Málaga

Ocho días sin rastro ni pistas sobre el paradero de la joven irlandesa

  • Amy Fitzpatrick fue vista por última vez sobre las 22.00 del día de Año Nuevo

Ocho días después de la desaparición de la joven irlandesa de 15 años Amy Fitzpatrick cuando se dirigía a su casa en Mijas-Costa, no hay noticias sobre su paradero ni se han hallado vestigios que hayan aportado alguna pista que pueda permitir su localización.

A medida que pasan los días, los familiares de la adolescente se muestran más preocupados, ya que en el tiempo transcurrido ni siquiera han recibido una llamada telefónica de la joven para indicarles que se encuentra bien, algo que sí había ocurrido cuando ésta se ausentó en otras ocasiones, según fuentes cercanas al caso. Los investigadores coinciden en que el hecho de que la menor no se llevara su teléfono móvil ni portara dinero apunta a que no tenía previsto abandonar voluntariamente la zona.

El hallazgo de la menor es una "prioridad absoluta" en Andalucía de la Guardia Civil, que no descarta ninguna hipótesis, manifestó ayer a Efe el subdelegado del Gobierno en Málaga, Hilario López Luna, que admitió que "lógicamente, cada vez que pasa un día, aumenta la preocupación".

Preguntado sobre la coincidencia de otras desapariciones de chicas jóvenes en Málaga -Rocío Wanninkhof en 1999 o Sonia Carabantes en 2003-, el subdelegado afirmó que estas situaciones también "desgraciadamente se producen en otras zonas de España" y agregó que la Costa del Sol "no es peligrosa".

Amy pasó la Nochevieja en casa de su amiga Ashley Rubio, situada en la urbanización Calypso de Mijas-Costa, donde ambas estuvieron cuidando del hermano pequeño de ésta última. La mañana del día 1 fueron a la vecina localidad de Fuengirola y tras almorzar en casa de Ashley, visitaron el zoco de Calahonda y regresaron a la vivienda, según explicó ayer la amiga de Amy. Según esta versión, que fue corroborada por la madre de Ashley, Amy Fitzpatrick, se marchó sobre las 22.00 para dirigirse a su casa, ubicada en la urbanización Las Lomas de la Riviera, ubicada aproximadamente a un kilómetro de distancia.

Supuestamente tomó un atajo a través de la vegetación donde hay una zona en construcción que carece de iluminación nocturna, que la joven escogía porque "es más rápido", según su amiga. Ésta no cree que Amy pensara en marcharse de casa porque no llevaba dinero ni teléfono móvil, ni le había comentado nada en este sentido. Apuntó que sí le dijo alguna vez que en varias ocasiones que había cruzado este camino, alguien la había invitado a subirse a un coche.

Su madre, Audrey Fitzpatrick, y su padrastro, Dave Mahon, denunciaron la desaparición de la menor el pasado día 3, y dos días después hicieron un llamamiento público a la comunidad británica y española residente en la Costa del Sol para que aporte cualquier información que considere relevante para localizar a la joven, ante el temor a que alguien la retenga contra su voluntad. La madre aseguró que su hija no tenía en estos momentos problemas en casa y que creía que no se había marchado por voluntad propia.

La Guardia Civil investiga la información aportada en las llamadas recibidas hasta la fecha desde "puntos muy dispares" para determinar su veracidad o, en caso contrario, descartarla.

Un vecino de los Fitzpatrick, Mitch, ha explicado que hace seis meses, en la puerta de la urbanización donde vive la familia, dos hombres intentaron llevarse a una niña de 8 años en una furgoneta blanca, pero ésta salió corriendo y no lograron alcanzarla. Dijo que otras adolescentes habían comentado que también las habían seguido.

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