Unas raciones muy repletas de sur

Comida sana a precios asequibles. Eso es lo que los malagueños buscan en la restauración en estos amargos tiempos de crisis. Es hora de tener bien contadas las monedas del bolsillo y de encontrar lugares idóneos en los que poder comer en abundancia sin que esto suponga un disgusto a la llegada de la ya temida factura. Quizás por eso se está poniendo muy de moda quedar "para tomar algo" en La Sureña, un nombre que esta suponiendo un gran boom en la provincia malagueña y que en poco meses ha inaugurado no uno, sino hasta cuatro locales en la capital, para los cuales el Grupo Restalia, encargado de la marca, ha invertido cerca de 2 millones de euros este año solo en Málaga.

La razón está clara, según explica Anne Corcuera, responsable de Comunicación del grupo hostelero, el buen clima de la ciudad durante todo el año y la referencia turística han sido esenciales para la decidir apostar por esta fuerte inversión. "Ha sido una de las ciudades donde visualizamos varias aperturas porque también los perfiles de los clientes lo permitían y , aunque ya estamos muy contentos con la presencia que tenemos, seguiremos abiertos a nuevas ubicaciones que surjan", comenta.

La primera Sureña malagueña fue estrenada en noviembre de 2011 en el Muelle Uno, pero rápidamente le siguieron la de Plaza Mayor, la Plaza de las Flores y ahora, el pasado 9 de agosto, el Mercado de la Sureña en el paseo marítimo Antonio Machado. Pero este último local tiene una esencia especial, se trata del primer restaurante en la ciudad que acoge bajo el mismo techo a las dos grandes marcas del Grupo Restalia: La Sureña y los 100 Montaditos.

Para qué conformarse con una carta pudiendo tener dos; más opciones significa más variedad para poder disfrutar enriqueciendo el paladar como lo haría un buen yantar. Además , otro dato positivo es la magnitud del establecimiento, que tiene 431 metros cuadrados, lo que supone una capacidad para 163 comensales, una buena noticia para los amantes de estas dos marcas que no tendrán que hacer grandes esperas para conseguir su sitio en el restaurante.

Una vez en el interior del local, el cliente puede respirar el aire puro mediterráneo. El lugar se divisa como un auténtico mercado tradicional en el que los camareros se convierten en marineros que portan platos repletos de gambas, bacalao, adobo y, como no, boquerones típicos de la tierra. Las paredes pintadas con rayas náuticas y las cristaleras desde las que se pueden divisar el mar, hacen del espacio reservado para La Sureña un lugar idóneo para disfrutar de las riquezas que dan las aguas saladas por solo 6 euros la ración, sin olvidarse de la gran joya, un cubo de latón con 5 botellines de cerveza en su interior, que se ha convertido ya en el emblema de la marca y en lo más demandado por los clientes.

A su vez, en el lado derecho del local en un espacio algo más pequeño pero acogedor, se encuentra los 100 Montaditos, fácilmente reconocible por el color burdeos de las paredes y en el que, como era de esperar, no puede faltar el famoso megáfono desde el que avisar a los distintos comensales para que recojan los pequeños bocadillos de diversos sabores. Pero lo que está siendo la clave del éxito, según la encargada del local, Mayte Ruiz, son las numerosas ofertas y el menú diario, que diferencian al Mercado de la Sureña de las demás franquicias. "Por 6 euros nosotros servimos dos platos a elegir entre siete, como son el salmorejo, la paella, los huevos rotos o los huevos con gulas", explicó contenta la responsable.