"Los tíos raros han cambiado las reglas del mundo y son ahora los triunfadores"

pablo antón. empresario cofundador de las campus party

Antón organiza Campus Party por medio mundo a razón de tres países anuales Militó en el PP, es amigo de Moreno Bonilla y cree que los partidos "tienen demasiado poder y eso es peligroso"

Pablo Antón posa en la terraza de su casa tras la entrevista realizada con este diario.
Pablo Antón posa en la terraza de su casa tras la entrevista realizada con este diario.
Ángel Recio

02 de marzo 2014 - 01:00

Pablo Antón nació en Ginebra (Suiza) aunque es un malagueño más. De hecho, estudió Filosofía en la Universidad de Málaga y dio clases en el Liceo Francés. En su juventud fue un miembro activo del PP en la provincia, siendo de la quinta de Juan Manuel Moreno Bonilla o Elías Bendodo. Dejó la política y no le ha ido nada mal, porque es uno de los fundadores de las Campus Party, un evento tecnológico que se realiza en numerosos países. Está continuamente de viaje pero, aprovechando unos días en Málaga, le visitamos en su casa en Teatinos para hacerle una entrevista.

-Es usted o ha sido filósofo, profesor, columnista, político, presidente del Comité Nacional de la Bienal de Jóvenes Creadores de Europa y del Mediterráneo y fundó las Campus Party en 1997. ¿Cómo le ha dado tiempo a todo siendo tan joven?

-Siempre he sido muy inquieto. A todo eso hay que añadirle que fui actor profesional de teatro durante unos meses cuando tenía 17 años. Todas esas cosas te enriquecen y todo lo he hecho desde un punto de vista vocacional.

-¿Cómo surgió crear las Campus Party?

-Hace 17 años nos reunimos una serie de amigos en Málaga y nos planteamos hacer un evento similar al que se hacía en el norte de Europa. Aquello era un encuentro de gente que iba con sus ordenadores y se conectaba a la red para compartir información o jugar on line. En el primer año nos pusimos el objetivo de hacer el evento más grande del mundo.

-Eso para ir arrancando.

-[Se ríe] Suena anecdótico, pero fue así. Tal cual. Todavía no habíamos hecho nada y ya teníamos esa visión. La idea era diferenciarnos de los demás. Por una parte, hicimos un acto muy general y no tan especializado en juegos y, en segundo lugar, dimos mucha importancia a la formación. Queríamos formar a la gente en tecnología e internet. Por eso lo llamamos Campus Party. Ahora impartimos 300 horas en 22 materias como astronomía, robótica, software libre, diseño... Han dado conferencias desde Neil Armstrong a Stephen Hawking.

-¿Cómo fue el inicio?

-Empezamos en el Ceulaj de Mollina. Fueron más de 400 personas. Hay que tener en cuenta que hace 17 años los amantes de la tecnología (geek), que son ahora muy demandados y son los grandes héroes, eran considerados los frikis y los tipos raros de las clases, los nerds. Vino gente de toda España y funcionó tan bien que el segundo año fueron 750 y al tercero ya no cabíamos en el Ceulaj. Nos planteamos irnos a Valencia.

-Creo que la llegada a Valencia fue más que curiosa.

-Sí. Invitamos al divulgador científico Manuel Toharia a Mollina a una conferencia. Luego nos fuimos a comer con él, le dijimos que ya no cabíamos en el Ceulaj y que nos encantaría irnos a la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia porque iba con el espíritu campusero. Toharia se empezó a reír y nos dijo que ese mismo día le habían nombrado director del Museo Príncipe Felipe de la Ciudad de las Artes de Valencia. Casualidades de la vida porque no lo sabíamos y nos abrió las puertas para ir a Valencia. Ese fue el despegue y el éxito del Campus Party. En el año 2000 empezamos en Valencia y nos convertimos en el evento tecnológico más importante sobre internet de España con más de 1.000 personas.

-Y no han parado de crecer.

-Hace ocho años nos planteamos la internacionalización porque Telefónica nos dijo que la habíamos ayudado a acercar su marca a los geek, que suelen ser contestatarios, y nos planteó hacer la campus en otras partes del mundo donde ellos estaban. Empezamos en Brasil y fue un éxito impresionante. Allí es la bomba. Luego fuimos a Colombia, México, El Salvador, Inglaterra, Alemania... Seguimos creciendo y creando nuevas ramas.

-¿Cómo cuáles?

