Málaga

"Le quitaron el niño del pecho a mi madre ciega y se lo devolvieron muerto"

  • Sagrario Castillo, Ángela Muñoz y Susana Fernández narran sus experiencias

La historia pone los pelos de punta y, si las sospechas son ciertas, da un certero golpe moral a todo aquel que piense que el ser humano es bueno por naturaleza. Era 1952, España se estaba intentado recuperar de la devastación de la Guerra Civil y había una hambruna absoluta. Llega al hospital de Antequera una joven ciega que está a punto de dar a luz. Está sola porque su marido, también ciego, no ha podido entrar. Tuvo una niña completamente sana. Por razones obvias no pudo verla pero sí sentirla y acariciarla. Apenas dos días después del nacimiento, cuando la madre le estaba dando el pecho, un profesional del hospital le pidió la niña para enseñársela a unas personas. La madre, totalmente confiada, lo hizo. Unos momentos después, al devolverle el bebé, el personal sanitario le advirtió a la madre que éste estaba dormido aunque, al tocarlo, su progenitora comprobó que estaba helado. Estaba muerto. La mujer gritó y mostró su absoluta desesperación pero nadie hizo nada. Le dijeron que enterrarían al bebé en el patio del hospital de Antequera, aunque no le dieron a los familiares ningún tipo de documentación.

"Mi padre murió con la pena de no saber qué paso y con la impotencia de que ambos eran ciegos", explicó ayer Sagrario Castillo, una de las hijas posteriores que tuvo este matrimonio y que ayer estaba en la puerta de la Ciudad de la Justicia de Málaga narrando esta historia a este diario. Castillo ya temía que algo raro había ocurrido y contrató un detective en 1993 que le consiguió alguna documentación del hospital pero poco más. Ha denunciado el caso a la Fiscalía de Málaga y espera una solución.

En la misma situación se encuentra Susana Fernández. Su madre tuvo gemelos en el Hospital Civil de Málaga en 1976. El parto fue normal y les llegó a dar el pecho a los retoños. Llevaron a los niños a la incubadora y a su madre la mandaron a casa. "La llamaron por teléfono y le dijeron que uno de los bebés había muerto y que el otro estaba muy grave", señaló Fernández, quien afirmó que la excusa que le dieron era que "tenían problemas en la sangre". Supuestamente fallecieron los dos gemelos "pero no se los dejaron ver a mis padres porque decían que estaban desfigurados y que se iban a llevar un disgusto muy grande". El personal sanitario (médicos y matronas) les comunicó que habían enterrado los restos en el cementerio de San Rafael e incluso le comunicaron a la madre de esta afectada que nunca podría tener más hijos. A los tres años tuvo otro. "Eran un niño y una niña gemelos y estaba claro que buscaban la parejita para algún matrimonio", denunció Fernández. Los familiares afectados creen que los bebés no fallecieron, sino que fueron secuestrados y entregados a familias adineradas del régimen franquista y durante la democracia.

Ángela Muñoz solo tenía 16 años cuando fue a dar a luz en 1979 en el Hospital Civil. Tuvo un niño que nació vivo y se lo llevaron a la incubadora. "A las dos horas nos dijeron que el bebé había muerto y a mi marido le enseñaron un cadáver, aunque no nos explicaron de qué había fallecido. Solo nos comentaron que ellos se encargaban de enterrarlo. Siempre pensé que efectivamente había muerto pero al ver todos los casos que han aparecido tan similares al mío puse una denuncia en la Fiscalía para que se investigara", subraya Muñoz.

La esperanza de estas familias, como las de todos los afectados, es pensar que sus hijos o hermanos no están realmente muertos sino que fueron criados por otras familias y que ahora están en algún punto de España o del extranjero. De hecho, hay personas que creen haber sido adoptados pero que no se atreven a hacerse las pruebas de ADN porque, si se comprueba que fueron robados, tendrían que ver a sus padres adoptivos sentados en el banquillo en un juicio.

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