaga en esta posición de liderazgo tecnológico?

–Fundamentalmente la fortaleza del propio ecosistema. Hay que añadir que Málaga se ha convertido en un lugar de acogida para muchos teletrabajadores. No sabemos con exactitud cuántos hay, pero los podemos contar en miles. Muchas empresas que están apostando por este modelo laboral quieren seguir estando cerca de sus empleados. Por tanto, cuando hay 10 personas instaladas en un lugar, esa compañía tiene la tentación de ubicarse allí. Aunque sea una pequeña sede, eso les permite una proximidad que ayuda en su crecimiento. A esto hay que añadir otro elemento, que no es trivial, que es la relación con las instituciones. Sorprende que desde el Ayuntamiento, la Junta, Universidad, y el propio Parque Tecnológico, rememos en la misma dirección. Esto genera un apoyo unánime que fortalece el ecosistema malagueño de innovación.

–En los últimos días se ha relacionado a Málaga con Madrid y Barcelona en cuanto a su desarrollo empresarial tecnológico.

–Por poner las cosas en situación, hay que decir que Madrid y Barcelona son casi todo. Son ciudades cuyo sistema de innovación es mucho más grande que el de Málaga. Es algo obvio. Comparar Málaga con estas ciudades es un atrevimiento. No se puede hacer. Ahora bien, si uno analiza el impulso, el nivel de entusiasmo y crecimiento, apreciamos una variable muy importante. Es algo que reside principalmente en la visibilidad, lo cuál es muy relevante porque significa que podemos crecer mucho más. Pero proporcionalmente hemos tenido un crecimiento muy grande, puede que mayor al resto, pero eso no se traduce en términos absolutos. Si hablamos de Málaga en su conjunto, no solo la capital, tenemos una provincia con 1.600.000 millones de habitantes. Esto nos ofrece una dimensión más grande que sigue sin ser comparable a Madrid y Barcelona.

–¿Cómo han de ser las relaciones con estas dos ciudades?

–Lo que veo es que los ecosistemas de innovación no compiten, sino colaboran. Es una idea que en el mundo real no se da tanto, pero nosotros no queremos competir con Madrid y Barcelona, sino cooperar con ellos porque da más valor. Con Barcelona tenemos vínculos muy fuertes, desde Ametic, empresas del PTA que están allí, relaciones con la Universidad, campos científicos catalanes... Lo que tenemos que hacer es entrar en una relación de simbiosis. Esto está pasando en Málaga, donde las empresas que rivalizan entre sí porque generan productos similares, cooperan. Podemos lograr una capacidad de atracción mayor gracias a esa colaboración.

–Frente a la inestabilidad derivada del procés y del independentismo, ¿es Málaga una alternativa mediterránea a Barcelona?

–Yo creo que no. Insisto, Málaga es una alternativa como un sistema de innovación en crecimiento. ¿Eso significa que empresas que estén en Barcelona pueden venir a Málaga? Sí, igual que viceversa o ir a Madrid, pero no entendido en esos términos. Málaga es una ciudad de referencia dentro de las ciudades mediterráneas de tipo medio, no megalópolis como Barcelona, con una gran capital metropolitana. Estamos en un momento dulce, de expansión y visibilidad, y lo que tenemos que preocuparnos es por crecer. El crecimiento que está experimentando Málaga es un valor para el sistema de innovación español.

El objetivo que tenemos con los parques es distribuir estos sistemas de innovación más allá de las grandes ciudades, ya que Madrid y Barcelona lo acaparan todo. Pero la capacidad de las ciudades medias del mediterráneo es una oportunidad para que se conviertan en ecosistemas brillantes de innovación. la visibilidad es un elemento reconocido desde hace muchos años, pero ese trabajo se ha visto recompensado ahora, con las tecnologías digitales, los teletrabajadores, y una puesta en valor de las empresas.

También suma la llegada de las últimas nuevas empresas. Más allá de la discusión de Málaga, Madrid y Barcelona, tenemos que mirar internamente. Estamos a punto de constituir el instituto Ricardo Valle de innovación; un centro tecnológico abierto para aunar a grandes empresas para desarrollar proyectos de tecnología con la universidad, algo que va a suponer un cambio importante a nivel local. Esto nos va a vertebrar y desarrollar más.

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