-Vimos que los campus nacían y morían con el evento, pero no aprovechábamos el talento de los campuseros. Creamos un Campus Lab en el que las empresas o instituciones que querían solucionar algún problema planteaban un reto a nuestra comunidad. Se han dado soluciones a muchas cosas. También fomentamos una mayor interacción entre los propios campuseros y creamos una red social de geeks. Estamos en pleno desarrollo de www.campuse.ro y se va a convertir en una de las redes sociales de geeks más importantes del mundo. Tenemos ahora mismo 314.000.

-Están principalmente en Europa y Latinoamérica ¿darán el salto a otros continentes?

-En China o en Dubai ya hemos tenido reuniones. Nuestro crecimiento previsto es de dos a tres países por año. En EEUU estamos en negociaciones con Miami y San Francisco.

-¿Qué le ha enseñando todo este mundo a usted como persona?

-He visto que los conceptos tradicionales que tenemos de educación, comunicación o política están totalmente desfasados. La orientación académica no tiene ningún sentido cuando toda la información se tiene en el teléfono móvil. Saberte los ríos de memoria no tiene sentido. La irrupción de internet ha hecho que cambie completamente la comunicación tradicional o la economía. Cualquier sector que no se junte con internet lo tiene muy mal. Un ejemplo. Amancio Ortega dijo que nunca se metería en el mundo on line y no lo ha podido cumplir.

-Habrá vivido todo tipo de anécdotas.

-Recuerdo que en Ecuador me obligaron a ponerme corbata en la inauguración de la Campus porque venía a inaugurarla el presidente, Rafael Correa. Me negué, le dije que era mi casa y que no me la ponía. Vino Correa encorbatado con todo su séquito y cuando terminamos el acto me preguntó que por qué nadie le había dicho que allí no había que ponerse corbata. En otra ocasión vino un tipo de 18 años con un recipiente con agua. Decía que había inventado una cosa increíble, el agua que no mojaba. Metió un papel y un móvil y salían completamente secos. Le ayudamos a patentarlo. Hay mucho talento en las campus.

-¿Y qué pasó con él?

-Al final le perdimos la pista. Creo que ha industrializado ese líquido.

-Antes el sueño de cualquier joven era ser funcionario y ahora es crear una aplicación para Iphone o Android y venderla por millones de dólares.

-Hay mucha gente que quiere que los geek trabajen para ellos. Pero a estas personas no les mueve la tranquilidad o el dinero, sino que son felices con el hecho de que su aplicación esté en el Iphone. Hay que saber llegar a esa gente y son pocas las marcas que atraen a ese talento. Lo han hecho muy bien Google o Apple.

-¿Le ha sorprendido la compra de Whatsapp por Facebook?

-Bueno, Facebook es muy grande y su servicio de mensajería no se consumía. Lo que está claro es que en internet no hay nada seguro. Antes una marca se consolidaba y era para toda la vida. En la Red una marca puede estar en dos meses arriba o abajo porque puede haber migraciones enormes a un servicio u otro. Dicen que en el mundo de los negocios el que pega el primero da dos veces. En internet no ha pasado eso nunca. Google fue el cuarto buscador. Los que triunfan son los que van mejorando y los que llevan bien la comunicación. Google lo ha hecho de maravilla. Tiene toda la información de todo el mundo y, sin embargo, para mucha gente es un símbolo. Es increíble.

-Se ha quedado en el colectivo general la imagen de que Google o Facebook lo montan unos chavales inofensivos con mucho talento y hasta caen bien.

-Hace unos años, cuando estudiaban, todos estos eran los nerds, los raros, y los cool eran los deportistas y los guapos. Eso ha cambiado y ahora los cool son ellos. Los fundadores de Google o Facebook son los grandes triunfadores, los que todo el mundo quiere. Son las personas que han cambiado las reglas del mundo en la industria de la comunicación, el cine, la música...

-Y en muy poco tiempo.

-En poquísimo tiempo.

-Lo que sí es llamativo es que sean todos norteamericanos siendo internet tan global.

-Son todos norteamericanos porque ellos han sabido constituir un ecosistema que hace que la gente pueda investigar y sacar su empresa. En España y Europa emprender es muy complicado.

-Hay que cambiar el chip aquí.

-Se cambiará.

-Cambiando de asunto, usted debe ser de los pocos que abandonó la política y se dedicó de lleno al sector privado.

