Málaga

Quién es El Cachulo y por qué es uno de los presos más conflictivos de la cárcel de Alhaurín de la Torre

Cárcel de Alhaurín de la Torre.

Cárcel de Alhaurín de la Torre. / M. H.

En el ámbito delincuencial, policial y judicial de Málaga hay un nombre que resurge cada cierto tiempo: El Cachulo. Tiene un largo y peligroso historial delictivo y en la prisión de Alhaurín de la Torre tiene el dudoso honor de ser considerado como "uno de los internos más conflictivos".

Pero, ¿quién es El Cachulo? Es el apodo con el que se conoce a Rafael F. R., un histórico delincuente de la barriada malagueña de El Palo. Ahora ronda los 40 años, pero sus andanzas empezaron cuando todavía no había cumplido la mayoría de edad.

El primer episodio violento por el que saltó a los titulares sucedió en mayo del año 2000. Mató a un hombre de 33 años, vecino de El Palo, al que apuñaló hasta en siete ocasiones en presencia de terceros en un bar, poco después de que le llamara la atención por gritar. En un primer momento, ingresó en prisión, pero la entrada en vigor de la Ley del Menor supuso su puesta en libertad a primeros de enero de 2001.

Este crimen tuvo lugar cuando el joven disfrutaba en su barrio de un permiso que le permitió salir de un centro de menores de Sevilla, donde fue recluido cuando tenía 17 años por un intento de homicidio cometido con anterioridad. 

No fue el único episodio violento en el que se vio implicado. Años después, en 2009, el mismo Cachulo recibió un disparo de escopeta en el área paleña conocida como Las Cuevas que a punto estuvo de acabar con su vida. Un individuo llegó a abrir fuego contra él en una pelea entre las parejas de ambos. Sufrió numerosas heridas por arma de fuego en la región frontal derecha, cuello, hombro y el pecho, llegando a incrustarse un fragmento metálico en un pulmón. Estuvo cinco días en el hospital y tardó 126 días en reponerse de las lesiones. Pero sobrevivió.

Es miembro de una familia vinculada con otros crímenes ocurridos en Málaga. Entre los más destacados, dos hermanos fueron condenados además a 121 años de cárcel por un doble crimen cometido en Pedregalejo en 1999 a cuenta del control de determinados bares de copas. 

2019, su última detención conocida

La última detención de El Cachulo hecha pública se remonta al 2019, cuando fue arrestado por la Policía Local de Málaga como presunto autor de un delito de quebrantamiento de condena, según informaron entonces fuentes cercanas al caso. 

La actuación que motivó el arresto se inició tras encontrarse en calle Martínez de la Rosa una pulsera de localización permanente por GPS, similar a la que llevan los internos que ya disfrutan del tercer grado o régimen de semilibertad.

La investigación, a tenor de las pesquisas practicadas, apuntaban a que el dispositivo hallado correspondía a este delincuente. Tras abrirse una investigación para proceder a su arresto, los policías no tardaron en darle captura.

Aislado en prisión tras atacar a otro interno

Estos días, un nuevo incidente entre rejas le ha llevado a ingresar en el módulo 7 de aislamiento por atacar, presuntamente, a un reo y agredir a un funcionario, que ha resultado herido, según han denunciado desde la Asociación Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM).

El origen de la secuencia tuvo lugar este pasado domingo, cuando los trabajadores procedieron esa mañana a la bajada de celdas y el reo, que se encontraba en el módulo 11, “atacó a otro interno”. La rápida actuación de los funcionarios, recalca la asociación, permitió “frenar la agresión y evitar un mal mayor”, debido, remachan, “a la gran corpulencia del agresor y a su historial violento”.

El Cachulo fue entonces conducido a la celda acristalada de Enfermería, en aislamiento provisional. Allí, en palabras del colectivo de funcionarios, continuó mostrando una "actitud desafiante y agresiva”, en esa ocasión contra los trabajadores. “Durante toda la tarde siguió causando problemas y amenazando con agredirlos, de lo que ya se informó con el parte de hechos correspondiente”, explica el comunicado difundido por la asociación.

Por la mañana, poco después de levantar la medida de aislamiento provisional, el preso volvió a protagonizar, supuestamente, otro altercado con internos cuando se le trasladó al módulo 9. De nuevo, los funcionarios tuvieron que aislarlo “debido al estado de agitación” que presentaba. En ese momento, uno de ellos “sufrió lesiones en las extremidades superiores”.

La asociación considera que los trabajadores han evitado “una vez más una desgracia en prisión”, pero se cuestiona “por qué internos con estos historiales violentos que conllevan un riesgo para el resto de población reclusa y para los trabajadores del centro penitenciario residen en módulos con régimen de vida ordinario”.

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