-Tengo un recuerdo muy bonito de mi etapa política en el PP. La inicié con una generación en la que estaban Juanma (Moreno Bonilla), Mariví (Romero), Elías (Bendodo), Fran (Oblaré), JJ (Juan Jesús Bernal). Empezamos todos con el mismo objetivo y el primero era llegar a la presidencia de Nuevas Generaciones nacional, cuando ni siquiera habíamos ganado en Málaga. La conseguimos en Málaga, luego la andaluza y luego la española. Fue una época muy bonita con muchas anécdotas.

-¿Por qué lo dejó?

-Por dos razones. Primero porque estaba cansado de la política ya que entendía que uno no puede profesionalizarse en la política. En segundo lugar, porque veía que la política me estaba dañando y me quedé perplejo cuando me di cuenta. Entré en política porque tenía ansia de cambiar las cosas. Era puramente vocacional. Para ser político la primera motivación es el servicio al ciudadano, la segunda es servir a tu partido y la tercera es tu motivación personal. Ese debería ser el orden. El problema es que ese orden se invierte en política y normalmente uno está más preocupado por su motivación personal, luego la del partido y por último la del servicio público. Le pasa a mucha gente y me di cuenta de que me había pasado a mí. Estaba más preocupado por mi futuro político personal que por la gente. No me gustó nada y me fui.

-¿Y nunca ha pensado en volver?

-Ahora más que nunca tengo otra vez esa curiosidad política porque es un momento muy bueno. El modelo de la Constitución y la Transición ha muerto y los políticos se están resistiendo a verlo. Es la primera vez en democracia que los políticos van por detrás de los ciudadanos. Hay que reformar la ley electoral ya y creo que España los partidos políticos tienen demasiado poder. Es una partitocracia en la que el partido manda sobre el ejecutivo, el legislativo e incluso el judicial cuando no debería ser así. Los partidos lo controlan todo y eso es muy peligroso. Los partidos tienen que democratizarse de una vez. El problema no es un partido u otro, es el sistema en sí. Los partidos tienen financiación pública y no llegan para cubrir todo su aparato de propaganda. Se tienen que nutrir de otros fondos y como no están permitidos, tienen que tener financiación B. Todos los partidos tienen financiación B. Eso hay que cambiarlo y admitir las donaciones de forma transparente. Otro tema es de la Constitución. Es una vaca sagrada que no se puede cambiar y no sé por qué no. Hay que innovar también ahí. Muchos de los conflictos que tenemos es por no cambiar la Constitución. Estamos en un mundo vivo y evolucionando. Pero los únicos que dicen que no son los políticos.

-¿Por qué?

-Porque están muy arriba, alejados de la realidad, han mamado desde las entrañas mucha doctrina política y es muy difícil quitarse eso de en medio.

-¿Cómo lo podrían hacer?

-Es muy sencillo. Solo hay que oír a los ciudadanos y hacer lo que dicen. Piden políticos honrados, cercanos y sin tanto rollo mitinero.

-¿Qué creen que harán amigos y ex compañeros suyos en el PP como Moreno Bonilla o Bendodo?

-Hablo mucho con ellos y sí veo que son personas abiertas a esos cambios. Saben que el camino está por ahí, pero no es fácil. Transformar un partido desde dentro es complicado.

-¿Cree que Moreno Bonilla tiene opciones reales para gobernar Andalucía?

-Es muy difícil. Susana Díaz es una buena candidata para el PSOE. Han puesto a una persona fresca y diferente. Pero todo es una operación de marketing. Díaz es más lo que predica que lo que hace. A mí me gusta de Juanma que es una persona muy abierta al cambio. No viene de la derechona del partido, sino que es más liberal. La gente piensa que es nuevo pero lleva toda la vida en política y es buen ejecutor. Si se puede quitar los lastres de lo que supone un partido lo puede hacer bien.

-La imagen del PP se ha visto muy perjudicada por los recortes o Bárcenas. ¿Es un regalo envenenado para Moreno Bonilla?

-Creo que Juanma puede ganar porque en política los periodos son muy cortos. Obama no existía y de golpe fue un boom. Si tiene una buena comunicación y la gente lo ve como una persona moderada puede tener opciones. Arenas era bueno, pero llevaba mucho tiempo y tenía el estigma de señorito andaluz. Juanma es un proyecto a largo plazo. Está muy ilusionado y se lo cree y ahora lo que falta es que sea capaz de ilusionar a los demás.

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